Entrevistas
Entrevista a Reinbert de Leeuw (I): “Mauricio Kagel es una personalidad única”
Paco Yáñez
A pesar de que Reinbert de Leeuw es un hombre muy reservado y parco en palabras, tanto en público como en privado, su pasión por la música se hace visible ya desde el comienzo de nuestra charla, transformándose su rostro con cada nuevo tema, así como con el recuerdo de algunos de los muchísimos compositores y amigos que han ido pasando por la vida de esta auténtica institución de la música holandesa y europea de la segunda mitad del siglo XX.
Paco Yáñez. En primer lugar, quisiera darle las gracias por concedernos esta entrevista; es para mí un placer mantenerla con usted, al que considero uno de los directores de música contemporánea más importantes de la actualidad, y hacerlo después de un ensayo tan interesante como el que acabamos de vivir, y con un concierto por delante como el que nos tiene preparado para dentro de hora y media. Entrevistarlo, además, después de haberlo hecho a Mauricio Kagel apenas hace tres semanas, es unir a uno de los binomios compositor-intérprete más sólidos y estables de la música actual; algo de lo que, si le parece bien, hablaremos posteriormente.
En primer lugar, me consta que ésta es su segunda visita a la casa da Música de Porto, pues estuvo aquí dirigiendo al Remix Ensemble hace ya años; ¿qué se encontró cuando vino aquí por primera vez en lo que se refiere a este grupo de música contemporánea?
Reinbert de Leeuw. Es un ensemble muy bueno, muy internacional y con muy buenos músicos.
P. ¿Y encuentra algún cambio, alguna diferencia entre aquélla su primera visita y ésta segunda?, ¿algún tipo de crecimiento?
R. [Muy dubitativo] La verdad es que resulta difícil de juzgar. Ya pensaba que eran muy buenos hace dos años, así que ahora ya sabía me encontraría con unos buenos intérpretes; como así ha sido.
P. ¿Y qué puntos fuertes encuentra en este ensemble?
R. Bien, que tienen mucha experiencia; es algo muy obvio. También que son muy buenos conocedores de lo que están haciendo. Haces una pieza como la de hoy de Ligeti [Concierto para piano, 1985-88], y Ligeti es siempre difícil, y no tienen problemas con las dificultades de la obra, ya que ellos hablan el lenguaje, tienen la experiencia para hacer esto. Son realmente muy buenos, y es algo especial tocar con ellos.
P. Y por el otro lado, ¿algún punto débil que cree deban mejorar?
R. [De nuevo tomándose un tiempo para reflexionar] Bien, no es que sea exactamente un punto débil, pero puede ser que con mi ensemble, con el Schönberg Ensemble, que también son muy buenos músicos, yo esté acostumbrado a que funcionen realmente más como un ensemble, en el sentido de que se escuchan más los unos a los otros. Cuando los diriges te das cuenta de que se están mirando constantemente entre sí, y que están siempre concentrados en la producción del sonido. Éste, el Remix, es un ensemble más individualista, aunque también son muy buenos músicos; pero quizás yo estoy acostumbrado a otra cultura sonora, que es la del Schönberg Ensemble, pero que también se debe a que llevan muchísimo tiempo tocando juntos; hay gente en el Schönberg que lleva con nosotros desde el comienzo, y eso fue ya hace unos treinta años. Así que es el fruto de un desarrollo lento, de todo un proceso, que al final depara que todos se conozcan entre sí tan bien que ya se pueden centrar en la conformación del sonido; por ello esta cultura sonora del Schönberg Ensemble es tan fuerte y especial. Otros grupos se reúnen para un proyecto concreto, tocan, y lo hacen maravillosamente, no es esto una crítica a su calidad, pero el sonido es distinto al de un grupo que lleva tantísimos años tocando juntos de forma tan intensa. Pero bueno, no veo puntos débiles en el Remix.
P. Y por lo que se refiere a la Casa da Música en general, ¿tiene algún otro proyecto con ellos?
R. No, ninguno más allá de este concierto.
P. ¿Y le gusta esta sala, la Suggia, en términos de acústica?
R. [Reinbert de Leeuw contesta con un gesto dubitativo en el que se deja entrever cierta incomodidad con la acústica de la sala principal de esta Casa da Música].
P. Algunos problemas, por lo que veo.
R. Sí.
Fotografía © 2008 by Paco Yáñez
P. Yendo ya al programa de hoy, usted dirige esta noche una pieza de un joven compositor portugués, Vasco Mendoça [1977], ¿tiene contacto con algún otro compositor luso en estos momentos para estrenar o interpretar alguna obra?
R. No.
P. ¿Y cómo ha sido el trabajo con Vasco Mendoça sobre su obra how now, brown clown? [2004]?
R. Pues bien, he intentado verlo antes, pero sólo nos hemos podido encontrar esta tarde [en el ensayo general], y la verdad es que no había demasiadas preguntas sobre esta obra, porque la partitura está muy clara y no había problemas que solventar.
P. Otra de las piezas que usted dirigirá esta noche, como cierre del programa, es el Divertimento? [2006], de Mauricio Kagel [Buenos Aires, 1931]; una obra que yo calificaría como ‘improvisación perfectamente premeditada’. ¿Cómo maneja esta partitura y su puesta en escena en términos de teatralidad y musicalidad?
R. Bien, en Kagel siempre es todo extremadamente preciso; puede parecer que la pieza sea un caos, y que hasta los músicos no quieran hacer caso al director, que entren en conflicto con él, y que se marchen y todo lo que se pueda imaginar que vaya a ir mal, pero todo ello está muy detalladamente compuesto; así que, como siempre en Kagel, todos los más mínimos detalles son increíbles, cualquier cosa. Y todas las acciones están perfectamente señaladas, para nada se producen como una improvisación, ya que sabes con exactitud cuántos pasos tienes que dar, hacia dónde tienes que ir; todo es preciso y tienes que ser muy conciso y exacto al hacerlo simplemente como está marcado en el momento justo, ya sea girar tu instrumento, dar unos pasos o lo que sea. Parece un caos y trata sobre el caos, pero es un caos totalmente compuesto y organizado.
Fotografía © 2008 by Paco Yáñez
P. Hace unas semanas, mantuve una entrevista en A Coruña con el propio Mauricio Kagel, después de que éste dirigiera al musikFabrik de Colonia sus obras Kantrimiusik [1973-75] y ...den 24.XII.1931 [1988-91]. Charlando sobre el final de Kantrimiusik, Kagel me decía que para comprender esta obra hay que saber reír y llorar, porque según él “sólo el que sabe reír sabe llorar”. ¿Podríamos decir que en el Divertimento? sólo podrán comprender su humor aquellos que comprendan la seriedad de lo que nos plantea al mismo tiempo?
R. Por supuesto que es cierto esto que dices. Kagel tiene algo de clown, y el clown es siempre una persona muy triste que hace reír a los demás, así que siempre está ahí esta combinación, pero en el fondo creo que la música de Kagel es siempre muy melancólica. De esta forma, los ‘chistes’, por llamarlos así, no se refieren a algo sólo gracioso, sino a la paradojas que nos encontramos cuando al ver algo observamos esto y su opuesto; y Kagel está siempre mirando al mundo, a la gente, a la sociedad, para ver dónde se encuentran sus contradicciones, y ello crea mucha hilaridad en muchas cosas, pero es muy serio esto. Así que es un error en la música de Kagel decir: ‘bueno, esto es gracioso’, ya que no es el caso; es gracioso pero al tiempo no es gracioso, no es sólo una cosa, es mucho más complejo. Yo creo que en la base del verdadero humor siempre hay algo muy triste, y ello se ve claramente en Kagel, que es una complejísima personalidad, y que siempre está observando, mirando algo, de ahí que la parte visual en sus obras sea tan importante [Recordemos que Mauricio Kagel ha dirigido un importante número de películas]. Pero repito, es un peligro creer que todo es puro chiste.
P. De hecho, el día en que lo entrevisté me sorprendió el pesimismo que presidía su mirada sobre el mundo, su desencanto con la situación de este planeta y de sus sociedades, ¿está de acuerdo con esta mirada?
R. [Reflexionando] Bien, la verdad es que hay muchas cosas por las que yo también estoy extremadamente preocupado. Mauricio Kagel es una persona con una vastísima cultura proveniente de muchos orígenes: de Europa central y de Sudamérica, básicamente, y todo ello se combina en él, y él es muy consciente de todo lo que ello significa, está muy cercano al arte, a la literatura, a la música; verdaderamente es parte de él.
P. ¿Cuándo y cómo conoció a Mauricio Kagel?
R. Creo que la primera vez debió ser como en 1983; o sea, hace unos 25 años. El primer gran proyecto que realizamos conjuntamente fue Aus Deutschland [1980-81], la ópera [o Lieder-oper, en palabras de Kagel], en el Festival de Holanda.
P. Se refiere a la versión que está grabada y presentada en DVD Nº12 de la Schönberg Ensemble Edition, supongo [Etcetera KTC 9000, ver reseña en Mundoclasico.com].
R. Exactamente. Yo me quedé tremendamente impresionado por esta pieza y desde aquel momento nos hicimos buenos amigos, y todos los años hacemos algo juntos.
P. Bueno, en cierto modo Aus Deutschland está muy cercana a algo que hace usted, que es dialogar con el pasado y reinterpretarlo en su música, hasta reconstruyéndolo.
R. Sí, pero de una forma muy distinta. En Kagel es puramente literal, tomando el texto y creando su propia música, y en mi caso yo partí de la propia música de Schubert y Schumann.
P. ¿Cuál es su relación personal con él en los últimos años?
R. Bien, la verdad es que nos conocemos muy bien, y ésta es la última pieza que ha escrito y la escribió para nosotros, e hicimos su estreno hace un año y después la grabamos [NEOS 10727]. Prácticamente cada año viene a Ámsterdam a trabajar con nosotros.
P. ¿Y tienen algún proyecto conjunto para los meses venideros?
R. Bien, el próximo año haremos su nueva obra para tenor y ensemble, pero siempre estamos haciendo cosas.
P. ¿Y ha notado algún cambio en Kagel en los últimos años desde un punto de vista musical?
R. Bien, quizás no tanto en los últimos años, pero cada vez Kagel escribe una música más abstracta que la que hacía antes, ya que en su juventud siempre la parte teatral era muy dominante en su música, y ahora en cambio está escribiendo muchas piezas instrumentales que son, básicamente, música abstracta. De forma que éste es un cambio importante, como lo es el que haya empezado a componer para orquesta de forma más frecuente, algo que rara vez hacía antes de los años noventa; así que la presencia de la música abstracta es un verdadero cambio respecto a cuando era más joven.
P. ¿Y qué cree que se le puede pedir al público, quizás como actitud, para comprender la música de Kagel?
R. Kagel es una personalidad única, de forma que su música no suena como ninguna otra, es su propia creación; no debemos estar pendientes de si es divertida o cualquier otra cosa, es lo que es. Su complejidad viene dada de que es al tiempo muchas cosas, de forma que no puedes decir de forma definitiva: "esto es Kagel"; Kagel es muchas cosas y muy complejas, con todas sus contradicciones internas, también. Si puedes introducirte en ese mundo, pues entonces encontrarás algo muy rico, con tantas cosas con sus dobles sentidos; siempre hay dobles lecturas, nunca es tan sólo como parece a primera vista, siempre hay algo diferente a mayores; y ese es el gran atractivo, para mí, en Kagel. Esto se puede ver perfectamente en Aus Deutschland, que es completamente una paradoja, ya que trata del siglo XIX pero al tiempo es como mirarnos en un espejo, en el que puede estar Ámsterdam o cualquier otra ciudad del presente; así como de repente el poeta se convierte en mujer, Goethe se vuelve negro, lo negro se vuelve blanco, un lied se convierte en un blues... Todas estas conexiones que se presentan son increíblemente enriquecedoras, con lo cual tienes que aceptar que ya no puedes decir: "Bien, se trata de esto"; no, es esto y algo completamente diferente al mismo tiempo, y ésa es la paradoja en Kagel, y esta paradoja se convierte en significado más crucial de la música de Mauricio Kagel.
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