España - Galicia
Gateway, devorando notas
Juan Gil
A Coruña, miércoles, 11 de julio de 2001.
Palacio de la Ópera. III Encuentros de Jazz. Gateway: John Abererombie (guitarra), Dave Holland (Bajo), Jack Dejohnette (Batería, percusión y piano). Encontros de Jazz de A Coruña. Aforo: 1.800 localidades. Asistencia: 60%
8,22E-05
El grupo Gateway fue el encargado de clausurar la tercera edición de los Encontros de Jazz de A Coruña que durante los últimos cinco días han llenado las calles y escenarios de la ciudad de sonidos y frescura.Ante un público más numeroso y entregado que el que asistió al hermanamiento de los Brecker se presentó un trío que bajo el nombre de Gateway esconde un refugio y punto de encuentro para la más pura improvisación por momentos próxima a la disipación del Free. Es pues esta formación una encrucijada de tres auténticos paladines del jazz a la que han retornado en tres ocasiones con dos referencias discográficas homónimas --Gateway y Gateway II-- y la grabación de una sesión en Nueva York.Dave Holland es un asiduo de los escenarios coruñeses, ofició las presentaciones entre sus compañeros y el público gallego. Un contrabajista de peso que el pasado año nos visitó acompañado por su fabuloso quinteto en una de esas sesiones que de las que te gustaría no tuviesen fin.Se abrió el concierto con un Homecomig --título del disco grabado en el Power Satatio de Nueva York- y Holland pronto nos atrapó en sus consistente sonido. Líneas sólidas y trazadas con seguridad, movimientos certeros, sonido muy pulido y ostinatos rítmicos que servían de referencia a los solos de Abererombie y a los ritmos de Dejohnette.Fue este último el que primero cautivó al público. Poseedor de una versatilidad que se movió entre los dulces sonidos de los platos, sutiles y trabajados con gusto, la fuerza de los golpes de caja, el exotismo percusivo de una cautivadora Jamala a golpe de bongos y la sutileza pianística de un sentido Silver Hollow, supo compensar una baqueta que surcó los aires con dos solos demoledores y el derroche de buen humor.John Abererombie diseño diversidad de ambientes y dibujos atmosféricos usando un amplio registro de armonías que recorrían caminos de los que parecía imposible regresar pero que desarrolló con decisíón.Tras los aplausos nos tuvimos que conformar con una única propina, eso sí, el maravilloso Mr. P.C. de John Coltrane que nos supo a poco, más por su extensión que por su contenido y que nos dejo un buen sabor de boca pero una paradójica sensación de insatisfacción.
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