El VIII Festival de Zarzuela de Santiago, que este año recibe el sobretítulo de ‘Todo Lírica’ como muestra de que es un certamen de miras anchas y arriesgadas, arrancó con un espectacular recital de la mezzosoprano italiana Manuela Custer, una cantante que se ha venido destacando últimamente en los más diversos repertorios. La voz de Custer, redonda, homogénea, cremosa y bien timbrada, se adaptó como anillo al dedo a las cinco canciones de Mario Castelnuovo-Tedesco que abrieron la velada: fueron un prodigio de delicadeza canora, especialmente Sera y L'infinito con una dicción de una claridad impoluta, gran sentido dramático del texto y sumo cuidado en el uso de los reguladores. Continuó con su versión de las Cinco canciones negras de Montsalvatge -una obra que últimamente en Galicia se está escuchando mucho y en versiones bien…
Comentarios