Reportajes

Ciclo 'El grupo de los Ocho y la Nueva Música' (ES)

Redacción
miércoles, 3 de marzo de 2010
0,000225 En noviembre de 1930, en Madrid, en la Residencia de Estudiantes, un grupo de jóvenes compositores españoles, en torno a los treinta años, hermanados por un mismo ideario estético y similar afinidad intelectual, dieron un concierto de presentación colectiva como Grupo de los Ocho. Eran Salvador Bacarisse, Fernando Remacha, Ernesto Halffter, Rodolfo Halffter, Gustavo Pittaluga, Rosa García Ascot, Julián Bautista y Juan José Mantecón. A este grupo y a su música está dedicado este ciclo, El grupo de los Ocho y la Nueva Música (1920-1936), que ha organizado la Fundación Juan March, los próximos miércoles 3, 10 y 17 de marzo. Estos conciertos son transmitidos por Radio Clásica, de RNE.

El 3 de marzo, el Cuarteto Wanderer (Yulia Iglinova, violín; Yulia Nefyodova, violín; Oleg Krylnikov, viola; Anton Gakkel, violonchelo), con la colaboración de Vadim Gladkov, piano, interpretan obras de Adolfo Salazar (1890-1958); Salvador Bacarisse (1898-1963); Ernesto Halffter (1905-1989); y Fernando Remacha (1898-1984).
    
El 10 de marzo, Manuel Escalante, piano, interpreta obras de Juan José Mantecón (1895-1964); Rosa García Ascot (1902-2002), Fernando Remacha; Gustavo Pittaluga (1906-1975); Rodolfo Halffter (1900-1987); Julián Bautista (1901-1961); Ernesto Halffter; y Salvador Bacarisse.
    
El 17 de marzo, Nuria Orbea, soprano, y Anouska Antúnez, piano, interpretan obras de Julián Bautista; Ernesto Halffter; Salvador Bacarisse; Óscar Esplá (1886-1976); Rodolfo Halffter; Jesús Bal y Gay (1903-1993); Federico García Lorca (1898-1936); y Gustavo Pittaluga.

La presentación pública de compositores unidos en grupo fue una práctica que nació en las décadas finales del siglo XIX. En torno al año 1870, por ejemplo, se empleó por primera vez el término de Grupo de los Cinco para referirse a los rusos Balakirev, Borodin, Cui, Musorgsqui y Rimsky-Korsakov, unidos por la idea de crear una escuela musical propiamente rusa. Y en 1920 se acuñó la etiqueta de Les Six para nombrar a los jóvenes compositores Auric, Durey, Honegger, Milhaud, Poulenc y Tailleferre, aglutinados para liberar la música francesa de la pesada influencia germánica y tomar la cotidianidad como fuente de inspiración musical.

El español Grupo de los Ocho, sobre el que se centra este ciclo, comparte algunos rasgos con sus antecesores históricos más conocidos. Igualmente formado por jóvenes compositores que rondaban la treintena, estos ocho creadores decidieron agruparse al compartir ideario estético y afinidad intelectual. Salvador Bacarisse, Fernando Remacha, Ernesto Halffter, Rodolfo Halffter, Gustavo Pittaluga, Rosa García Ascot, Julián Bautista y Juan José Mantecón hicieron su presentación colectiva en un concierto inaugural celebrado en noviembre de 1930 en la Residencia de Estudiantes de Madrid. Estos autores, que tendrían trayectorias compositivas muy desiguales, no sólo querían promover una nueva estética musical basada en la simplicidad formal y la intrascendencia melódica (rasgos que los emparentan con Les Six), sino que también acabarían marcando un punto de inflexión historiográfico.

La fecha oficial de constitución del Grupo no debe entenderse como el momento de su creación, sino quizá como el de su culminación, pues durante la década anterior sus miembros habían forjado un lenguaje musical vanguardista y distintivo. El estallido de la guerra civil pondría fin a las actividades del Grupo, separando las carreras de sus miembros. El ciclo incluye, además, tres obras de Adolfo Salazar, Oscar Esplá y Jesús Bal y Gay, autores que desde distintas posiciones estuvieron muy cercanos a los ideales del Grupo y formaron parte sustantiva de la intensa y renovadora actividad musical que tuvo lugar en estos años.
    
María Palacios, profesora de Historia y Ciencias de la Música en la Universidad de Salamanca y autora de la monografía La renovación musical en Madrid durante la dictadura de Primo de Rivera: El Grupo de los Ocho (2008), se ha encargado de la introducción y notas al programa. A su introducción pertenece este fragmento: “El 29 de noviembre de 1930 se presentó en la Residencia de Estudiantes de Madrid un grupo de jóvenes compositores (de entre 24 y 35 años de edad) como representantes de lo que ellos mismos denominaron “música moderna” española. Este grupo, conocido posteriormente en la historiografía musical como Grupo de los Ocho o Grupo de Madrid, estuvo formado por Salvador Bacarisse (1898-1963), Fernando Remacha (1898-1984), Gustavo Pittaluga (1906-1975), Julián Bautista (1901-1961), Juan José Mantecón (1895-1964), Rosa García Ascot (1902-2002) y los hermanos Halffter: Rodolfo (1900-1987) y Ernesto (1905-1989). La historia de la música tradicionalmente se había contado, hasta esa fecha, a partir de grandes nombres: grandes compositores que representaban y resumían toda una época. En España encontramos esa tradición en figuras como las de Isaac Albéniz, Enrique Granados o Manuel de Falla. La novedad aquí radica en que, por primera vez, un grupo de autores se unió con ideales estéticos comunes para mostrar sus obras de manera conjunta. A partir de ese momento, la crítica y la historiografía musical tuvieron que posicionarse ante el hecho de que un grupo de compositores pudiera representar una época.

Tras la guerra, la vida de estos autores discurrió por caminos distintos y separados geográficamente. Rodolfo Halffter y Rosa García Ascot se exiliaron a México, Julián Bautista se marchó a Buenos Aires y Salvador Bacarisse lo hizo a París. Gustavo Pittaluga, desde Washington, viajó a diversos países de América Latina: Cuba, Chile, Argentina, Brasil, Venezuela y México, mientras que Fernando Remacha tuvo un dramático “exilio interior” en su Tudela natal (Navarra), al igual que Juan José Mantecón, quien se apartó del mundo musical de la capital y se dedicó a dar clases particulares de música en su domicilio de Madrid. Por su parte, Ernesto Halffter continuó viviendo en Portugal (donde ya se había instalado antes de la guerra), desde el que tuvo un contacto cordial con el régimen franquista, dedicándose, durante años, a finalizar Atlántida, obra póstuma de su maestro Manuel de Falla. Sin embargo, los años en los que se enmarcan estos conciertos son anteriores a la guerra civil: prácticamente todas las partituras que en él aparecen son de la década de los años veinte, periodo fundamental para el desarrollo del lenguaje musical de estos jóvenes autores.

Además de obras de los citados autores, en este ciclo se incluyen algunas piezas de compositores cercanos al Grupo que dibujan el panorama de manera más completa. Aparecen así partituras de Adolfo Salazar (1890-1958), mentor intelectual del Grupo en los primeros años, Óscar Esplá (1889-1976), compositor que, junto a Manuel de Falla, fue un referente para estos jóvenes compositores, y Jesús de Bal y Gay (1905-1993), quien, por su estética musical y entorno (era el coordinador de la programación musical en la Residencia de Estudiantes de Madrid), podría haber pertenecer también al Grupo, aunque nunca participó en sus actividades.

A pesar de las diferencias en los detalles, que serán destacadas en las notas a los diferentes programas que componen este ciclo, la mayoría de las partituras que compusieron estos autores parten de una estética común. Algunos de los elementos fundamentales de unión son la búsqueda de una belleza clásica, la intrascendencia, la simplicidad, la ausencia de elementos grandilocuentes propios de la estética romántica y la ausencia de la idea de desarrollo temático en la organización formal de las distintas obras. Aunque estos compositores no realizaron muchas actividades en conjunto, y a pesar de que las distintas vicisitudes político-históricas provocaron una evolución en sus carreras que impiden poder hablar de Grupo como tal mucho más allá del propio concierto de presentación, lo cierto es que, en un determinado momento de la historia, estos autores se presentaron en un mismo acto, y que, su obra, sin necesidad de ser mitificada o sobredimensionada, ofrece un panorama significativo de lo que era la modernidad musical en el Madrid de la época.”
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