Discos

Linda como nueva

Raúl González Arévalo
martes, 24 de mayo de 2011
Gaetano Donizetti: Linda di Chamounix, melodrama semiserio en tres actos (1842). Libreto de Gaetano Rossi. Eglise Gutiérrez (Linda), Ludovic Tézier (Antonio), Elizabeth Sikora (Maddalena), Alessandro Corbelli (Marchese di Boisfleury), Stephen Costello (Carlo, visconte di Sirval), Marianna Pizzolato (Pierotto), Bálint Szabó (Prefetto), Luciano Botelho (Intendente). Royal Opera Hous Choir. Orchestra of the Royal Opera House. Sir Mark Elder, director. Grabado en directo en la Royal Opera House, Covent Garden (Londres) el 7 y el 14 de septiembre de 2009. 3CD (DDD) de 164 minutos de duración. Opera Rara ORC43. Distribuidor en España: Diverdi
0,0002687 Tercera colaboración entre Opera Rara y el Covent Garden tras Roberto Devereux y Dom Sébastien [ver crítica]. Tercera colaboración también con Sir Mark Elder, tras el citado Dom Sébastien e Imelda de’ Lambertazzi [ver crítica]. Como en todas las ocasiones citadas, la discográfica británica usa la nueva edición crítica publicada por Ricordi (2006) en colaboración con la Fondazione Donizetti de Bérgamo.

Quien ya conozca la ópera no encontrará grandes novedades, salvo la reconstrucción de la forma original de la escena de la locura que cierra el segundo acto. Reducida a la sección del moderato ('No, non è ver'), en esta ocasión va precedida del larghetto ('Nel silenzio della sera') interpretado en Viena y cortado en París, de manera que la acción se desarrolla de manera más coherente. Contrariamente a la costumbre de la casa, no se ofrecen en apéndice las arias alternativas. En lugar de la famosa 'Se tanto in ira agl’uomini', Carlo tenía originalmente una romanza ('Deh! Non chiamarmi barbaro') más complicada, que Napoleone Moriani no llegó a interpretar. En París Donizetti añadió una romanza para Pierotto ('Cari luoghi'), que debía preceder a la entrada original ('Per sua madre'), además de una nueva cabaletta para el dúo Prefetto-Carlo del tercer acto. Sí se mantiene en cambio, por tradición, la famosa tirolesa de Linda, 'O luce di quest’anima'. Esperemos que las puedan grabar en el futuro o permanecerán inéditas.

Linda di Chamounix no necesita mucha defensa. A pesar de un libreto endeble, constituye una de las cumbres de un género que pocas veces alcanzó esta perfección, culminando el ciclo iniciado con Rossini (La gazza ladra) y también cultivado por Bellini (La sonnambula). Pocas óperas de Donizetti ofrecen un nivel de inspiración tan mantenido en todo su desarrollo. La búsqueda de innovación en las fórmulas dramáticas y musicales hace que apenas haya número sin interés. No en vano, el experto William Ashbrook aseveraba que “lo más significativo de todo en Linda es la prueba de que permite que un Donizetti maduro modifique convencionalismos en interés del desarrollo dramático, así como el desarrollo de su habilidad para individualizar musicalmente sus personajes” (Donizetti and his Operas, p. 477).

A pesar de todo, Linda no ha tenido mucha suerte en la discografía oficial. La grabación de Philips (1956) presenta numerosos cortes y un estilo no siempre acertado, no obstante la presencia de nombres destacados (Antonietta Stella, Cesare Valletti, Giuseppe Taddei, Renato Capecchi, Fedora Barbieri). Edita Gruberova brilla sola -en términos vocales, no estilísticos- en la grabación de su propio sello (Nightingale, 1993), mejor que en dvd (TDK, 1996). El registro encabezado por Mariella Devia (Arts, 1995) es claramente superior. La soprano de Imperia sigue siendo la mejor opción para la protagonista, y aunque no está mal rodeada (Sonia Ganassi, Alfonso Antoniozzi, Luca Canonici), el reparto se ve superado, individualmente en cada personaje y en conjunto, por esta nueva propuesta de Opera Rara, que se sitúa así a la cabeza de la discografía. No conozco el registro de Dynamic, basado igualmente en la edición crítica, pero sobre el papel el único elemento de interés es Majella Cullagh, antigua estrella de los ingleses.

Cabe destacar en primer lugar la dirección de Sir Mark Elder, insuperable, como ocurre siempre con el compositor bergamasco, con el que muestra una evidente afinidad. Basta escuchar la obertura para situarle como su mejor intérprete contemporáneo. Los tiempos muestran una acertada elección en los contrastes, no siempre equilibrados, de toda ópera semiseria. A sus órdenes la orquesta y el coro responden magníficos. Sólo cabe aplaudir entusiasmados su incorporación como Director Artístico a la escudería británica y esperar que se haga cargo de la anunciada grabación de Les Martyrs siguiendo la edición crítica, como ya hizo con el próximo lanzamiento del sello, Maria di Rohan, en su versión original vienesa (en apéndice las modificaciones parisinas), previsto para otoño.

En el reparto destaca Ludovic Tézier como Antonio. El francés, que ya es un magnífico Enrico en Lucia di Larmmermoor, presenta un personaje de una pieza, con una interpretación irreprochable desde su presentación en 'Ambo nati in questa valle', y con el punto justo de dramatismo en sus intervenciones posteriores. También Bálint Szabó causa una estupenda impresión como Prefetto. Sin embargo, entre las voces graves la palma se la lleva Alessandro Corbelli, un marchese di Boisfleury antológico. El barítono italiano ofrece una creación insuperable que sitúa al lascivo y ridículo marqués en la cima de los personajes buffo, directamente emparentado con los grandes personajes rossinianos (Bartolo, Don Magnifico), de los que es intérprete referencial. Corbelli sabe ser ridículo sin ridiculizar al personaje, es convincente sin exagerar en el dúo clave con Linda y en su aria del tercer acto; además dice según la vieja escuela y domina el estilo como pocos hoy día. Una magnífica elección.

Entre las mujeres la Antonia de Elizabeth Sikora sabe ser madura sin ser decadente en lo vocal. Marianna Pizzolato compone un Pierotto cálido, con un canto sin mácula (algún extremo agudo más esforzado) en el que brillan el timbre oscuro y el canto ligado de alta escuela. La balada 'Per sua madre' tiene toda la melancolía y el peso vocal que requiere, y cumple perfectamente con su cometido en los dúos con Linda en el segundo acto. Quedan así los protagonistas.

Stephen Costello compone un Carlo fresco y por momentos ardiente, aun a riesgo de no cumplir con todas las sutilezas y la elegancia que exigen el estilo donizettiano. En este punto Kraus (en vivo en Opera d’Oro, 1973) es insuperable. Pero como Kraus sólo hay uno y Donizetti era una de sus especialidades, de Costello hay que destacar un canto de gran clase. Sería interesante escuchar los resultados que obtendría con algunos personajes de Verdi o Puccini.

Confieso que Eglise Gutiérrez me desconcertó la primera vez que escuché la grabación. En una parte destinda a una voz brillante y ligera sorprende el timbre oscuro de la cubano-americana, no exento de una cierta opacidad en el centro. El registro agudo presenta el brillo esperado, pero en ocasiones tengo la sensación de que adelgaza la voz para emitirlo, aunque es una percepción que tendría que confirmar en directo. Es cierto que la coloratura es buena, las variaciones y la cadencia final de 'O luce di quest’anima' muestran buen gusto, pero no la definiría una virtuosa nata. El modo de decir frases clave en el dúo con Boisfleury muestra una acertada intención dramática y comprensión hacia el personaje. Más atención le presto y más me convence su prueba.

En un año especialmente magro en lanzamientos (apenas esta Linda y la próxima Maria di Rohan), después de que se aplazara la publicación de Il pirata y Aureliano in Palmira (inicialmente previstos para este año) al 2012, sólo cabe esperar que los cambios anunciados en la organización dinamicen la economía de la discográfica y pueda volver a los ritmos de trabajo y publicación a los que ya nos tenía (mal) acostumbrados. Es fundamental la apuesta decidida por directores no sólo eficaces, sino de resultados sobresalientes, además de intérpretes de primera línea internacional, además de la tradicional promoción de jóvenes promesas. Es necesario volver a los resultados de los últimos años de gestión de Patric Schmid, no siempre mantenidos en lanzamientos posteriores. Su legado y su memoria lo merecen.
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