La sección de cuerdas de la orquesta es la verdadera protagonista en la Suite Japonesa, consiguiendo altas cotas de sutileza y una afinación perfecta especialmente en el segundo movimiento titulado Tanabata.
En Erinnerung casi se puede oir la instrumentación de una gran orquesta;las arpas en la sección central, seguidas por las trompas, trompetas y trombones.Tras un gran crescendo la música se esfuma como por arte de magia y solo queda la imagen de un bello sueño.
El oyente encontrará aquí una sonoridad muy buscada -en la que se explora y extrae con maestría las posibilidades tímbricas del instrumento-, un exquisito cuidado en los cambios de dinámica y, como ya se ha subrayado, especialmente en esos fortes atacados en las tesituras más graves.
El inmenso abanico de formas de expresión musical de Wilhelm Grosz quizá revele menos un estilo personal individual que un talento especial para saber utilizar juguetonamente los respectivos nichos musicales en cualquier momento.
Mahler y Strauss trabajaron sus textos de maneras muy diferentes.Mientras que el primero los ajustó a través de una variedad de intervenciones -omisiones, reorganizaciones e incluso sus propias adiciones- de acuerdo con sus necesidades y demandas expresivas, el segundo de los mencionados se ciñó estrictamente a los poemas.
Pelléas et Mélisande se convirtió en un éxito teatral europeo de principios de siglo porque, por un lado, el público era capaz de reconocerse en los protagonistas y, por otro, se veía arrastrado a un fascinante mundo de ensueño, donde los personajes se mueven como siluetas sombrías, donde las palabras y las acciones tienen siempre un doble sentido y los lugares se convierten en metáforas.
Las interpretaciones de Klaus Sonnleitner al “órgano Bruckner” de la Abadía de San Florián son conmovedoras.También se ponen de manifiesto una vez más sus reconocidas cualidades de improvisador.
La práctica artística del Gropius Quartett no se basa en absoluto en una simple aritmética, sino en un acuerdo empático sobre el conjunto y en la escucha paciente del otro en cada detalle.
En esta Sinfonía “Cero”, la unidad formal y la madurez son sorprendentemente positivas.Bolton concede gran importancia a la precisión arquitectónica de esta exquisita armonía.La Orquesta del Mozarteum de Salzburgo sigue sus intenciones con gran sensibilidad.