Discos
Retrato Eötvös en BMC
Paco Yáñez
Péter Eötvös: Atlantis; Psychokosmos; Shadows; Sonata per sei; Octet plus; Natasha; Un taxi l’attend, mais Tchékhov préfère aller à pied; Erdenklavier - Himmelklavier Nr. 2; Psy; Cadenza. Allison Bell, soprano. Dietrich Henschel, barítono. Márta Fábián y Miklós Lukács, cimbalón. Wolfgang Meyer, clarinete. Dagmar Becker y Mario Caroli, flautas. Benjamin Kobler, piano. Johannes Burghoff, violonchelo. Kölner Domchor. Ensemble Linea. BBC Symphony Orchestra. SWR Sinfonieorchester Baden-Baden und Freiburg. WDR Sinfonieorchester Köln. Péter Eötvös, Jean-Philippe Wurtz y Hans Zender, directores. Péter Eötvös y László Göz, productores. Péter Dorozsmai, Peter Esser, Tamás Kurina y Frank Wild, ingenieros de sonido. Dos CDs DDD de 68:55 y 63:47 minutos de duración grabados en Colonia, Essen y Baden-Baden (Alemania), y en el Palacio de las Artes de Budapest (Hungría), los días 2 de junio y 17 de noviembre de 1995, 15 de marzo de 1996, y 15 y 16 de octubre de 2009. BMC CD 007 y CD 175
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Si en los últimos años un sello discográfico ha profundizado en la música del compositor y director húngaro Péter Eötvös (Székelyudvarhely, 1944), ese ha sido BMC, del cual unimos hoy el alfa y el omega de su ya amplio retrato musical en diez compactos, una colección que ha explorado todos los géneros presentes en su catálogo: desde la música de cámara a la ópera, pasando por ámbitos tan diversos como la electrónica o el jazz.Punto de partida para tan generoso y exhaustivo recorrido fue un soberbio compacto (BMC 007) que presentaba memorables versiones de Atlantis (1995), Psychokosmos (1993) y Shadows (1996) en manos del propio Péter Eötvös y de otro magnífico compositor-director, como Hans Zender; una grabación que a día de hoy sigo considerando piedra angular en la discografía del compositor de Transilvania. BMC ha reeditado este compacto, conservando su número de catálogo pero cambiando el formato de la edición, más actualizada. Ahora bien, el sonido digitalizado no cambia, y gracias a él podemos sumergirnos en un universo de tan fantasiosa imaginación como Atlantis, una partitura transida de mítica que no sólo muestra lo firmemente enraizado que Eötvös se encuentra en la mejor música de su país natal, sino sus amplias filiaciones con las vanguardias postseriales, así como su inagotable talento para cristalizar síntesis tímbricas fascinantes. Si Atlantis bucea en la historia mítica y en el ensueño, creando sonoridades inauditas y la impresión de constituir una verdadera obra musical total, Psychokosmos conduce a Eötvös a su sueño de adolescencia con el espacio exterior, reelaborando de algún modo su pianística Cosmos (1961) a partir del universo en expansión, del Big Bang personal que supone el desarrollo de la conciencia en relación con el medio. La sugerente y sombría Shadows resulta más abstracta, poniendo al sonido en un primer plano del discurso: su conformación y sus sombras en el espacio musical, creando juegos de pares, de presencias, resplandores y ocultamientos en una muy sutil orquesta.
Pero el compacto que hoy constituye una novedad en el catálogo de Budapest Music Center es el firmado por el Ensemble Linea (BMC CD 175), una de las agrupaciones húngaras más sólidas y activas en el terreno de la música contemporánea, además de habituales colaboradores del propio Eötvös, por lo cual sus interpretaciones gozan de todas las credenciales. A ellos se suman solistas tan reputados como el pianista Benjamin Kobler o el flautista Mario Caroli, lo cual no hace sino acrecentar el nivel.
Las partituras interpretadas por el Ensemble Linea y sus ilustres colaboradores fueron mayoritariamente compuestas por Péter Eötvös ya en el siglo XXI, con excepción de Psy (1996), prácticamente coetánea a las obras grabadas en el compacto antes reseñado. De hecho, con Cosmos y Psychokosmos completa una suerte de trilogía, al articularse como una reducción para cimbalón, flauta y violonchelo de la partitura orquestal. Si Cosmos se había aventurado en la infinidad de un universo en expansión, y Psychokosmos se abismaba en el no menor enigma del yo, Psy completa este viaje entre las infinitudes de lo global y lo personal, en el momento en que el yo retoma su voz y se expresa con el carácter teatral y humorístico típico de Eötvös. Mucho más lírica que sus precedentes, su impacto musical es también de menor calado.
Viajando al más inmediato presente, con sólo un lustro vida la Sonata per sei (2006) es un explícito homenaje a uno de los padres musicales de Péter Eötvös: Béla Bartók, a su Sonata para dos pianos y percusión, aquí ampliada con un percusionista más y un sintetizador. La obra presenta influencias del jazz, un virtuosismo notable, y en su cuarto movimiento un elegíaco canto titulado ‘Bartók überquert den ozean’, en el que el compositor húngaro se dirige a su exilio norteamericano, como paso previo a su muerte.
Octet plus (2008) se basa, como la previa Now, Miss! (1972), en la pieza radiofónica Embers (1959), de Samuel Beckett, ahora ampliada para voz y octeto de vientos. Memoria y olvido son los polos fundamentales que dominan esta partitura, en la que el material textual se va tramando a partir de la voz solista de la soprano en relación con los músicos del ensemble, recalando en el absurdo final, en el carácter tragicómico tan presente en el genio irlandés, cuyos textos a menudo han inspirado a Eötvös.
Natasha (2006) es otra muestra de fertilización de la música de Eötvös desde la literatura, en este caso desde otra de las plumas que más ha marcado su producción: Antón Chéjov. La ópera Tres hermanas (1998) constituyó el punto álgido de esa relación; una ópera desde la cual emerge este breve retrato del personaje de Natasha en toda su vulgaridad, estulticia e histeria. Voz, clarinete, violín y piano juegan a una suerte de drama crispado, de histriónica explotación de dinámicas y tesituras agudas, con unos resultados, en todo caso, menos halagüeños que la mencionada ópera.
La aforística Un taxi l’attend, mais Tchékhov préfère aller à pied (2004) vuelve a retratar el universo del genial dramaturgo ruso Chéjov, en este caso al escritor en persona en su deambular por las calles de Moscú, completamente abstraído en su universo de creación dramática. Pieza para piano de corte dinámico, paseo con pausas, progresión con dudas, caminos que se ramifican en pensamientos ligados por la progresión en una línea como amalgama sonora.
Como hemos visto hasta ahora, la música de cámara presente en este compacto es un perfecto ejemplo de la galería de retratos, inspiraciones, filias y homenajes que Péter Eötvös disemina a lo largo de sus partituras, marcadas por sus diálogos intertemporales y por su fuerte sentido dramático. La también pianística Erdenklavier - Himmelklavier Nr. 2 (2003/2006) es todo un homenaje al compositor italiano Luciano Berio (1925-2003), buen amigo de Eötvös y, como él, voz imprescindible para comprender la música de nuestra contemporaneidad. La primera parte de la obra fue compuesta al día siguiente del fallecimiento del trasalpino, y está marcada por sus grandes acordes en contrapunto a modo de marcha fúnebre; un ambiente que evoluciona y se va abriendo en su segunda parte, en un Himmelklavier que, jugando con el recuerdo de la monumental Hammerklavier beethoveniana, retoma su carácter de progresión, su dinamismo, esas nuevas rutas emprendidas por Berio en los cielos de la música, donde sin duda se debe encontrar, quizás a la derecha del propio Beethoven...
Por último, Cadenza (2008) presenta, como en el caso de Psy, una fuerte relación con el primero de los discos que abría el retrato Eötvös del sello BMC, pues se trata de la cadencia para flauta sola de la orquestal Shadows. Cadenza nos permite cerrar este viaje musical de forma circular, pues nos devuelve a los orígenes de Péter Eötvös, a su Transilvania natal, de donde obtiene los materiales musicales que articulan esta lírica pieza para flauta, mucho menos atractiva escuchada de forma autónoma que en la más densa y completa partitura de la citada Shadows, donde la presencia de los pares de instrumentos le otorga todo su sentido conceptual y formal.
Las interpretaciones de este compacto, buena parte de ellas supervisadas y dirigidas por Jean-Philippe Wurtz, son técnicamente muy solventes, apostando en la mayoría de registros por una lectura bastante amable de las partituras, por un lirismo que puede casar con muchas de estas obras, pero que casi demandaría la audición de otras posibilidades interpretativas para poder conocer no sólo el inherente lirismo a estas músicas, sino el dramatismo que también albergan, algo que se mostraba de forma más convincente en la versión de Psy registrada por el sello BIS (948). En todo caso, compacto que presenta las primeras grabaciones mundiales de Sonata per sei, Octet plus, Un taxi l’attend, mais Tchékhov préfère aller à pied, Erdenklavier - Himmelklavier Nr. 2, y Cadenza, por lo cual su recomendabilidad es obvia.
Las tomas sonoras de ambos compactos son excelentes. En el caso del primer disco, se trata de registros de las radios SWF y WDR alemanas, con lo cual presentan sus habituales estándares de calidad, especialmente relevantes en partituras orquestales de semejantes requerimientos, aquí transparentes, muy bien espacializadas, y de gran contundencia sonora. El compacto del Ensemble Linea está grabado por el Tom-Tom Studio, que ya nos había brindado una exquisita toma de la ópera As I Crossed a Bridge of Dreams (1998-99), en su día [leer reseña] comentada en nuestro diario (BMC CD 138). En los libretos prima más el diseño, la imagen visual, que prolíficos ensayos, pero al menos adjuntan los textos de las obras vocales y resultan muy atractivas sendas al corazón musical de un notabilísimo compositor de nuestro tiempo.
Estos discos han sido enviados para su recensión por el sello BMC
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