Discos

Justicia para un Offenbach inédito

Raúl González Arévalo
viernes, 12 de diciembre de 2014
Jacques Offenbach: Fantasio, ópera cómica en tres actos sobre libreto de Alfred de Musset (1872). Sarah Connolly (Fantasio), Brenda Rae (princesa Elsbeth), Russell Braun (príncipe de Mantua), Neil Davies (Sparck), Brindley Sherratt (rey de Baviera), Robert Murray (Marinoni), Victoria Simmonds (Flamel), Aled Hall (Facio), Gavan Ring (Hartmann). Orchestra of the Age of the Enlightenment. Opera Rara Chorus. Sir Mark Elder, director. Grabado en el Henry Wood Hall de Londres en diciembre de 2013. 2 CD (DDD) de 139 minutos de duración. OPERA RARA ORC51
0,0002618 La importantísima dedicación al repertorio italiano belcantista, con la recuperación de tantas óperas olvidadas, hace que con frecuencia se olvide la atención que Opera Rara también ha prestado desde sus inicios a la producción lírica gala de la segunda mitad del siglo XIX. Meyerbeer (Dinorah), Thomas (La cour de Célimène), Viardot (Cendrillon), incluso algún Massenet (Le portrait de Manon) permanecerían en el olvido de no ser por los ingleses. Que, sin embargo, han volcado todo su entusiasmo con Offenbach, desde las lejanas primicias de Robinson Crusoé y Christopher Columbus hasta las más recientes con Vert-Vert y la magnífica selección Entre-nous. Tras las magníficas grabaciones recientes había una expectación lógica con Fantasio.

Perteneciente a su etapa de madurez, no suele citarse entre las obras más recordadas del autor. Y uno se pregunta sinceramente por qué -como tantas veces con Opera Rara- después de escucharla. Los Cuentos de Hoffmann están a la vuelta de la esquina, por la mayor complejidad de la escritura orquestal y las mayores exigencias en materia vocal respecto a las óperas cómicas anteriores. Algunos motivos “suenan” a Hoffmann, algunas fórmulas parecen planteadas en estadios primitivos. De hecho, Fantasio sirve como puente entre las obras más ligeras y la profundidad musical y dramática de Hoffmann. Ya no parece que en su testamento musical el genio explotara postreramente después de haber estado no se sabe muy bien dónde.

El magnífico ensayo introductorio de Jean-Christophe Keck, responsable de la monumental y necesaria edición crítica de las obras de Offenbach, es de los mejores que ha publicado la discográfica en los últimos años. Nadie mejor que él para explicar el tortuoso camino de la reconstrucción de Fantasio, de la que se ofrecen incluso dos arias del protagonista en apéndice. Y, sobre todo, explica el valor musical de la obra en el contexto de la producción de su autor y teniendo en cuenta los objetivos que se marcó con ella. El resultado, como con frecuencia en Offenbach, es deslumbrante por la facilidad melódica, la inventiva, el encanto de una música aparentemente fácil, pero que en realidad es más fácil de escuchar que de cantar. El “pequeño Mozart de los Campos Elíseos” podía ser tan exigente como su hermano mayor. Además, frente a la grabación de 1957 recientemente reeditada por The Art of Singing, la edición británica restaura la vocalidad original del protagonista, estrenado por Célestine Galli-Marie, que previamente había sido el primer Viernes de Robinson Crusoé, y que ha pasado a la historia como la primera Carmen.

El plantel de la discográfica es realmente bueno... en el canto. Y decoroso en los diálogos, con una teatralidad poco natural, como echarán en falta especialmente los francoparlantes. Peccata minuta. Entre todos destacan las mujeres, comenzando por el Fantasio soberbio de Sarah Connolly en la que probablemente sea su mejor grabación, por encima de todos sus barrocos -la mezzo sabe destacar el aspecto melancólico, soñador del personaje- hasta el punto de que sus arias son el punto fuerte de la grabación. Junto con sus dúos con la princesa Elsbeth de Brenda Rae. La joven soprano de coloratura muestra una buena desenvoltura en sus números, la cavatina del primer acto y, sobre todo, el aria del segundo, convenciendo con una interpretación fresca y sentida. El barítono canadiense Russell Braun saca el mejor partido posible al príncipe de Mantua, oscilando entre la emotividad de su aria del segundo acto y la comicidad de su relación con el ayuda de cámara Marioni, muy bien encarnado por el tenor Robert Murray. Entre correctos y buenos los demás secundarios.

La dirección de Mark Elder es sencillamente brillante. El cuidado que presta a la concertación instrumental y a las voces redunda en la conjunción y el esplendor siempre necesarios en Offenbach. La Orchestra of the Age of the Enlightenment, experimentada en la flexibilidad y la riqueza de colores que requiere el repertorio romántico francés, es una protagonista discreta a la que basta prestar atención para apreciar que, en realidad, es otro de los pilares del registro. En definitiva, otra valiosa aportación de la discográfica británica.

La grabación ha sido posible gracias a la colaboración, entre otros, de la Fundación Palaezzetto Bru Zane-Centre de Musique Romantique Française. El centro cultural está desarrollando una labor impagable en la recuperación del repertorio francés decimonónico, con particular atención a la producción lírica. Esperemos que ésta sea la primera de muchas colaboraciones entre ambas instituciones, el campo de posibilidades es inmenso.

Este disco ha sido enviado por Opera Rara
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