Discos

Original Caldara

Raúl González Arévalo
miércoles, 30 de diciembre de 2015
Valer Sabadus: Caldara. Arias, sinfonías y preludios de Antonio Caldara, procedentes de Osminda e Fileno, Le lodi d’Augusto, Sedecia, Il giuoco d’Agrigento, Tirsi e Nigella, Le profezie evangeliche di Isaia, Il nome più glorioso, David umiliato. Solo de violoncello del Concerto da camera. Valer Sabadus, contratenor. Nuovo Aspetto. Michael Dücker, director. 1 CD (DDD) de 69 minutos de duración. Grabado en el Orchesterprobenzentrum de Colonia (Alemania) del 2 al 5 de julio de 2015. Sony Classical 88875129732. Distribuidor en España: Sony
0,0001329

Antonio Caldara está siendo objeto de una lenta revisión discográfica. Hace unos años Philippe Jaroussky le dedicó un monográfico con un programa basado en arias de sus óperas vienesas destinadas a castrados. En esa ocasión, y frente a otros autores italianos, principalmente de la escuela napolitana, pero no sólo, daba la impresión de ser un autor más competente que brillante, a pesar de la fama europea que alcanzó en vida. La selección mostraba una expresividad más sencilla que la exhibición brillante de otros autores barrocos, sin renunciar al despliegue deslumbrante cuando la situación lo requería.

Más recientemente Andrea Marcon recuperaba La concordia de’ pianeti [leer crítica], una serenata alegórica que, más allá de su valor intrínseco y la cuidada presentación de la grabación, no lograba cumplir con su objetivo final: la reivindicación del compositor. Algo que sí logra en mayor medida este nuevo monográfico, ofrecido por un joven contratenor en auge: el rumano Valer Sabadus.

De la elección del programa sorprende en primer lugar que se haya optado por arias procedentes de serenatas y oratorios en vez de óperas. Ciertamente abre una nueva ventana en la exploración de la producción del compositor. Pero, sobre todo, la selección es lo suficientemente acertada y variada como para despertar y mantener el interés del oyente, aunque no haya ningún descubrimiento memorable ni inolvidable. Por otra parte, en una vuelta de tuerca, cuando el público ya se ha acostumbrado a intérpretes masculinos que cantan papeles de castrado con una voz femenina, Sabadus interpreta directamente algunas arias compuestas para sopranos, ni siquiera castrados que interpretaban papeles femeninos como el joven Farinelli cuando asumió el de Cleopatra para Hasse. Ciertamente el cantante está acostumbrado a encarnar papeles de mujer estrenados por castrados, como ha hecho en las grabaciones de Catone in Utica [leer crítica] y Artaserse de Vinci. Y la delicadeza del timbre le permite encarnarlos con convicción.

De las piezas seleccionadas destaca la variedad en el acompañamiento instrumental. Sabido es el virtuosismo de los integrantes de la orquesta de la corte imperial vienesa. Destaca en particular el solo de violoncello, pero también los acompañamientos de las arias, en particular el salterio, presente en las dos arias más largas, extractos de Sedecia y Le profezie evangeliche d’Isaia. El largo diálogo con la voz en la primera resulta en una gran expresividad del lamento de Jeremías. La segunda se convierte en una gran escena dramática digna de los mejores oratorios. Tal vez sea la contribución más interesante en un recital en el que casi todas las pistas son primicias mundiales, como es ya la norma en este tipo de grabaciones.

El acompañamiento de Nuovo Aspetto cumple perfectamente su cometido, con un virtuosismo elegante, plenamente acorde con el estilo del compositor. En la misma línea del anterior recital dedicado a Gluck, Valer Sabadus ofrece una grabación alejada de los fuegos artificiales de otros colegas más afamados, centrados en programas y compositores más llamativos y espectaculares. El rumano presta a Caldara una voz luminosa, un canto delicado, distinguido en sus modos, perfectamente inserto en el estilo galante del compositor y digno del ambiente cortesano que lo alumbró. En definitiva, una propuesta original de un intérprete diferente.

Comentarios
Para escribir un comentario debes identificarte o registrarte.