Discos

Wittener Tage 2012

Paco Yáñez
lunes, 1 de agosto de 2016
James Clarke: 2012-S. Marko Nikodijević: gesualdo dub / raum mit gelöschter figur. Brigitta Muntendordf: Sweetheart, Goodbye. Emmanuel Nunes: Peter Kien - eine akustische Maske. Giacinto Scelsi: Incantesimi. Hans Abrahamsen: Three Little Nocturnes. Mauro Lanza: Der Kampf zwischen Karneval und Fasten. Klaus Lang: vier linien. zweifaches weiß. Naomi Pinnock: String Quartet Nº2. Simon Steen-Andersen: Quartett Nr. 2. Timothy McCormack: Apparatus. Myunghoon Park: seeds. Frode Haltli/Garth Knox/Rolf-Erik Nystrøm/Rohan de Saram: Nacht-Phantasie 2. Arno Waschk, narrador. Nicola Gründel, voz. Frode Haltli, acordeón. Pauline Post, piano. Rolf-Erik Nystrøm, saxofón. Garth Knox, viola. Rohan de Saram, violonchelo. Arditti Quartet. JACK Quartet. Asko/Schönberg Ensemble. Collegium Novum Zürich. hand werk. WDR Rundfunkchor Köln. WDR Sinfonieorchester Köln. Experimentalstudio des SWR. Titus Engel, Rupert Huber y Reinbert de Leeuw, directores. Kulturforum Witten y WDR, productores. Wolfgang Ellers, Stefan Hahn, Michael Peschko, Christian Schmitt y Günther Wollersheim, ingenieros de sonido. Dos CDs DDD de 138:43 minutos de duración grabados en Witten (Alemania), del 27 al 29 de abril de 2012. Wittener Tage für neue Kammermusik 2012
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Gran edición, la del año 2012, en las Wittener Tage für neue Kammermusik, como dan buena muestra los dos discos compactos que hoy reseñamos en Mundoclasico.com; espejo sonoro en el que se reinventa la música de cámara desde diversos aspectos, destacadamente tímbricos, con interpretaciones de primerísimo nivel que han hecho del festival del 2012 uno de los más atractivos en los últimos años en Witten.

La primera de las piezas recogidas en esta soberbia edición es 2012-S (2012), del británico James Clarke (Londres, 1957), partitura para dos cuartetos de cuerda aquí interpretada mano a mano por dos de las mejores agrupaciones camerísticas de nuestro tiempo: Arditti Quartet y JACK Quartet. Obra de gran atractivo y fuerza, 2012-S fusiona a ambos cuartetos en un verdadero ensemble de cuerda, con un enfoque especialmente atento a la construcción de los acordes, desde las categorías de color y perspectiva, sometidas a constantes variaciones que comprenden una modulación armónica muy cromática, en auras cíclicamente degradadas desde la interioridad microscópica del sonido, generando la sensación de que el color sonoro es un organismo en desarrollo. Y es que la movilidad es una de las características fundamentales de un doble cuarteto en el que lo más estático se mueve por cauces camerísticos y armónicos, mientras que ese flujo magmático, tan abigarrado en términos cromáticos, se ve desestabilizado periódicamente por apuntes-ataque individuales en técnicas extendidas (en su mayor parte provenientes de la música concreta instrumental) que enriquecen notablemente la paleta gestual, técnica y estilística, rubricando una partitura con muchos estratos de profundidad y pasajes de notable impacto.

Marko Nikodijević (Subotica, 1980) nos ofrece otra pieza de gran calidad en su fantasmagórica gesualdo dub / raum mit gelöschter figur (2012), obra para piano y ensemble de la mano, aquí, de un soberbio Reinbert de Leeuw al frente del Asko/Schönberg Ensemble, con Pauline Post en su centelleante teclado. La partitura aborda constantemente un doblaje de planos y ecos sonoros, no sólo entre piano y ensemble, sino entre el presente y los ecos que el compositor serbio rescata del pasado, de Moro Lasso (1611), el madrigal de Carlo Gesualdo. Nikodijević somete la partitura a un estudio informático desde el que realiza tratamientos que generan una pieza que se caracteriza por su fluidez, así como por una dinámica de golpeo y expansión sonora ondulante, cual si los azotes de la historia hicieran fluctuar los desarrollos subsiguientes, hasta el presente. De este modo, estos 'objetos sonoros encontrados' en el rico baúl del catálogo gesualdiano dan lugar a síntesis, amalgamas y organismos ya difícilmente asimilables al original madrigalesco, pero de una belleza subyugante, atmosférica, misteriosa, con una voluntad dramatúrgica a través de la cual podríamos adentrarnos en la torturada mente de Gesualdo en sus años finales, poblada por golpeos y presencias emanadas de la fatídica noche en la que asesinara a su esposa, en 1590 (próximamente, en nuestro diario reseñaremos Gesualdo: Death for Five Voices (1995), documental del alemán Werner Herzog sobre la tragedia de Gesualdo, un tema en música tan afín, entre otros, a Salvatore Sciarrino).

La compositora alemana Brigitta Muntendorf (Hamburgo, 1982) pone el acento más punkarra y agresivo con Sweetheart, Goodbye (2011-12), obra igualmente de carga erótica y profundización en unas emociones desbordadas, algo a lo que la inflamada narración de Nicola Gründel ayuda notablemente, por cuanto lleva el peso de una obra de sonoridad netamente actual, mestiza, a la que se asoma una tensión y una violencia soterrada que aborda las dificultades de la comunicación a partir de monólogos del Ulysses (1914-21) de James Joyce. La narradora activa, igualmente, hasta sesenta samples, por lo que voz, ensemble (de nuevo, el Asko/Schönberg, con Reinbert de Leeuw) y electrónica llegan a desdibujarse entre sí. De «escena abstracta fuertemente estilizada» habla Muntendorf para referirse a una partitura que pretende crear una acción dramática más allá de la propia música o del teatro.

Con Emmanuel Nunes (Lisboa, 1941 - París, 2012) alcanzamos uno de los puntos álgidos de este recopilatorio. La postrera Peter Kien - eine akustische Maske (2012) está ya no sólo basada, sino profundamente imbricada con Die Blendung (1935), la soberbia novela de Elias Canetti en castellano conocida como Auto de fe. Compuesta a modo de máscara acústica para su protagonista, el sinólogo y bibliófilo Peter Kien, la partitura procede a compilar fragmentos de Auto de fe que Nunes fragmenta, entrecorta y nos ofrece de forma segmentaria, de modo que el texto al completo nunca es audible. Arno Wachk lleva a cabo una narración que marca con su articulación, ritmo y prosodia (extraída de Canetti) el desarrollo electrónico-instrumental, a cargo de un magnífico Collegium Novum Zürich con Titus Engel al frente (director recientemente entrevistado para Mundoclasico por Agustín Blanco Bazán, leer entrevista). Así, y tal y como sucedía en la obra de Marko Nikodijević, se produce una suerte de golpeo (textual) y reverberación (instrumental) que activa desde las palabras de Peter Kien el entorno en el que se recluye de modo obsesivo, proliferando desde evocaciones sonoras de la China hasta densas tímbricas en las maderas graves que nos remiten a la profundidad de un conocimiento obsesivo, desconfiado, que aquí acompañaremos a su pira final, a ese auto de fe en el que él mismo se inmola en/con su biblioteca, y cuyo fuego, llamas y páginas ardientes revolotean en el cuarto y conclusivo movimiento de ésta, una de las partituras de despedida de un compositor al que dedicamos una especial atención en nuestro diario en sus últimos años de vida, y al que seguimos añorando.

Una vez escuchadas las tres primeras partituras, adentrarse en los Incantesimi (1973) del italiano Giacinto Scelsi (Pitelli, 1905 - Roma, 1998) es como viajar a un pasado remoto, a un mundo ceremonial y primitivo marcado por el chamanismo y sus encantamientos. De ello da buena fe un Rupert Huber que al frente del efectivo coral del WDR Rundfunkchor Köln y de los instrumentistas de la WDR Sinfonieorchester Köln ahonda en su carácter arcaico y ritual, enfatizando lo más rítmico de esta página, notablemente desde una percusión que puntea a todo un efectivo en el que las voces ponen el acento más humano, la voz de un pueblo remoto entregado a sus exorcismos de purificación. Rotunda versión, acerada en sus portementi vocales hacia éxtasis sonoros de acalorado frenesí en los que se conjuga lo religioso y lo erótico: algo transversal a tantas religiones, como dejaron constancia desde los místicos castellanos a los poetas sufís.

Ya en el segundo compacto, del danés Hans Abrahamsen (Copenhague, 1952) escuchamos sus Three Little Nocturnes (2005), quinteto para acordeón y cuarteto de cuerda marcado por una alternancia rítmica lento-rápido-lento y unas tesituras generalmente agudas en los cinco instrumentos. En el segundo de estos nocturnos, Abrahamsen nos remite al sonido del bandoneón en el tango argentino, con su sensualidad y sentido rítmico, que define como apasionado. ¿Fruto? de la carga erótica del segundo nocturno, es un tercero que acaba conformando una nana en la voz de un aflautado acordeón en flageolets, mientras el primer violín lo acompaña retomando una de las melodías del segundo nocturno, entreverando así las piezas y expandiendo su aura romántica y sensual, de presupuestos sencillos y accesibles.

De nuevo, los cuartetos Arditti y JACK unen sus efectivos para afrontar el octeto Der Kampf zwischen Karneval und Fasten (2012), del italiano Mauro Lanza (Venecia, 1975). Partitura basada en el óleo homónimo de Pieter Brueghel el Viejo El combate entre don Carnal y doña Cuaresma (1559), así como en el cuarto libro (1552) del Gargantúa y Pantagruel rabelesiano, la pieza funciona a modo de confrontación de ambos cuartetos desde dialécticas discrepantes que nos hablan del cuerpo y del espíritu desde sus (otrora, verbigracia del cristianismo) antitéticas posiciones (que, desgraciadamente, aún lo son para muchos). Es así que, de nuevo, prolifera una cohabitación (aquí, combate) de técnicas extendidas y procedimientos armónicos: seña de identidad tan arquetípica de nuestro tiempo, que en la música de Mauro Lanza se lleva a cabo con gran refinamiento y musicalidad, en un soberbio octeto.

Pero si de refinamiento hablamos, quizás la partitura más delicada, meticulosa y sensible en este doble compacto lo sea vier linien. zweifaches weiß (2011), del austriaco Klaus Lang (Graz, 1971). Habitual prestidigitador del timbre, Lang nos ofrece una página para piano, vientos y percusión repleta de auras mágicas, suspendida, etérea, ingrávida. vier linien conforma toda una reflexión sobre la microtemporalidad y la abstracción en la música, abismándose a un universo de intrincadas líneas sonoras que se expanden, entrecruzan y buscan otros horizontes: toda una sociedad acústica que bien podría espejear la nuestra (casi más la utópica que la real; pues ésta de Lang se caracteriza por su paz y armonía). Abigarrada en cuanto a texturas, Lang ocupa en su partitura todo el espacio con timbres densos y atractivos, sobre los que se alzan gestos sonoros (muy hermosos, los del metal grave) que, paradójicamente, de un modo constante nos remiten (y sugieren) al silencio, tal es su quietud, extatismo y conformación en planos de largo recorrido que parecen perderse en un espacio vacío, sin apenas crescendi o alteraciones de ese marasmo tan compacto, excepto el que se expande en el segundo movimiento. El final de la obra es su pasaje más desnudo, confiado a un piano netamente poético, que canta una melodía lanzada a un vacío en el que se disuelve convocando ecos de otros tiempos. Muy bella página, magníficamente interpretada por una WDR Sinfonieorchester Köln especialmente comedida y delicada, con Rupert Huber al frente.

Desde su prolongada introducción en la viola, el String Quartet Nº2 (2011-12) de la británica Naomi Pinnock (Cleckheaton, 1979) se nos antoja una partitura un tanto cansina, reiterativa en su modo de hacer circular el mismo material una y otra vez, invocando una memoria que parece, aquí, confinada en una cárcel de eximios recuerdos; más virulenta y rítmica, en su primer movimiento; feldmaniana, en el segundo, entre cuyos estáticos compases parecen quererse adentrar ecos de la música folclórica, sublimados, velados, apenas susurros antes de desmaterializarse ese bucle continuo en el silencio. No parece que los Arditti estén, por otra parte, aquí muy en su terreno ...

...sí lo está el JACK en otro Quartett Nr. 2 (2012), el del danés Simon Steen-Andersen (Odder, 1976), una partitura mucho más atractiva desde un punto de vista tímbrico, marcada por una rugosidad constante, con un incansable staccato tan cerrado sobre la cuerda, tan comprimido, que la sonoridad difícilmente podría remitirnos a la de un cuarteto de cuerda. De hecho, el JACK Quartet utiliza aquí arcos preparados, en los que se dispone un sistema de microfonía que amplifica ese universo de roce, compresión y fricciones entre arco y cuerdas, con una plétora de acciones ruidistas y técnicas extendidas que reinventan literalmente el medio. Además de una incansable búsqueda de efectos sorprendentes, hay en Steen-Andersen una gran musicalidad y un aquilatado juicio para la estructura y el manejo de las tensiones, por lo que este nuevo cuarteto es digno heredero de un género que lanza hacia el futuro, añadiendo nuevos recursos y horizontes estilísticos a su amplísimo bagaje. Otro punto álgido en Witten 2012, y nueva partitura digna de re-conocer; más, en la inmensa interpretación del JACK.

El norteamericano Timothy McCormack (Boston, 1984) nos propone en su exigua Apparatus (2009-10), de tan sólo 30 segundos de duración, un condensado de sonoridades ruidistas activando el cuerpo de los instrumentos de un trío conformado por clarinete bajo, violonchelo y piano. Los miembros del ensemble hand werk se aplican con frenesí a un trío que destila influencias, igualmente, del jazz, especialmente en la sonoridad de un clarinete bajo que recuerda al saxofón en la libre improvisación.

De nuevo a cargo de hand werk, escuchamos seeds (2011) del coreano Myunghoon Park (Seúl, 1980), trío para flauta, violín y piano de más despojada escritura, en la que pareciera que su título diese muy gráfica cuenta de un proceso de siembra y floración de organismos musicales en diversos momentos de la partitura, con sus líneas de proliferación entrecruzadas a base de gestos muy parcos, ya sea aire sin tono en la flauta, arpegios en el piano (que recuerdan a ciertos Játékok (1973...) de Kurtág), o flageolets en el violín, lo cual genera una constante sensación de movilidad.

Cierran esta interesantísima edición de las Wittener Tage für neue Kammermusik 2012 Frode Haltli (1975), acordeón; Garth Knox (Dublín, 1956), viola; Rolf-Erik Nystrøm (Oslo, 1975), saxofón; y Rohan de Saram (Sheffield, 1939), violonchelo, para abordar Nacht-Phantasie 2 (2012), improvisación colectiva a partir del dúo para viola y violonchelo Bhuni (1973), de Giacinto Scelsi. Partiendo del silencio, el cuarteto entreteje una masa cerradísima de sonoridades en legato que oscurecen el espacio, para progresivamente irlo abriendo al silencio y a la luz a través de un despojamiento en tesituras cada vez más agudas que conforman diversas agrupaciones de tríos, dúos y voces solistas en el conjunto, entonados cual cantos a la noche o fantasías sobre los materiales del italiano; aquí un Scelsi especialmente lírico y meridional, cantabile destacadamente en la viola de Garth Knox, repleta de ecos del folclore mediterráneo antes de su disolución en un ambiente de fantasmagoría, surcado por espectrales voces de los restantes instrumentos, ya con el cuarteto totalmente disgregado en gestos sonoros atomizados. La musicalidad que se desgrana de los cuatro intérpretes aquí reunidos para improvisar es soberbia.

Como ya es habitual en las ediciones de las Wittener Tage für neue Kammermusik, las tomas de sonido corren a cargo de la WDR alemana, con lo cual las garantías son plenas, con unas grabaciones inmaculadas. De nuevo, el libreto sólo se presenta en alemán, con una generosa extensión de 32 páginas y una prolija cantidad de fotografías y textos explicativos a cargo de los propios compositores, además de biografías y datos técnicos. Así pues, toda una invitación a adentrarnos en un conjunto de partituras que dejaron constancia del elevadísimo nivel de las jornadas de Witten en 2012, con una mención especial para las propuestas de Marko Nikodijević, Emmanuel Nunes, Klaus Lang, Mauro Lanza y Simon Steen-Andersen.

Estos discos han sido enviados para su recensión por el Kulturbüro Witten

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