Discos
Irresistible Offenbach, magnífica Devos
Raúl González Arévalo

Offenbach es de esos compositores que rompen moldes, aunque algunos se empeñen en reducir sus méritos líricos a esa obra maestra que es Les contes d’Hoffmann porque desprecian la opereta. Sin embargo, la sabiduría que destila en cada nota que escribió desborda todas las previsiones. A principios del nuevo milenio Marc Minkowski lo puso de moda con lecturas antológicas de Orphée aux enfers, La belle Hélène y La Grande-Duchesse de Gerolstein (Erato) y un recital indispensable con Anne Sofie von Otter (DG). Por su parte, Opera Rara, tras los iniciales Robinson Crusoé (con una encantadora Yvonne Kenny) y el pastiche Christopher Columbus (en inglés), volvía a la carga con el cambio de siglo con la deliciosa Vert-Vert y la deslumbrante Fantasio en la reciente edición crítica, sin olvidar la antológica selección, impagable, que supuso el doble compacto Entre Nous.
Este año se conmemora el bicentenario de su nacimiento (1819-2019) y Alpha lo aprovecha para proponer una nueva colaboración con el Palazzetto Bru Zane después del soberbio recital de Julien Behr, Confidence, hace unos meses. El resultado es deslumbrante por la confluencia de dos elementos irresistibles: el propio compositor, naturalmente, y la soprano belga Julie Devos. El programa, elaborado con la fundación con sede en Venecia, combina arias que son auténticos clásicos del repertorio francés para soprano de coloratura -el aria de Olympia, el vals de Edwige- con otras procedentes de títulos menos conocidos, entre los que el más favorecido es Boule de neige, con tres piezas. Además se incluye la obertura de Les bergers, muestra genial de la fantasía y la capacidad dramática de Offenbach a la hora de componer y elegir instrumentación. La única concesión comercial, por su enorme tirón, es la presencia de la barcarola de Los cuentos de Hoffmann, cantada con la mezzo Adèle Charvet, de voz muy interesante.
Alexandre Dratwicki, director del Centre de musique romantique française que patrocina la grabación, firma unas instructivas notas en las que, además de subrayar el conocimiento de Offenbach sobre voces, pone de manifiesto su predilección por la tipología que protagoniza el disco, la soprano de coloratura, desde sus primeros trabajos en un solo acto. Así, se traza un retrato amplio y acertado de su amor por un tipo vocal no siempre apreciado por quien lo reduce al prejuicio de canarios de exhibición. Una escucha atenta confirma, sin embargo, las posibilidades dramáticas que Offenbach exploró y que también están presentes en los trabajos cómicos. Claro que para ello hace falta un intérprete convencido, pues el dominio del estilo y la técnica son conditio sine qua non para atreverse con este repertorio. Jodie Devos está sencillamente magnífica. Espero que la fundación siga contando con ella para poner en valor ese enorme repertorio de opereta y opéra comique francesa que precisamente realzaba Dratwicki en una reciente entrevista a un medio musical francés.
La soprano belga suena gloriosa en cualquier registro, los sobreagudos son seguros y redondos y la intérprete maneja a placer todos los recursos propios del belcanto: trinos, notas picadas y cadencias que son mucho más que meros adornos, especialmente por la capacidad para transmitir la joie de vivre que caracteriza la producción musical de Offenbach. Su genio, sin embargo, emerge con mayor fuerza incluso en los números ‘serios’, como el aria de la muerte de Eurydice o las dos arias de Elsbeth de la preciosa Fantasio, no exentas de ternura y mejor articuladas por su condición de francófona que las de Brenda Rae para Opera Rara.
Alguno podría pensar que es más fácil impresionar en las arias desconocidas por falta de competencia. Nada más lejos de la realidad. Para muestra, tres números: el vals-tyrolienne de Un mari à la porte se hizo popular con Sumi Jo, que lo grabó en el recital Carnaval! de la mano de ese gran especialista que es también en ópera romántica francesa Richard Bonynge (Decca). Devos suena más redonda e implicada que la coreana, cuya aproximación estaba más cercana a las Command Performances que tenían lugar ante la reina Victoria en Buckingham, algo inevitable con el director australiano a la batuta. Por eso mismo me habría encantado escuchar a la belga en el aria de Giulietta de los Cuentos, “L’amour lui dit: la belle”, plagada de agilidades y de la que Jo dejó una versión memorable en la integral indispensable dirigida por Nagano (Erato).
El vals de Edwige conoce una grabación antológica con Joan Sutherland (Decca), pero los medios son incomparables y la aproximación es tan victoriana como la de Jo, no en vano comparten de director al marido de la australiana. También Dessay dejó un registro impresionante. Sin embargo, prefiero a Devos porque me resulta más convencida -que no convincente en lo vocal- del valor de esta música, más allá de la exhibición. Por el contrario, donde ninguna se acerca a la francesa es en el aria de Olympia, en la que Dessay estaba sencillamente estratosférica. Pero sí diré que Devos logró sorprenderme y divertirme con las variaciones que propone, y ya es mucho en un aria tan conocida y de grabaciones históricas. Tal vez, por poner algún reparo, el resultado final se habría beneficiado de un tempo ligeramente más vivo por parte de Campellone, algo sorprendente porque sí transmite la chispa necesaria en el resto del programa.
La orquesta de la radio muniquesa sigue demostrando, una vez más, su afinidad con los compositores franceses del XIX, de hecho está consignando grabaciones gloriosas en la serie de ópera francesa de Ediciones Singulares -igualmente patrocinada por el Palazetto Bru Zane- de títulos de Gounod (Le tribut de Zamora; Cinq-Mars), Saint-Saëns (Proserpine) y Godard (Dante). Como el propio Offenbach, es un gran ejemplo de los logros del eje franco-alemán. Más allá de la contribución brillante a lo largo de todo el disco, se luce por derecho propio con la obertura de Les bergers, donde además la dirección de Campellone dosifica sabiamente el crescendo para lograr un mayor impacto músico-dramático. En definitiva, un disco imperdible.
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