Vox nostra resonat
Gaos, AndrésEl universo musical de un artista local
Xoán M. Carreira
Durante los meses de abril y mayo, la Universidad de Santiago de Compostela exhibe la exposición O universo musical de Andrés Gaos (1874-1959), comisariada por Montserrat Capelán y Javier Garbayo.
No existe catálogo, la única publicación vinculada a la exposición es un parco díptico en tres idiomas (gallego, español e inglés) que incluye tres ilustraciones: en portada una foto promocional de Gaos como violinista, y en el interior dos miniaturas, una foto familiar de Gaos ya anciano y la portada del manuscrito de su Muiñeira op. 2. Según este díptico
“El Universo musical de Andrés Gaos (1874-1959) muestra las diferentes facetas del músico coruñés: intérprete, compositor, director y maestro. Asimismo, resaltamos sus relaciones y experiencias vitales, desde las familiares hasta las que cultivó con personajes muy importantes del momento, con Galicia y Argentina siempre de trasfondo.”
La mayor parte del material de la exposición procede de la colección privada que Andrés Gaos Guillochón, hijo del artista, legó a la universidad de Santiago de Compostela en 2017 y que desde entonces está depositada en la Biblioteca América de dicha universidad.
Los comisarios de la exposición carecen de formación en materia de archivos y documentación, carencia que resulta patente en esta exposición, repartida en dos salas, con paneles y vitrinas aparentemente temáticas: Galicia, Argentina, el violinista, el director, etc. En dichas vitrinas se reúnen en cordial revoltijo programas, partituras, fotos, recortes de prensa, manuscritos, cartas, y diversos objetos, que sistemáticamente carecen de la correspondiente ficha descriptiva.
A menudo las tarjetas con textos del interior de las vitrinas sustituyen la información identificativa y descriptiva del documento por frases literarias ambiguas en las cuales encuentran los comisarios ocasión de exhibir su rica imaginación y fantasía. Esta creatividad se explaya especialmente en las cartelas de la exposición, claramente pertenecientes al género hagiográfico, el cual permite tratar con gran libertad los datos cronológicos, topográficos y de ocasión, e incluso introducir esos datos contradictorios que nunca faltan en las vidas de santos. En contraste O universo musical de Andrés Gaos omite toda mención al centenario del estreno gallego (A Coruña: Teatro Rosalía, 1 de noviembre de 1919) del poema sinfónico Granada considerado por Gaos como su obra maestra.
Esta impresión se ve reforzada (que no escuchada, porque el sonido es ininteligible) en un vídeo mediocre -excepto en el aspecto técnico de la imagen y montaje- en el cual se alternan comentarios subjetivos de los comisarios Montserrat Capelán y Javier Garbayo, y diversos divulgadores de la obra y figura de Gaos con fragmentos musicales de diversa procedencia y autoría. En ningún momento se informa al espectador si lo que se escucha es de Gaos o de otro autor, lo que puede prestarse a desafortunadas confusiones y comparaciones.
El visitante de El Universo musical de Andrés Gaos (1874-1959) abandona la exposición sin la menor información sobre la presunta carrera internacional de Gaos como violinista, sin la menor prueba documental de su presunta carrera como director de orquesta, sin ninguna relación de alumnos que avale la presunta importancia de su labor docente, e igualmente sin ninguna prueba documental de la trascendencia de su labor compositiva. La cuestión no es baladí si tenemos presente que el nombre de Gaos no figura en ninguna monografía académica de referencia (generales o acotados cronológica o geográficamente) sobre violinistas o directores de orquesta, tampoco se trata su figura en ninguna historia de la música, ni en los tratados sobre el teatro musical o la creación sinfónica. En cuanto a las obras sobre la educación musical en Argentina, el apellido Gaos sí figura, pero en referencia a su primera esposa, la cantante, violinista y docente América Montenegro de Gaos.
A través del material expositivo es imposible saber si Gaos estudió violín en París o en Bruselas, pero sí se pueden constatar dos hipérboles en el discurso hagiográfico sobre este artista. La primera afirma que Gaos fue alumno dilecto de Jesús de Monasterio en el Conservatorio de Madrid, sin embargo -en el boletín de calificaciones de fin de carrera que se exhibe en una vitrina- consta que Gaos terminó sus estudios en Madrid con un modesto segundo premio. La segunda exageración es decirnos que Gaos fue un pianista extraordinario: en la sala B se pueden escuchar varias grabaciones fonográficas de Gaos al piano, en el que queda patente que era un buen músico pero un discreto ejecutante.
Contra los protocolos estándar, la catalogación y clasificación del legado Gaos no se ha realizado por el personal facultativo de la BUSC. La dirección de la BUSC delegó dicha tarea en Organistrum, un grupo de profesores de música de la universidad -entre los cuales no hay archiveros ni documentalistas- que han compatibilizado la tarea de inventario, descripción y catalogación de los fondos con su propia producción investigadora que han ido publicando a lo largo de estos años.
Hasta el momento, se ha vetado la consulta del fondo Gaos a toda persona ajena a este reducido grupo que ha mantenido un régimen de monopolio sobre este legado desde su recepción por la Universidad, esperemos que a partir de esta exposición los fondos puedan ser libremente consultados por cualquier investigador interesado y cualificado. Será una manera de paliar la ausencia en El Universo musical de Andrés Gaos (1874-1959) de cualquier mención a las publicaciones académicas sobre Gaos, la vida musical de Buenos Aires o a las monografías sobre Pablo Casals, Camille Saint-Saëns y otros grandes artistas que -según los comisarios- eran íntimos amigos y colaboradores de Andrés Gaos. Puesto que el nombre de este último no aparece mencionado en ninguna biografía, cronología, epistolario, iconografía o monografía sobre Casals, Saint-Saëns y las otras personalidades referidas, la mejor opción sería reservar el juicio sobre tan improbables amistades mientras no aparezca alguna prueba de las mismas.
En junio de 2013 Vanessa Painceira presentó su Trabajo fin de Master (TFA) en la Universidad de Oviedo, La revalorización de la figura de Andrés Gaos en Galicia en el cual analizaba la invención y construcción del mito de Andrés Gaos como artista gallego universal. Esta investigación fue reelaborada en forma de artículo académico para un prestigioso journal* en el cual pone de manifiesto el tratamiento hagiográfico de su biografía y la generosa reescritura de sus obras publicadas por las instituciones gallegas, quienes se fían tan poco de la valía de Gaos que antes de interpretar su música le buscan arreglistas y orquestadores externos.
La exposición O universo musical de Andrés Gaos (1874-1959) es el punto de inflexión de la construcción de ese discurso político sobre el músico galaico-argentino. Discurso político esencialista, nacionalista, y mesiánico en el cual ‘todo vale’. En diversas entregas de esta narración hemos sabido que Aires gallegos de Gaos son un hito en la historia del piano semejante a Cuadros de una exposición de Musorgsqui, hemos escuchado que su ópera inédita e inaudita Amor vedado es una obra canónica en la historia de la ópera argentina, y hemos leido que un cuplé que describe una felación de una joven a un negrito -en un ingenio azucarero y en una noche de calor tropical- es un paradigma de la canción nacionalista argentina.
Ya sé que se trata sólo de la música de un autor ignoto, pero este discurso político sobre la música es otro ‘huevo de la serpiente’, quizás diminuto, pero tan tóxico como los discursos sobre la Reconquista española o los que aspiran a convertir la Guerra Europea de Sucesión (1700-1713) en un conflicto bélico por la liberación nacional catalana.
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