Discos

Flujos acústico-electrónicos

Paco Yáñez
lunes, 1 de febrero de 2021
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Jaime Reis: Fluxus, Dimensionless Sound (B); Fluxus, Lift; Fluxus, Drag; Fluxus, Transitional Flow; Fluxus, pas trop haut dans le ciel; Fluxus, Vortex - Schubkraft. Clara Saleiro, flauta. Pinar Dinçer, viola. Duo Contracello. Aleph Gitarrenquartett. Jaime Reis, electrónica. Luís Marques, Mehmet Can Özer, Jaime Reis y Sebastian Schottke, ingenieros de sonido. Un CD DDD de 50:13 minutos de duración grabado en Ohain (Bélgica), Karlsruhe (Alemania), Yasar (Turquía), Castelo Branco y Lisboa (Portugal) en noviembre de 2017, octubre de 2018, y julio y octubre de 2019. Kairos 0015080KAI.
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A lo largo de noviembre y diciembre del pasado año dedicamos en Mundoclasico.com una especial atención a Enrique X. Macías, compositor gallego en cuyas partituras eran más que evidentes las influencias de algunas de las principales figuras de la composición portuguesa de finales del siglo XX, como Emmanuel Nunes o Jorge Peixinho, creadores a través de los cuales Macías recibía una impronta no menor, entre otros, de Karlheinz Stockhausen.

Es éste un rizoma que me ha recordado el disco que hoy reseñamos, un monográfico del compositor portugués Jaime Reis (Lisboa, 1983) cuya sonoridad acústico-electrónica se encuentra, en muchos momentos, muy cercana a la de Enrique X. Macías, algo que se refuerza si nos fijamos en el currículum de Jaime Reis, en el que se especifica que, entre otros, el lisboeta se formó en composición y electroacústica con Emmanuel Nunes y Karlheinz Stockhausen. Esta última influencia es la más palpable, al punto de que este compacto del sello Kairos es uno de los lanzamientos que más me ha evocado la estética del compositor alemán de cuantos haya recibido en los últimos años, lo que le confiere un estilo tan referenciado a una de las corrientes académicas dominantes en la segunda posguerra como un tanto añejo.

Nos encontramos en este disco, en total, con seis partituras, todas ellas englobadas en el ciclo Fluxus (2012-19), un conjunto de obras —según el propio Jaime Reis— inspirado en los fenómenos físicos asociados con la mecánica de fluidos. Es por ello que —de nuevo, según el compositor lisboeta— el espacio ya no se concibe aquí como un mero concepto, sino como una realidad vivida en la que los marcos, la fuerzas y los flujos interaccionan en una dinámica creativa que Reis intenta volcar en su música; una música que palpita a través de ese espacio reformulado y transitado por unos flujos en los que la electrónica dispone los marcos y los solistas instrumentales se asocian más a las figuras que, cual personajes, habitan esas topologías electroacústicas: todo ello, por supuesto, con unos márgenes de reversibilidad muy importantes, debido a la intrincada hibridación de ambos medios y a la multiplicación que desde los acústicos se produce en la electrónica por medio de la conquista de sonoridades que a los solistas les resultan imposibles o inabarcables en sus instrumentos, por lo que el paisaje se enriquece, así, sobremanera.

La primera pieza de este recorrido sería, por fecha de iniciación de la misma, Fluxus, Dimensionless Sound (B) (2012-17), partitura para flauta y electrónica que se extiende a la propia voz, por la articulación fonética que lleva a cabo la flautista, así como por la profusión de multifónicos que complejizan someramente el resultado final de esta obra. En este compacto disfrutamos de una lectura impresionante a cargo Clara Saleiro, flautista portuguesa que ha visitado nuestras páginas en numerosas ocasiones, como miembro que es del ensemble gallego Vertixe Sonora. Con su habitual buena técnica y seguridad, Saleiro nos regala uno de los puntos álgidos de este compacto por su multiplicación de capas superpuestas, de forma que no se trata tanto de esa ausencia de dimensiones espaciales a la que podría aludir el título de la obra, como de una cierta pérdida como oyentes ante la proliferación de dichas capas y fuentes entrecruzadas, al punto de que éstas parecen escapar a nuestra percepción, dando lugar a lo que Jaime Reis califica de dimensiones sensibles elusivas.

El gran trabajo del compositor lisboeta en lo puramente electrónico está aquí presente por medio de dos piezas, Fluxus, Lift (2013) y Fluxus, pas trop haut dans le ciel (2017), obras que vuelven a evidenciar una impronta stockhauseniana de ley; por momentos, lindando el homenaje: tan próximos son los universos estéticos del portugués y el alemán. Como su título nos sugiere, en Fluxus, Lift ascendemos sin peso por medio de diferentes combinaciones electroacústicas articuladas por Reis en ocho pequeños cuadros que ejemplifican esa liviandad: música que elude, aquí, no tanto las dimensiones, sino la fuerza de la gravedad, para suspender nuestra percepción en una audición flotante. Mientras, Fluxus, pas trop haut dans le ciel nos confronta con otro tipo de fuerzas; no tanto gravitatorias, como las de los sonidos que fluyen a nuestro alrededor, por lo que la pieza se acaba convirtiendo en todo un medioambiente acústico de gran realismo en el que proliferan desde ruidos cotidianos a sonoridades de síntesis que inciden en cómo el sonido se transforma incesantemente, tomándonos como eje central, en diversas direcciones. Pieza cuya topología acústica debería ser, naturalmente, el surround, Jaime Reis preparó la versión estereofónica que aquí escuchamos en el ZKM's Kubus - Klangdom de Karlsruhe, dando como resultado una versión más adecuada para la mayoría de nuestros equipos de música, de una calidad en cuanto a sonido, como todo el compacto, espectacular.

Fluxus, Drag (2015) nos devuelve al diálogo acústico-electrónico; en este caso, con un dúo de violonchelo y contrabajo que vuelven a incidir, como ya lo hiciera Fluxus, Lift, en las fuerzas que gravitan sobre lo musical. A mayores, la polifonía tiene un papel central, llegando Jaime Reis a especificar hasta cuatro voces por instrumento de forma simultánea, gracias a los multifónicos. Estos, junto con la electrónica, multiplican las capas de sonido, resultando que, como en Fluxus, Dimensionless Sound (B), volvemos aquí a ser partícipes de un virtuosismo de impresión, algo que Reis comparte con el propio Enrique X. Macías, a quien nos referíamos al comienzo de esta reseña, así como con Emmanuel Nunes. Se trata de un virtuosismo, como en el caso de los compositores gallego y portugués, puesto al servicio de una estructura y de un discurso artístico-musical, y no como un mero ejercicio de pirotecnia sonora.

Lo mismo sucede en la no menos compleja y virtuosística Fluxus, Transitional Flow (2013), pieza para viola y electrónica en la que Reis presta una especial atención a la mecánica de fluidos, produciendo transformaciones constantes en la materia acústica, en su linealidad o turbulencias, así como en sus rangos dinámicos y grados de presencia. La lectura en este compacto de la viola turca Pinar Dinçer es, nuevamente, espectacular, así como centrada en esos límites entre lo acústico y lo electrónico que tanto interesan al compositor lisboeta no sólo para expandir las texturas tímbricas y armónicas de sus partituras, sino nuestra propia audición.

Análogos planteamientos en la más reciente de las piezas aquí reunidas, Fluxus, Vortex - Schubkraft (2018-19), partitura de la cual Jaime Reis ha compuesto dos versiones: la primera, para cuarteto acústico de guitarras; la segunda, para cuarteto de guitarras y electrónica espacializada, opción que escuchamos en este compacto en una versión estereofónica preparada por Reis en los estudios del ZKM de Karlsruhe. Se trata de una nueva incursión en la fusión de los medios acústicos y electrónicos, y aunque estos están claramente definidos en la escucha, cierto es que Jaime Reis ha desarrollado unos muy sutiles timbres electroacústicos que, sin ser técnicamente posibles en las guitarras, sí se encuentran en su órbita de sonidos y texturas, por lo que da la sensación de que escuchásemos una ampliación espectral del propio cuarteto trascendiendo al mismo hacia regiones en las que la tensión entre lo posible y lo imposible (acústicamente) mantendrá nuestra atención en vilo. Como es habitual en ellos, los miembros del estupendo Aleph Gitarrenquartett nos regalan una lectura impresionante, como la del propio Jaime Reis en todo lo referido a una electroacústica que, aunque con ese sabor un tanto añejo, no deja de estar muy bien trabajada en cuanto a timbres y, muy especialmente, espacialización: siendo éste el punto fuerte de la misma (al menos, en estas versiones estereofónicas).

A ello contribuyen unas tomas de sonido espectaculares, de lo mejor que haya escuchado últimamente en disco compacto, deparando una nitidez y unos relieves que parecen multiplicar las vías y el tamaño de nuestros altavoces. El libreto de esta edición es el habitual en el sello vienés Kairos, con un breve ensayo a cargo de Jaime Reis en el que nos presenta (de forma extremadamente sucinta) el conjunto del ciclo Fluxus, así como las seis partituras aquí reunidas: toda una invitación a conocer los territorios de la nueva música portuguesa que se suma a otro reciente lanzamiento luso en el sello Kairos, el del compositor Gonçalo Gato (0015075KAI), o al del propio Jaime Reis en el sello NEOS (12022), en el que se recogen sus partituras para solistas y grupos de cámara (disco en el que, entre otros intérpretes, volvemos a encontrar al Aleph Gitarrenquartett). Son tres vías estupendas, si contamos el disco que hoy presentamos, para adentrarnos en la música de ese país tan vecino como, desgraciadamente, desconocido para muchos españoles.


Este disco ha sido enviado para su recensión por Kairos.

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