Estados Unidos

MISO, final de temporada

Roberto San Juan
lunes, 15 de mayo de 2023
Maria João Pires © May Zircus | Fundación Scherzo Maria João Pires © May Zircus | Fundación Scherzo
Miami, domingo, 7 de mayo de 2023. Adrienne Arsht Center. Maria João Pires, piano. Miami Symphony Orchestra. Dirección: Eduardo Marturet. Aaron Copland: Fanfarria para el hombre común; Wolfgang Amadè Mozart: Concierto para piano en La mayor nº 23 K. 488; Piotr Illich Chaikovski: Sinfonía nº 6 en Si menor Op 74 ‘Patética’.
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La espectacular Fanfarria para el hombre común, de Copland, fue la obra que abrió la velada en el último concierto de la temporada de la Sinfónica de Miami (MISO). Esta breve pieza fue escrita como encargo para honrar al americano medio y los esfuerzos que la sociedad estaba realizando durante la Segunda Guerra Mundial, y el director Eduardo Marturet hizo un reconocimiento público a los Veteranos tras la interpretación. 

La plantilla orquestal es reducida, limitándose a viento metal (4 trompas, 3 trompetas, 3 trombones y 1 tuba) y percusión (timbales, tam-tam y bombo), por lo que llamó la atención que fuera interpretada con la orquesta al completo sobre el escenario. El viento metal ocupó una de las galerías traseras elevadas sobre el escenario y, más allá de algunos problemas de afinación y de sincronismo en las entradas, la versión destacó por su brillantez y su sonoridad plena.

Las primeras notas de la introducción orquestal del ‘Allegro’ del Concierto para piano nº 23 de Mozart supusieron un radical cambio de registro estético y cuando la veterana pianista portuguesa Maria João Pires inició su parte solística quedaron aún más claras las señas de identidad de su interpretación: elegancia, contención y poderosa fragilidad. Pires hizo un uso muy discreto del pedal derecho, y la articulación y el fraseo se basaron en un gran trabajo de dedos, brazo y muñeca. 

En este sentido, en los bellísimos pasajes del ‘Adagio’ central, Pires exploró una amplia gama de matices entre el mezzoforte y el pianissimo, consiguiendo un carácter e intencionalidad diferenciados en las notas repetidas de la melodía. Aunque al inicio del ‘Allegro assai’ los rápidos pasajes orquestales sonaron menos definidos en la madera que en la cuerda, la orquesta se mostró siempre muy pendiente de la solista y desde el podio Marturet ejerció una buena labor de concertación y control.

La segunda parte del concierto estuvo ocupada por la inmensa Sinfonía nº 6 de Chaikovski. La versión destacó por el cuidado en la interpretación y una constante búsqueda de la intensidad expresiva, que fue en aumento a lo largo del primer movimiento. Las entradas en pianissimo de contrabajos y fagot al inicio del ‘Adagio’ sonaron seguras, al igual que la entrada posterior de las trompas. El segundo movimiento, ‘Allegro con grazia’, posee un carácter ligero e intrascendente. El director dejó una mayor libertad a la orquesta, y el fluir natural de la melodía dio como resultado un fraseo grácil y elegante. Tras un intenso ‘Allegro molto vivace’, el ‘Finale: Adagio lamentoso’, sonó sumamente expresivo, con el director empleado a fondo en una amplia gestualidad, y con indicaciones muy claras en cuanto a la articulación de las frases melódicas.

El público premió la actuación con sonoros aplausos. No en vano, esta es su orquesta, ya que el pasado 4 de julio, día festivo nacional en Estados Unidos, la Sinfónica de Miami recibió el reconocimiento de Orquesta Sinfónica Oficial de la ciudad.

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