La banda fue y sigue siendo un elemento fundamental
de nuestra sociedad. También en las grandes urbes, pero, especialmente, fuera
de ellas. Las orquestas sinfónicas, mantenidas con el dinero público, apenas se
mueven de sus sedes, con lo que los contribuyentes de pueblos y comarcas no
pueden disfrutar de lo que sí disfrutan los capitalinos. Por suerte, ahí están
las bandas. Durante un tiempo fueron el único medio de escuchar música, tanto
la moderna como la de los clásicos. No se conciben cabalgatas, procesiones o
fiestas patronales sin la banda. En el tiempo de la música enlatada, la banda
todavía tiene su sitio de honor. Además, la banda es ya en sí misma una entidad
social, con su escuela de música y sus secciones infantiles y juveniles, vivero
y cantera de músicos.
Con la banda ha acontecido algo similar al coro. Lo
que era un…
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