Discos

Momentos del mejor Donizetti

Francisco Leonarte
lunes, 15 de julio de 2024
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'L'esule di Roma, ossia Il proscritto', melodramma eroico in due atti (Nápoles 1828). Música de Gaetano Donizetti. Libretto de Domenico Gilardoni a partir del drama 'Androclès ou le lion reconnaissant' de Louis-Charles Caignez. Edición crítica de Roger Parker y Ian Schofield. Con Nicola Alaimo (Murena), Albina Shagimuratova (Argelia), Sergey Romanovsky (Settimio), Lluis Calvet i Pey (Publio), Kezia Bienek (Leontina), y André Henriques (Lucio, Fulvio). Opera Rara Chorus. Director de coro, Stephen Harris. Britten Sinfonia. Dirección musical, Carlo Rizzi. Dos discos compactos grabados en Fairfield Halls (UK) en mayo 2023, con un librillo que incluye libreto (it/ingl), artículos de Roger Parker y Eleonora di Cintio (ingl) y argumento (ingl/fr/al/it). Productor, Jeremy Hayes. Ingenieros de grabación, Mike Hatch y Mike Cox. Director de producción, Aurelie Baujean. Sello Opera Rara.
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A menudo se distingue, dentro del catálogo de un compositor reconocido, entre las obras de juventud y el resto. Algunos compositores, incluso, reniegan de dichas obras de juventud y no las incluyen en su propio catálogo. Así, algún amigo de Falla se burlaba cariñosamente de él al calificar sus obras de juventud (como la muy bonita Tus ojillos negros) de obras de «Premanuel de Antefalla».

Tratándose de Donizetti, se suele considerar que el buen Donizetti comienza en 1830 con su primer éxito internacional, Anna Bolena. Sin embargo las cosas no suelen ser tan tajantes, y en Anna Bolena escuchamos no pocos pasajes todavía con olor a Rossini...

Sostiene Roger Parker en sus notas a esta grabación de L'esule di Roma, que la datación a partir de 1830 es perfectamente injusta. Y al escuchar este disco no podemos sino darle la razón. Hay ya en esta obra momentos del mejor Donizetti, tales el dúo de Argelia y Murena del segundo acto, o la segunda aria del mismo Murena, o el terceto Argelia, Settimio y Murena... Y hay, todo a lo largo de la obra, líneas melódicas que ya comienzan como puro Donizetti para terminar como escuela rossiniana, y viceversa.

Paradigmáticos en este sentido son el preludio, atravesado por un conato de marcha rossiniana, o la escena de remordimiento de Murena en el segundo acto. Tomando sin duda como modelo la gran escena de Assur en Semiramide de Rossini, en las escenas de Murena las arias son de clara factura donizettiana, mientras que las cabalettas recuerdan demasiado al modelo rossiniano. No obstante, y de forma general, son frecuentes los destellos que anticipan lo que serán Luccia, Favorite o Rosmonda, y resulta hasta emocionante el seguir punto por punto, detalle tras detalle, la formación del estilo donizettiano. Por eso L'esule di Roma es obra muy interesante para el aficionado de pro, y hermosa para todos los públicos en general.

Como es su costumbre, Opera Rara reúne un plantel de cantantes más que aptos, siempre muy bien aconsejados en lo que a cuestiones de estilo se refiere.

Albina Shagimuratova como Argelia no siempre suena perfecta-perfectísima, pero su voz es personal, voz con una fragilidad interna que la hace más apreciable. Y sabe emocionar.

Como el atormentado Murena, Nicolà Alaimo, el muy dúctil bajo con un grano de voz propio, que no encuentra dificultad ninguna con su rol. Tal vez sea de lamentar esa tendencia a acentuar ciertas sílabas («ingrato», «orrore», etc), con un deje verista que no es necesario. En su haber, destaquemos también la claridad de su dicción.

Sergey Romanovsky completa la triada protagonista encarnando al enamorado Settimio. También una voz con un timbre personal, cosa que no es frecuente en el mercado operístico actual. Romanovsky se implica y logra dar toda su humanidad al rol.

En cuanto al barítono que encarna a Publio, Lluis Calvet i Pey, es una agradable sorpresa. Voz bien timbrada y saludable, con squillo, y notable encarnación. Habrá que seguir la carrera de este joven barítono.

El Opera Rara Chorus, preparado por Stephen Harris, muestra un bonito color -particularmente el masculino- y es expresivo en toda la paleta de situaciones.

La orquesta (la Britten Sinfonia) suena impecablemente. Carlo Rizzi conoce bien el repertorio italiano, y canta las melodías donizettianas con amor. Resaltemos en efecto su estupenda labor en todo lo que concierne los preludios a cada escena o ciertas frases que, confiadas a la orquesta, permiten establecer el clima trágico de la historia -historia, reconozcámoslo, bastante lineal con un «final feliz» bastante traído por los pelos-.

Buen trabajo, como de costumbre en Opera Rara, el de los técnicos de sonido: cercano pero no invasivo, redondo pero no inmediato. Y, también como de costumbre, muy interesantes notas a la grabación.

O sea, de nuevo una obra más que disfrutable revelada por el sello Opera Rara y presentada en óptimas condiciones. No se puede pedir más.

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