Francia

Magia teatral en Versailles

Agustín Blanco Bazán
jueves, 24 de octubre de 2024
Dido and Aeneas régie de Cécile Roussat y Julien Lubek © 2024 by Franck Putigny Dido and Aeneas régie de Cécile Roussat y Julien Lubek © 2024 by Franck Putigny
Versailles, viernes, 18 de octubre de 2024. Ópera Real De Versailles. Dido and Aeneas, Ópera en tres actos con libreto de Nahum Tate y música de Henry Purcell. Dirección escénica, coreografía, vestuario e iluminación: Cécile Roussat et Julien Lubek. Elenco: Sonya Yoncheva (Dido) Sarah Charles (Belinda) Halidou Nombre (Eneas) Attila Varga-Tóth (hechicera y un marino) Pauline Gaillard y Yara Kasti (Brujas) Arnaud Gluck (un espíritu), Lili Aymonino (Segunda esposa). Coro y orquesta de la Ópera Real bajo la dirección de Esteban Plewniak.
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Los públicos asistentes hoy al Auditorio Nacional de Música de Madrid y el próximo 26 de octubre al Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo apreciarán una excelente versión de concierto de Dido y Eneas de Purcell. Para la mágica puesta en escena presentada en la emblemática Opéra Royal deberán en cambio comprar un DVD o entrar en la plataforma en plataforma Live Opera Versailles. 

De cualquier manera, aquí va la crónica de mi cuarta visita a esta casa que desde hace años viene realizando una activísima temporada de ópera, conciertos y ballet. En este caso pude adentrarme mas en la filosofía artística de la casa gracias a una entrevista con su gerente general Laurence Brunner.

Comenzando por las puestas en escena, que Brunner elige de acuerdo a una filosofía renovadora pero no de confrontación experimental de provocación extrema porque aquí se trata de una casa donde la arquitectura condiciona tanto las expectativas del público como las posibilidades técnicas. 

Pieza enlazada

La Ópera de Versailles es una maravilla arquitectónica de madera, dorados y cristal que, salvo la introducción de la corriente eléctrica, ha sufrido pocas alteraciones desde su inauguración para el matrimonio del Delfín de Francia (futuro Luis XVI) con María Antonieta. Y los actuales responsables de una activísima temporada de conciertos, ópera y ballet, han convertido lo que muchos considerarían limitaciones anacrónicas en una virtud que permite a los espectadores gozar de una teatralidad auténtica: todo el movimiento de decorados se acciona a mano, con telones que suben y bajan, y sugestivos juegos de luces. 

Pieza enlazada

Dentro de este marco, reseñé anteriormente para Mundo Clásico propuestas alternativas como la de aquella Platée (Rameau) donde la acción es trasplantada del Olimpo al Corcovado de Río de Janeiro o un Ricardo Corazón de León (Grétry) que utilizó al máximo tramoyas y trucos rememorativos de los que se usaban en los “teatros de maquinas” para impresionar a los espectadores en el siglo XVIII. En ambos casos la regie de personas evitó amaneramientos barrocos para lograr la inmediatez necesaria para contagiar el entusiasmo de los setecientos espectadores que caben en la sala.

Y también este Dido y Eneas siguió una premisa fundamental, a saber, la de evitar sacarnos fuera del teatro con videos, o trucos interactivos de ordenador, para hacer que todo transcurra dentro, sobre las tablas del escenario. Y para hacer que la acción se explique por sí misma, sin proclamaciones psico-ideológicas del regisseur de turno. Sólo unas pocas palabras introductorias de Cécile Roussat y Julien Lubek en el programa de mano fueron suficientes para lanzarnos a una escena donde los personajes compartieron su tragedia con el público.

"Dido y Eneas", producción de Cécile Roussat et Julien Lubek. © 2024 by Franck Putigny."Dido y Eneas", producción de Cécile Roussat et Julien Lubek. © 2024 by Franck Putigny.

El concepto que propusieron consistió en asociar el amor y la despedida de los protagonistas como expresión de un mar tan implacable como el destino mismo, con olas representadas en telones de fondo en constante ondular y superpuestos en diferentes tonalidades de azul y celeste, en contraste con la solidez imperturbable de decorado rocoso. Dido, Eneas, Belinda y la corte de Cartago parecen luchar todo el tiempo contra este mar que siempre amenaza hundirlos. 

En contraste los malos ya están hundidos en un cavernoso fondo submarino donde la hechicera que conspira contra la pareja es presentada como un enorme pulpo, emergiendo hasta el torso entre tentáculos se mueven como estertores sincronizados con los agitados comentarios orquestales. 

Attila Varga-Tóth en "Dido y Eneas", producción de Cécile Roussat et Julien Lubek. © 2024 by Franck Putigny.Attila Varga-Tóth en "Dido y Eneas", producción de Cécile Roussat et Julien Lubek. © 2024 by Franck Putigny.

En esta producción la hechicera y el marino que capitaneará el buque que se llevará a Eneas son cantados por la misma persona y esta identidad se traslada a la acción teatral: los tentáculos asoman a través de los ojos de buey del buque y la cabeza del marino conserva la protuberancia de la del pulpo. 

La trascendente moraleja de esta acción es visualizada por un cupido pirueteando sobre un columpio en la oscuridad de la noche y sirenas igualmente suspendidas. 

"Dido y Eneas", producción de Cécile Roussat et Julien Lubek. © 2024 by Franck Putigny."Dido y Eneas", producción de Cécile Roussat et Julien Lubek. © 2024 by Franck Putigny.

Acróbatas contratados para agilizar el movimiento según las prescripciones musicales completaron esta efectiva producción. Sobre el final, Dido canta su maravilloso lamento mientras Belinda y su doncella van liberándola de un atuendo azul que desdoblan hasta transformarlo en un mar que termina abarcando toda, absolutamente toda, la escena. Y en este enorme y abarcador melisma visual termina ahogándose Dido, en una transfiguración similar a la de Isolda.

Tal vez el hecho de dirigir como primer violín sea un factor determinante de la comprometida y precisa dirección orquestal de Esteban Plewniak. A él respondió esta joven orquesta (fundada en 2019) con clínicamente segura precisión de ataque y riqueza de variación cromática. 

Sonya Yoncheva en "Dido y Eneas", producción de Cécile Roussat et Julien Lubek. © 2024 by Franck Putigny.Sonya Yoncheva en "Dido y Eneas", producción de Cécile Roussat et Julien Lubek. © 2024 by Franck Putigny.

De acuerdo a una consistente política de combinar a alguno que otro artista de renombre internacional con un ensemble de cantantes jóvenes, la Ópera Real presentó a Sonia Yoncheva como una Dido apasionadamente fraseada con la ayuda de un seguro timbre dramático. Su caracterización no fue de una enamorada lánguida e insegura sino la de una clarividente protestona, que como Casandra, prevé desde el comienzo el trágico fin de su historia. 

Frente a ella Halidou Nombre opuso un cálido y bien proyectado timbre de barítono. Sarah Charles fue una vocalmente brillante y luminosamente ingenua Belinda y el tenor Attila Vargha-Toth supo articular con diferenciado dramatismo su doble rol de marino y bruja.

Como Glyndebourne, la Ópera Real de Versailles no recibe financiamiento estatal alguno. Pero también como en el caso de Glyndebourne esta desprotección pública pareciera atraer como un imán muchas, pero muchas contribuciones privadas

Tal vez sea porque a diferencia de algunas empresas financiadas con fondos públicos, ésta no derrocha en experimentos de banalidad faraónica y resultados artísticos dudosos. Y aquí no se trata de contratar un Kosky, un Sebrennikov o un Warlikowsky para dejarles hacer lo que se les ocurra. 

Mi diálogo con Brunner me permitió descubrir la importancia que este “Impresario” le da a su interacción con directores de escena para conseguir espectáculos acordes a las expectativas de una audiencia cuya visita está inevitablemente relacionada con la expectativa de estar en una sala que en sí misma forma parte del espectáculo, y no dentro de un módulo de concreto gris y penumbroso. 

El recurso de presentar una figura estelar ahorrando con la contratacuión del resto está apoyado por la Academia de la casa encargada de atraer cantantes jóvenes para crear un robusto ensemble

"Dido y Eneas", producción de Cécile Roussat et Julien Lubek. © 2024 by Franck Putigny."Dido y Eneas", producción de Cécile Roussat et Julien Lubek. © 2024 by Franck Putigny.

Y otra forma de ahorrar común en los teatros de antaño pero olvidada hoy día, es la reutilización de decorados: un árbol, una roca, o un telón de fondo mostrando el mar o el Vesuvio pueden integrarse a la escenografía de mas de una ópera. ¡He aquí una verdadera rutina teatral, tan necesaria para despertar la inventiva de regisseurs y equipos técnicos! Todos ellos tienen la misión fundamental de hacer de una ficción melodramática una experiencia directa de vida, casi una interacción con una audiencia que necesita entusiasmarse para salir de su realidad cotidiana. Así ocurrió con este Dido y Eneas. 

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