Discos
Un proyecto demasiado largo en el tiempo
Maruxa Baliñas
Rafael Alberti. El viento que viene y va. Rafael Alberti, autor de los poemas y recitador. Enrique Llopis, autor de la música y solista vocal. Araceli Lavado, Soledad Pilas y Miguel Ángel Gamero, coro. Juan Cerro y Álvaro Girón, guitarras. Manolo Toro, bajo. Óscar Herrero, batería. Rodney de Asís, percusión. Jaime Muela, saxo alto y flauta nay. Benjamín Torrijo, teclados y piano. Orquesta Filarmónica Ciudad de Praga. Benjamin Torrijo, director. Poemas recitados y grabados por Rafael Alberti el 28 de junio de 1991 en los estudios Sintonía de Madrid. Orquesta Filarmónica Cuidad de Praga grabada en los Smecky Studios de Praga en mayo de 2002. Grabado y mezclado por Juan Ignacio Cuadrado en los Estudios Trak de Madrid en mayo y junio de 2002. Benjamín Torrijo, arreglos y dirección musical. Enrique Llopis y Benjamín Torrijo, producción artística. Antonio Peña, director de producción. Buho Management, producción ejecutiva. Producción de EMI-Odeón con la colaboración de la Junta de Andalucía y la Caja de Ahorros de San Fernando, 2002. EMI 7243 5 57432 2 0
7,57E-05
Dentro del catálogo de Emi Classics, aparecen discos tan atípicos como este, que recoge un proyecto de 1991 que no se pudo completar hasta hace menos de dos años. El compositor argentino Enrique Llopis, admirador de Alberti, musicó en los años setenta algunos de sus poemas tomados del libro Poemas y canciones del Paraná, que posteriormente tuvo ocasión de presentar al propio Alberti en un viaje que este realizó a Argentina en 1991. Nació entonces el proyecto de realizar un espectáculo más amplio y grabar un disco con la colaboración de ambos que -iniciado en 1991- sólo consiguió completarse y comercializarse más de tres años después de la muerte de Alberti (27.10.1999).No se puede entender el disco si no se tiene en cuenta esta laboriosa elaboración. Mucho de lo que hace Llopis está directamente relacionado con el estilo típico de los cantautores de los años setenta, la reivindicación de textos poéticos que se acercan al público dentro de un concepto del arte como revolución, incluso cuando los textos no son directamente revolucionarios como ocurre en este caso. Sin embargo estas canciones no llegaron a publicarse, aunque sí se conocieran en círculos reducidos. Cuando por fin el proyecto se pone en marcha, en 1991, el centro ya no es la música de Llopis, sino el propio Alberti -ya anciano- como recitador de sus poemas, con lo que la segunda fase del disco entra más bien dentro de los que son las grabaciones 'documentales', recoger la voz de Alberti, su forma de recitar, incluso en el caso de la primera canción, 'Hoy las nubes me trajeron', su comentario al poema. La tercera fase del proyecto vuelve a centrarse en la música, aunque ampliando bastante lo que había hecho Llopis gracias a los arreglos y orquestación de Benjamín Torrijo, y la intervención de la Orquesta Ciudad de Praga.El resultado final no acaba de integrar estos tres momentos, con sus valores y objetivos diversos. Posiblemente no era lo que se pretendía, pero lo que sigue predominando es la voz de Alberti, el documento histórico para amantes de la poesía. Lo cual no deja de ser injusto, porque la musicalización de los poemas que hace Llopis está quizá demasiado sometida al texto, pero resulta siempre atractiva e interesante musicalmente (sobre todo si se sitúa en el contexto de los años setenta, si se considera una obra de 2002 aparecería excesivamente tópica y manida). Finalmente la aportación de la última fase del trabajo, la de 2002, es la que queda más desvaída, un intento de modernizar algo que no llegó a existir en realidad, y que aun por encima se hace con profesionalidad pero sin originalidad, lo que de alguna manera desdibuja la aportación de Llopis y Alberti.
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