En un alarde de precocidad, en sólo cinco años, el joven Asier Polo pasó de ser un principiante del chelo a ganar en 1987, el concurso nacional de Juventudes Musicales. Hoy, casi veinte años más tarde, muchos lo consideran uno de los díez mejores intérpretes a nivel mundial: una estrella en el pequeño mundo de los chelistas clásicos.
En estas dos entrevistas demostró ser un gran conversador y una fuente apasionante de información. En esta primera parte habló sobre los obstáculos que tuvo que superar para hacerse con su instrumento construido en Cremona; sus ideas sobre la enseñanza; sus experiencias cuando fue estudiante y el marketing en el mundo de la música. En esta segunda parte habla de temas tales como la relación entre el solista y el músico de orquesta; el talento y finalmente nos da su receta para convertirse en un buen chelista…
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