Discos

Adalid: El piano romántico de España

Douglas Riva
viernes, 26 de mayo de 2006
Marcial del Adalid. Obra para piano (vol. I). Miguel Álvarez-Parejo, piano. El último adiós - Elegía; El lamento - Balada para piano; Improvisación fantástica (Homenaje a Chopin); Un recuerdo - Romanza sin palabras; Souvenir - Berceuse; Danse Galicienne; Petits riens - 6 valses à la tudesque; Enfantillages. Productor ejecutivo: Miguel Álvarez-Parejo; ingeniero de sonido: Miquel Roger. Un disco compacto DDD de 71:13 minutos de duración, grabado en l'Auditorium (Jafre) el 27 de septiembre de 2003. Gadiraifa GAC1028
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Algunos países tienen grandes aptitudes para promocionar en la escena internacional sus propias obras de arte, literatura y música (Francia y los Estados Unidos vienen a la cabeza como ejemplos). Lamentablemente, España, que tiene una de las culturas más ricas del mundo, y cuyos compositores han creado un vasto catálogo de música bellísima e importante, no ha prestado la atención que merece a semejante tesoro musical. Hasta hace poco, incluso las personas con alta educación y cultura fuera del mundo hispanohablante no eran conscientes de la gran variedad de la música española, y con frecuencia los nombres de los compositores españoles -excepto los de los más famosos- no les eran familiares.

Por suerte, una oleada de recientes grabaciones y publicaciones ha cambiado rápidamente esta situación. Por ejemplo, el presente CD grabado por Miguel Álvarez-Parejo se acompaña de una lista de su discografía y de sus publicaciones hasta la fecha. Este pianista de Valencia ha grabado no menos de nueve discos compactos de música española para piano en los últimos once años, abarcando desde un CD de música de compositores barrocos de Valencia hasta la Grosse Passion de Josep Soler (2002). Cualquiera que esté interesado en la música española para piano necesita escuchar esta música, incluyendo su más reciente grabación de obras de Marcial del Adalid.

A lo largo del siglo XIX el piano desempeñó un papel vital en todas las actividades musicales en Europa. Ningún pianista-compositor podía dejar de crear obras tendentes a satisfacer las voraces demandas tanto de pianistas profesionales como aficionados. Al igual que Felix Mendelssohn, Marcial del Adalid (1826-1881) fue un prolífico compositor y pianista que estudió con el gran virtuoso y compositor Ignaz Moscheles (1794-1870). Su música destila el primer romanticismo, con frecuencia muy ornamentado, y, aunque compuesta con posterioridad, es hasta cierto punto comparable con la de John Field (1782-1837). Si bien éste no es el primer registro de obras de del Adalid, la indicación de este disco compacto como “Vol. 1” sólo puede hacer que deseemos con impaciencia futuras grabaciones para completar la discografía de del Adalid.

No todas las obras que aquí se incluyen tienen el mismo interés. La más conocida, El último adios—Elegía puede describirse como una suerte de nocturne prematuro lleno de melancolía, incluso de pathos. Los gustos musicales del siglo XXI están muy alejados de los de la época de del Adalid, y hoy en día el oyente puede encontrar excesivamente largos El lamento y la Improvisación fantástica, carentes de variedad temática y tal vez demasiado sentimentales. Algunas de estas obras fueron previamente (y brillantemente) grabadas por Patrick Cohen (Glossa, GCE 920501, 1995) en un piano Érard de circa 1860, con su característico timbre evocando la sensibilidad pianística de la época. Álvarez-Parejo, sin embargo, usa un moderno Steinway modelo D.

La música de del Adalid requiere una imaginación vívida, una rica paleta de color pianístico, y una íntima identificación con la música a los efectos de proyectar la emoción subyacente sin sentimentalismos. Tal identificación parece estar ausente en la grabación de las mencionadas obras a cargo de Álvarez-Parejo. No obstante, el agradable encanto y la brillantez técnica de Petits riens—6 valses a la tudesque y de las 12 Enfantillages captan su imaginación y extraen lo mejor de su pianismo.

Las extensas notas de la carpetilla se deben a Margarita Viso Soto, y se presentan tanto en inglés como en español. La calidad del sonido es adecuada, si bien le falta algo de ambiente. Un disco compacto recomendado para cualquiera que esté interesado en la música española.

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