Las 'Eight songs for a mad king’ de Maxwell Davies resultan magníficas en esa reconstrucción de la sonoridad de la mente de un rey loco.La intervención de Kränzle es prodigiosa.No es solo que haga vocalmente todas las cosas que hace, es que su entrega como actor es brutal, realmente vemos a Jorge III perdido en su mente enloquecida
El estreno de Traces of the Blast fue una muestra del buen trabajo de Pablo Rus y los profesores de la JONDE.Helga Arias puede tener la seguridad de haber escrito una obra espléndida que ofrece satisfacción al público y a los intérpretes.
El hermoso 'Concierto para violín' de Korngold requiere sus tiempos: de estudio y reflexión previa, de ensayos meticulosos, y de negociación con el/la solista.Rosanne Philippens interpretó primorosamente su parte y la RFG ejecutó la suya sin dialogar con la solista y atendiendo a poco más que una lectura correcta y superficial de la partitura.
Es imposible no ver en los habitantes de Anatevka, marchando hacia sus destinos desconocidos a la sombra de un pogromo amenazante, a los miles y miles de familias que huyen de la violencia en Oriente Próximo y en Ucrania, pero también en otras partes del planeta.
Presenta una programación marcada por la pluralidad que incluye 156 conciertos con grandes nombres del panorama internacional y jóvenes promesas locales.
La belleza sonora, tan homogéna como apasionada, de este grupo de instrumentistas de la Filarmónica de Essen y la extraordinaria afinidad musical que lo caracteriza, impresionó sobremanera al público que colmaba la sala.
Siempre es placentero constatar la libertad de movimientos y la riqueza del vocabulario de Kylián, con gestos que se renuevan y sorprenden, pero no entiendo que tengamos que aguantar el desagradable sonido de la música grabada en un teatro como la Ópera Garnier
Petrenko no reniega del carácter desenfadado de la 'Octava' de Beethoven, pero tampoco esconde sus momentos furiosos, como el ritmo obsesivo que impulsa el finale, o sobre todo el comienzo del desarrollo en el primer movimiento, con ese crescendo amenazador en la cuerda grave que desemboca en la explosión del tema principal
La simbiosis entre Sodi Braide y sus colegas es total.Su interpretación combina la espontaneidad con el rechazo a brillar, devolviendo todo el sentido al rico y refinado lenguaje de Franck y dando a este singular Quinteto con piano su verdadera dimensión.
La reorientación musical de Schönberg en 1923 y la génesis y la historia de la recepción de la técnica de los doce tonos están entrelazadas con la evolución cultural-política y social, con cuestiones de identidad y poder interpretativo, así como con la experiencia de las hostilidades antisemitas.