Es posible imaginar los Année folles de Paris, en los que una sociedad traumatizada por la Primera Guerra Mundial (1914-1918) se lanzaba al placer para disfrutar de la vida, ignorando también deliberadamente las barreras morales.
La orquesta pasa por un buen momento gracias a Pons, pero la interpretación que este hace de las obras románticas es avara en efusión, suena siempre fuerte, rápida hasta ser brusca y no cuida el equilibrio con las voces.
Director Tobias Kratzer used the stated setting of 'Arabella' as his starting point, and the first act unfolded against the backdrop of a meticulously recreated Viennese hotel.The only intrusion of the modern world was a camera crew of three so inobtrusive that they could not possibly have belonged to the same reality as the action
Arabella se cuestiona la sociedad que le rodea e, incluso, al contrario de lo que afirma Loy, se concibe a sí misma como algo diferente a lo que representan su madre y su hermana: volcanes emocionales que no reflexionan racionalmente sobre su condición y sus actos.
‘¿Y ahora por qué me enfado?Si es así como va el mundo’.Gran verdad, aunque ni la misma Mariscala en versión oficial o privada pueda estar siempre a la altura de la misma.'Der Rosenkavalier,' es el nostálgico rococó desengañado de esos dos gigantes de la lírica que lo volverán a repetir en 'Arabella'.
Una verdadera delicia para los amantes del canto y de la música en general.Los registros van de 1950 (Paul Schöffler) a 2010 (Joseph Calleja).Hasta el CD 37 llevan todos un Bonus que complementa el disco original, de menor duración.
DG no ha tenido ni el más mínimo interés en ilustrar la etapa fundacional del Festival de Salzburgo, la época de oro de los años treinta, ni el período nazi.Esto es desinformar al consumidor.
A lo que invita por encima de todo esta propuesta escénica de Loy, una delicatessen apta para los paladares más exquisitos, es a dejarse llevar, tanto por la dialéctica de las palabras como por el vuelo de la música más sincera concebida por Strauss, en unos tiempos convulsos, el año 1942, en que 'Capriccio' vio su estreno en el castigado Munich.
Dos artistas exquisitos, comunicativos y simpáticos, pero sin demagogias o ‘captatio benevolentiae’ fueron capaces de interesar (creo que sólo una vez oí un móvil que fue rápidamente silenciado), magnetizar, hacer disfrutar y aplaudir a rabiar -sin orgasmos ante la divinidad en escena, y eso que teníamos a una de las divas mayores de la época, a la que por suerte no parece habérsele subido su condición a la cabeza- a un público que procuraba oír buena música bien hecha.
Heather Harper cantó mucho y en muchos lugares aunque nunca fue –por suerte para ella y los demás- una star.Suele suceder cada vez más con quienes hacen de la música su vida sin estar pendientes de distinciones, consagraciones periodísticas, etc.