Tanto Lisiecki como Asbury hicieron una versión preciosa del 'Concierto' de Grieg, donde predominaba lo lírico sobre lo sentimental y el romanticismo se racionó cuidadosamente.Por su parte la Orquesta Juvenil de Rumanía fue mucho más que una orquesta joven
Del 27 de agosto al 24 de septiembre se celebrará la nueva edición del Festival Enescu que tiene lugar cada dos años en Bucarest y otras localidades rumanas.Se trata de un festival muy amplio, tanto por su duración, casi un mes, como por la cantidad de conciertos que ofrece, organizados en varias series: la principal la de 'Grandes orquestas del mundo' que se celebra en la sala de Palatului.
Julia Fischer cumplió esta tarde uno de sus mayores anhelos, debutar al piano junto a Lisiecki con la Fantasía en fa menor para cuatro manos, de Franz Schubert.
El joven pianista parecía estar poseído por la música de Beethoven que interpretaba con gran virtuosismo y un toque enérgico, fluído, a veces travieso, mas siempre diáfano y equilibrado.
Sin virguerías ni experimentaciones ególatras, Lisiecki presenta todo lo que gusta de la música del compositor polaco, sus maravillosas melodías, sus ideas originales y, sobre todo, la característica sencillez y la refinada elegancia que van tan a la par en su música.
La temporada de abono, que empezará el próximo 28 de octubre y concluirá el 23 de junio de 2022, consta de 26 conciertos que comenzarán a las 19:30 horas.
Muy dotado musicalmente, Lisiecki se reveló como un artista sensible, bordador de frases amplias planificadas con equilibrio que destilaban gracilidad, siempre desde una visión moderna, alejada de lo sentimental.
Goerne es imparcial, verdaderamente audaz y generoso en sus interpretaciones, y posibilita estados patéticos que pocos cantantes se pueden imaginar en un ambiente tan íntimo como el conseguido en la Sala Robert Schumann de Düsseldorf.