Los grandes nombres de la dirección, la escenografía, el canto y el baile conforman un panorama en el que se combina la tradición con las nuevas propuestas.
Maddalena era la primera vez en la carrera de Chiara Isotton.La pena es que sólo se le hayan confiado dos funciones.Sinceramente espero que se haya acabado para ella la época de ‘cover’, de una única función (con suerte) entre las últimas, y naturalmente de pequeños papeles.
Armiliato no será un Gavazzeni, pero acompaña bien, y gusta a cantantes, orquesta y público (que aplaudió mucho al final de los actos y luego del aria de Loris, y llenaba la sala)
Despite the lingering restrictions on travel still imposed on certain sections of our audience from abroad, the 2022 edition has marked a noteworthy growth of the Festival, both in numbers of spectators and in media coverage.
Sobre todo, y Martone debería pensarlo, Verdi era un pesimista y sabía, como Hugo, que no había (¿no hay?) victoria posible para los perdedores natos que se ilusionan con su grandeza al causar -o creer causar- la muerte de un tiranuelo.
Que el lamento por la pobre patria se ponga en labios de un feroz y frío político, ambiguo e intrigante, provoca desazón, y no puede (no debe) ser la maldad con la que se disimula un exterminio despiadado....
Pongamos que sea la forma que encuentro de encajar el planteamiento del tercer acto.Porque hasta ahí, dos bloques: el barrio deteriorado para el mundo de Falstaff y el barrio rico para el mundo de las comadres.
No recuerdo su imagen ni su color.Pero sí sé que era alegre, se reía mucho.Sin sonidos.Era ágil y bailaba como si no tuviera peso ninguno.Yo la seguía en todos sus movimientos y le contaba, mientras ella bailaba, mis problemas secretos.
Staatsoper Unter den Linden.Verdi: Rigoletto.Bartlett Sher, director.Michael Fabiano (Duke of Mantua), Christopher Maltman (Rigoletto), Nadine Sierra (Gilda), Jan Martiník (Sparafucile), Elena Maximova (Maddalena), Corrina Scheurle (Giovanna), Giorgi Mtchedlishvili (Monterone), Adam Kutny (Marullo), Andrés Moreno García (Borsa), David Oštrek (Count Ceprano), Serena Sáenz (Countess Ceprano).
El primer teatro de Italia puede tener altibajos como todos, pero cuando logra este nivel en una obra como 'Jovanchina', en principio ‘ajena’ a su gran tradición e historia (que por lo visto le cuesta hoy mucho mantener), nos recuerda por qué es un gran teatro.