Cuando Rosinskij y la Camerata OSG interpretan a Scelsi o a Xenakis están interpretando música actual, viva, no ejecuciones mecánicas de cómo se tocaba esa música hace medio siglo.Exactamente igual que cuando la OSG interpreta en su temporada de abono sinfonías de Beethoven u oratorios de Mendelssohn, las cuales también son músicas actuales y vivas, tal como las conciben los intérpretes y las percibe el público.
Roberto Alonso Trillo, violinista gallego que, asistido en la electrónica por el compositor y director mexicano Iván Ferrer Orozco, nos presentó los trabajos por él mismo encargados en el marco de New Music, New Paths, un proyecto académico de investigación que surge como una colaboración entre el propio Roberto Alonso, la Hong Kong Bapstist University y Vertixe Sonora,
La nómina de compositores aquí reunidos es realmente amplia y, quizás lo más importante, representativa de algunas de las corrientes principales que dan buena fe de lo que son varias de las líneas maestras de la música culta en este primer cuarto de siglo XXI
Fett es una pieza para gran orquesta sin percusión cuyos primeros compases nos harán pensar, indefectiblemente, en Morton Feldman: una reminiscencia, la del norteamericano, ya señalada por Enno Poppe en la entrevista a través de la cual el compositor renano profundiza, en conversación con Michael Zwenzner, en sus dos obras aquí reunidas.
"Artefacst" es un autorretrato sonoro, una captura breve de mi imaginario musical y de su interacción con los ruidos exteriores que escucho diariamente, donde la música es un ingenio hecho de ingenios.
«Quedarán las partituras, desgraciadamente.Serán tocadas.La mayor parte de las veces, serán mal tocadas.En todo caso, nunca las debí haber escrito.Sí, podría destruirlas.Pero sería difícil incendiar las oficinas de Salabert.
Es éste un mundo antiguo que se resiste a desaparecer: canto que tantas cosas habrían de entonar y compartir hoy en día, en un mundo progresivamente virtual, en el que la materia tan sensual de piezas como ésta es más que necesaria.
Uno de los muchos atractivos que un festival como RESIS ofrece a su público, es el de que varios de los compositores que tenían obras programadas en A Coruña hayan estado presentes, a lo largo de las últimas semanas, en la ciudad gallega;
Aunque cualquier reducción, arreglo o transcripción del Réquiem de Mozart está abocado a que reverbere en él la partitura original, la versión para cuarteto de cuerda a cargo de Peter Lichtenthal consigue un muy equilibrado balance, responsable de la gran aceptación de su arreglo junto a la excelente interpretación del Cuarteto Matrice.
Las de Skriabin, Bartók y Chopin son algunas de las alfaguaras estilísticas que se asoman a la Suite nº 11, una obra con una gran amplitud de registros técnicos, que van de una concepción orquestal del piano, en la que escuchamos hasta instrumentos de percusión, a la presencia de los antes citados clústeres de antebrazos: un procedimiento que Scelsi ya había empleado profusamente en partituras como "Action Music" (1955), pieza referida a la pintura de acción de los expresionistas abstractos norteamericanos de los años cuarenta y cincuenta.