Presenta una de las temporadas más extensas de su historia con 24 conciertos en sus series Arriaga y Barbieri, 4 conciertos extraordinarios y 4 nuevos recitales en la segunda edición de su ciclo km0.
En contraste con años anteriores, las siete nuevas producciones abogan por repertorio más consolidado, empezando por el despertar de un nuevo anillo con Das Rheingold de la mano de Tobias Kratzer (a quien precede el éxito de su Tannhäuser en Bayreuth)
Proponer en Múnich una puesta en escena donde se atisbe el horror de los campos de concentración (tenemos uno a la vuelta de la esquina) hubiese sido un tiro en el pie, por lo que Tobias Kratzer hace girar toda su creación en torno a la memoria.
Tras dos larguísimas horas de representación, llega el entreacto.Aplausos ruidosos, algún bravo y una rápida desbandada.Para muchísimos/as es el momento culminante de la noche: es tiempo de sacarse fotos en los opulentos salones que hoy mismo exhibirán en Facebook y en Instagram
Muchos años después de haber escuchado la Sinfonía alpina a Karajan tuve la suerte de ver, en una semana, a Vladimir Jurowski y sus bávaros, y Christian Thielemann y sus sajones escalando la montaña straussiana.
En manos de Bronfman todo parece natural, la belleza de la música de Schumann es una evidencia.Es hermoso porque es hermoso, sin añadirle afeites ni azúcares.Jurowski lo mima, siempre atento al equilibrio entre solista y orquesta.
Mr Jurowski’s ability to highlight the Alpensinfonie’s instrumental depictions without overstating them allowed one to appreciate just how successfully Strauss had been able to integrate his pictorial evocations into a clear, cohesive structure.