La frase del título pertenece al libro de John Roselli (Bellini, en la traducción de C. Toscani, Ricordi, 2ª.ed, 2001, págs. 86 y sigs.), que habría que seguir citando porque da buena cuenta de por qué esta ópera tan interesante no ha logrado imponerse en el repertorio (yo hasta ahora la conocía sólo por grabaciones -preferí no asistir, tal vez equivocadamente, a las reposiciones de la Ópera de Zúrich- de la que, a mi ver, la referencia es la interpretación de Renata Scotto). Si se le suma el interés que por ella manifestaban, desde distintas posiciones, dos compositores tan poco complacientes en general -y menos aún con la ópera italiana- como Berlioz y Wagner, sólo hay que acoger con aplausos la iniciativa del Maggio Musicale de este año (el número 82) en su nueva sede (que yo no conocía aún y que de fuera no me ha gustado nada y por…
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