Una jirafa en Copenhague

Cadáver exquisito

Omar Jerez
miércoles, 4 de noviembre de 2020
Cadaver exquisito © 2020 by Julia Martínez Fernández Cadaver exquisito © 2020 by Julia Martínez Fernández
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Elia Torrecilla

Un cadáver exquisito de acciones urbanas en las que el cuerpo está abierto al espacio y es atravesado por el tiempo mediante la sincronización a distancia: mirar hacia adentro, salir de sí; abrir(se) hacia afuera, conectar con lo(s) otro(s), jugar; inter(cambiar), reflexionar…

La mecha se enciende y da paso a la acción: esta experiencia comienza con unos seres errantes que salen de sus casas // Arrancamos, ordenados y numerados: un virus creativo se extiende de pantalla a pantalla, y sin saber el resultado del puzzle final, encajamos siete piezas que reflejan un retrato del presente. 

Sincronizados, avanzamos para convertirnos en uno. Nos encontramos en un callejón sin salida. Son las 00:00h, el 1 ha comenzado, y espero una señal del 2. Son las 00:20h y soy el 3. Llega mi hora: activo un ritual de protección en la oscuridad para dar paso al siguiente, que es el número 4. Los fragmentos generados por 1, 2, 3, 4, 5, 6 y 7 se encadenan en una línea temporal. Tras comentarlos, se nos encomienda la próxima misión: conquistar una rotonda para dialogar con nuestros miedos y fantasmas. 

Ya no hay vuelta atrás. El germen ha crecido y busca expandirse, contagiar.

Almudena Millán

Enroscados por el mismo hilo pasábamos uno a uno por la cadena asimétrica de nuestras acciones. Era el mismo baile y lo sabía y ellos también, me preguntaba si veníamos de la misma tierra, del mismo gusano, del mismo átomo sumergido en nuestro cráneo. La ciudad nos miraba, nos mira y el ruido estelar y su maullido nos acompaña por cada rincón y por cada paso que no dábamos y así estallamos todos a la vez, salpicando con nuestra saliva a todos y cada uno del cadáver. Un paso, otro paso, otro paso, otro paso, otro paso, otro paso, otro paso, gris, pausa, otro paso, otro paso, otro paso, pausa, otro paso, otro paso y una barra de pan. Vuelvo a casa. Enroscados por el mismo hilo seguimos cantando, esperando la respuesta de nuevas acciones, de nuevas maneras, de nuevos miedos, de nuevas danzas, de nuevos espacios blancos, de nuevos tiempos, de cinco minutos, de ningún segundo, esperando un reloj que no avance que guarde su equilibrio, que corrija sus errores, que no nos acompañe, que nunca muera.

NEA

Presencia. Aquí, ahora y en otro lugar, una trinidad: artista, participantes y sitio, olfateando, oliendo y meando unx sobre el otrx. Es un juego callejero en el que una persona, conocida como trilero, utiliza tres pequeños cubiletes y una bolita. Los que apuestan deben adivinar dónde está la bola tras varios movimientos de los cubiletes o vasos. Durante esos cambios, la trilera esconde esa bolita en sus manos sin que sea visible. De esta forma, no es posible acertar la posición de la bola, ya que no está en ninguno de los tres recipientes.

También se utilizan otros métodos para cometer la estafa, basados en la habilidad al mover los cubiletes. Por ejemplo, se cambia la bolita de un vaso a otro de manera que no se pueda apreciar.Hay varias estratagemas que permiten al trilero ganar, en particular hay una legendaria llamada

No te acerques a estos grupos, actúan al margen de la ley. Si les sigues su juego lo perderás todo. Aléjate del #trile, es una #estafa. 200 gr de arroz redondo, 1 litro de leche, 100 gr de azúcar, 2 ramas de canela, la cáscara de un limón, para decorar: canela en polvo o azúcar.

Pepe Romero

-Relato 1: En el centro del agujero negro, el tiempo se contraería hasta cero y un viajero que se aproximara al horizonte de sucesos le parecería paralizado a un observador externo.

Es eso lo que ocurre, hallándome próximo al Horizonte de Sucesos y paralizado según los observadores externos, no me queda más remedio que elegir puntos e inventar soluciones, sin principio ni fin.

No ver, no hablar ni oler y permanecer en la convergencia de las tangentes mostrando el reflejo de un cuerpo - pantalla.

Se inicia la acción en un espacio público y se inserta en un relato fragmentado, un puzle de consecuencias encadenadas por el azar.

-Relato 2: La soledad de las acciones en un Callejón sin Salida constituye la excusa para llegar a un espacio y apropiarse de su pensamiento. Hurtamos su naturaleza con nuestras huellas en un implacable tránsito en el que nuestro cuerpo se erige como el arrogante tirano que ignora su propia deformidad.

-Relato 3: Y en esa rutina desaparece un otro que es lejanía, ya que aislados en nuestros itinerarios, caminamos sin escuchar las voces que más allá de los confines claman justicia.

Eva Evitzkaya

Tremenda experiencia conectar mi conciencia a la de seis performers más sólo conociendo a una de ellas !!!

Inmensamente agradecida de formar parte de este grupo mágico por la alquimia con la que construimos narrativas a partir de mínimos códigos !!!

El compromiso y la entrega de cada un@ de nosotr@s con el proyecto proporciona la fluidez de conexión a la hora de acordar día, hora, duración máxima, tema y/o concepto.

La total libertad de cada participante a la hora de diseñar y ejecutar su performance particular, desde su localización, enriquece la obra colectiva que realizamos en cada ocasión !!!

En tiempos de pandemia y restricciones, cuando hay tanto que expresar y contar, Cadáver exquisito resulta ser un proyecto artístico viable y vital !!!

Bibiana Soledad

Estas experiencias performativas encadenadas, están conllevando unos resultados sorprendentes de conexiones plásticas no preconcebidas, entre lxs siete participantes que componemos y creamos este cadáver exquisito. Partiendo desde lo individual a lo grupal y viceversa, las acciones forman un todo fragmentado de actos en el espacio público de la ciudad que al conjugarse se abrazan, anudan, entrelazan, engarzan… en ritmos narrativos simétricos y asimétricos, llenos de significados diversos y en los que el cuerpo se convierte en el soporte expresivo de metarrepresentaciones en calles, callejones, rotondas…

Desde las dos formas de percibirme a mí misma, una, como objeto, y otra, como sujeto que conoce, mi participación en este experimento experiencial me ha llevado a crear y vivir procesos de percepción consciente y activa, dejando huellas en mí y de mi presencia, mediante diferentes elementos durante mi transitar por la ciudad. Las migas de pan se convierten en el acto que me permite alejarme del espacio y el recuerdo; las siluetas dibujadas con tiza de mis pasos, favorecen mi salida del callejón; En un retorno cíclico, el miedo me enfrenta al pasado. Todas ellas, experiencias subjetivas como pulsión para formar un cadáver exquisito. 

Omar Jerez

He cometido un delito, y no es un delito menor, debería ser juzgado por el tribunal de la Haya por cometer una de las mayores atrocidades que ha conocido el ser humano desde la guerra de los Balcanes.

He profanado seis tumbas con el fin de diseccionar sus cuerpos sobre la mesa de operaciones.

En un acto de psicopatía las he acostado en mi cama y arropado con mucho mimo y delicadeza.

Por las mañanas las traslado con orden y disciplina a una silla de ruedas, las acicalo, las acaricio, les susurro al oído que las amo, que nunca más volverán a estar solas, que en mi pueden aliviar los síntomas de su dolor, que nunca más nadie volverá a dañarlas, que sus actos ya son inmortales, que el advenimiento ya no es una utopía, que nos han señalado el camino para alcanzar la ecuanimidad, que el mundo entero peregrina en busca de su protección.

Oremos

Yo humilde siervo de vuestra inmortalidad perfecta,

Yo humilde siervo de vuestra bilocación auxiliadora,

Me arrodillo ante vuestra omnipotencia para sanar la quiebra que invade mi locura,

Yo humilde siervo.

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