Discos
Der makabere Zirkus
Juan Carlos Tellechea
La creatividad del compositor y bandoneonista Marcelo Nisinman no tiene parangón ni parece tener límites. Todas sus composiciones y reelaboraciones de temas clásicos acusan una gran originalidad. Tengo ante mí los últimos cuatro CDs en los que fueron grabadas obras suyas o de otros autores, pero procesadas por él nuevamente con su peculiar lenguaje. Y no salgo de mi asombro ante la genial evolución que ha adquirido en este último decenio el Tango Nuevo de la mano de Nisinman, uno de los grandes compositores y músicos de su generación.
Lleva razón el título del CD grabado en Suiza (donde reside) en 2012: estamos ante un «Nuevo Tango Nuevo». El “viejo“ Tango Nuevo, por decirlo de algún modo, ha quedado empolvado muy atrás en un rincón. En esa placa, Dark blue Tango, para bandoneón solo y orquesta, con la Orchestre Musique des Lumières, dirigida por Facundo Agudin. Contrariando el subtítulo del disco, Tangos para no bailar, me reafirmo en lo expresado en noviembre pasado en la reseña del CD Hombre Tango , la música de Nisinman, además de ser un reto, tiene vocación de ballet moderno y neoclásico aunque él no la haya compuesto con tal propósito.
Ahora, con su trío (Alberto Mesirca, guitarra; Winfried Holzenkamp, contrabajo) es el trágico circo de la vida el que ha inspirado certeramente al compositor y bandoneonista argentino en su nuevo CD : Der makabere Zirkus (El circo macabro) que pronunciado y escrito en alemán suena todavía mucho más contundente y funesto que en español. El disco fue coproducido con la Radio del Suroeste de Alemania, Südwestrundfunk (SWR2), y grabado en su estudio de Kaiserslautern.
El circo macabro
Recuerdo cuando de chiquilín mis padres me llevaban al circo, en Buenos Aires. En mi inocencia, yo pensaba que los payasos solo eran divertidos y entretenían a los niños. Con el tiempo me di cuenta de que sus vidas reales son muy duras y tristes. Esa paradoja es la que me llevó a componer Der makabere Zirkus; la realidad detrás de lo que se ve en la superficie, no es, por lo general, lo que parece.,
afirma Nisinman en un breve intercambio por correo electrónico con mundoclasico.com sobre su nuevo lanzamiento.
Buxtehude y Bach
Hay mucho de nostalgia y melancolía en la irónica pieza que con algunas citas de famosos temas populares sudamericanos da título a este CD. El surco abre tránsito hacia la intensidad del Adagio de Johann Sebastian Bach (BWV 564) y al luminoso Preludio y Fuga en re mayor de su admirado maestro Dietrich Buxtehude (Bux WV139). Al fin y al cabo el bandoneón estaba para eso cuando fue desarrollado en 1845, amenizar las reuniones populares de trabajadores, campesinos y mineros, así como sustituir al órgano en las iglesias más humildes. Estos primeros minutos bastan para desplegar todas sus posibilidades líricas.
“Mi idea no ha sido hacer de una música existente antes de que se inventara el bandoneón algo clásico“, afirma Nisinman en el librillo que acompaña el CD. Me interesó en cambio tocar aquella música con mi forma de entenderla hoy, subraya.
Pobreza, prostitución, mala vida, champán y cocaína
Lirismo es también el que destila Griseta (1924), el tango romanza del innovador Enrique Delfino , quien personifica la perfecta transición desde la denominada Guardia Vieja, tamizado ahora por la moderna visión de Nisinman. El bandoneón y el contrabajo de se encargan de la obertura elegíaca de la composición:
Mezcla rara de Museta y de Mimí / con caricias de Rodolfo y de Schaunard, / era la flor de París / que un sueño de novela trajo al arrabal... / Y en el loco divagar del cabaret, / al arrullo de algún tango compadrón, / alentaba una ilusión: / soñaba con Des Grieux, / quería ser Manón“.
La Boheme, de Giacomo Puccini (basada en Scènes de la vie de bohème (1847–49) de Henri Murger), había sido estrenada en 1896 en Turín y era ya un gran éxito mundial.
La guitarra eléctrica de Mesirca continúa tarareando sugestivamente estos versos del letrista José González Castillo :
Francesita, / que trajiste pizpireta, / sentimental y coqueta, / la poesía del quartier, ¿quién diría / que tu poema de griseta / sólo una estrofa tendría: / la silenciosa agonía / de Margarita Gauthier?“ // “Mas la fría sordidez del arrabal. / agostando la pureza de su fe, / sin hallar a su Duval, / secó su corazón lo mismo que un muguet. / Y una noche de champán y de cocó, / al arrullo funeral de un bandoneón, / pobrecita, se durmió, / lo mismo que Mimí, / lo mismo que Manón.
Rebeldía
Estos temas encierran tantas y tantas historias … La cumparsita el tango más famoso del mundo que compusiera, enfermo y guardando cama, el entonces bohemio estudiante de arquitectura Gerardo Matos Rodríguez, para salir en el carnaval de 1917 con el conjunto de la Federación de Estudiantes del Uruguay, guarda en ese re, do, la, fa un inagotable mundo de ilusiones, tristezas, nostalgias y sueños para ser sentidos y no solo escuchados que Nisinman reafirma con un soberbio toque de rebeldía en su instrumento (¡canejo!)
La cuna
La Federación tenía su sede en el «Bajo» de Montevideo; primero, en la calle Ituzaingó entre Reconquista y Buenos Aires. Después de su embargo (por no pagar el alquiler durante meses) se mudó a un almacén y despacho de bebidas a la vuelta de la esquina, en Reconquista y Liniers, con el pomposo nombre de A la Gran Peña, de gran notoriedad en las crónicas policiales de la época. Para rescatar los pocos muebles que tenían, los estudiantes los desarmaron y los transportaban de a poco en el tranvía de la línea 12 que paraba justo frente a la puerta de la asociación, sin que los viera el guardia policial apostado en la acera de enfrente. En esos locales la comparsa carnavalesca ensayaría consecutivamente con un viejo y desvencijado piano los temas que cantaría después por los bares de la ciudad para ganarse unos pesos.
Les toqué a los muchachos los compases simples que me ayudó a escribir (mi hermana)“Becha“ y parece que les gustaron,
afirmaba el compositor a través de la pluma de su sobrina nieta en su libro Yo Matos Rodríguez, el de la Cumparsita, publicado en 1992 por Ediciones de la Plaza con prólogo de Horacio Ferrer, e impreso en los talleres gráficos del diario El País, de Montevideo.
Al terminar el último acorde todos aplaudieron. Me había salido redondito. Ya había nacido y ahora había que bautizarlo. (…)
Le pusieron La Cumparsita en lugar de La Comparsita, porque un camarero italiano de la vaquería (expendio de leche fresca) del Parque Urbano, hoy (José Enrique) Rodó, cada vez que veía llegar en pleno a la barra de inquietos muchachos de la Federación los llamaba así en su forma cocoliche de pronunciar el español.
Momento mágico
Creo que nunca pude hacer otro tango igual,
agrega
respondió a un estado espiritual muy especial, a un momento único de mi adolescencia“ (…) Fue un momento mágico. Y mágico fue su destino. ¡Cuántos misterios en torno a él, cuántos pleitos! Ríos de tinta y kilómetros de papel se han utilizado para enaltecerlo o para hacerlo pedazos“.(...) La Cumparsita es un espíritu inquieto. Desde que nació, se liberó de mí y tuvo vida propia . (…) Camina impertérrita por el sendero del tiempo sin una arruga, siempre joven, sensual, misteriosa y ardiente. ¿Por qué? Ni yo mismo, ni yo que la compuse lo sé“. (…) Los que le pusieron letra, los que le agregaron compases, los que la compraron, los que la devolvieron, todos fueron sirvientes de esta música embrujada. (…) Pero ella pasa por encima de todos los cadáveres en su carrera triunfal hacia el mañana, pese a todos los pesares, pese a todos los diagnósticos de muerte a corto plazo, se mantiene, trepa, vuela, se amolda a los tiempos venideros, aún antes de que vengan.
¡Y ahí está, también en este precioso disco del siglo XXI y 104 años después de escrita!
Ojos negros y Los mareados
El tango Ojos negros (1910), obra fundamental del género, fue compuesto por el sensible compositor Vicente Greco , uno de los grandes de la venerable Guardia Vieja, en el conventillo de la calle Sarandí, donde vivía en Buenos Aires. La originalidad de su creación, súbita y feliz, con la inspiración de su amigo, el pianista y compositor Prudencio El Johnny Aragón, despierta hasta hoy inefables emociones nostálgicas. Otro tanto ocurre con Re fa si (de Enrique Delfino) no incluido en este CD. Las versiones de Nisinman, tanto del primero de los mencionados como de Los mareados, el clásico de Juan Carlos Cobián, otro de los creadores de tangos romanza, conservan y acentúan aún más esas estremecedoras sensaciones que los integrantes del trío, en sus respectivas intervenciones solistas, saben revivir.
Roberto y sus Aguafuertes porteñas
Nisinman le debía un merecido homenaje al genial escritor, periodista e inventor Roberto Arlt y sus Aguafuertes porteñas . Y se lo dedicó en 2006/2007 con su CD Tango ART, grabado en la Jazzschule de la Musikakademie de Basilea. El demonio del insomnio, Argentinos en Europa, Atenti nena que el tiempo pasa, o La terrible sinceridad están inspiradas en esas estampas que, en sentido figurado, fueron grabadas al ácido nítrico en 1933, siguiendo la evolución social de la más que ajetreada Buenos Aires. Hay en ellas búsquedas incesantes de nuevos colores y endiablados sonidos del bandoneón a partir de experiencias vitales propias de Marcelo Nisinman. El tango, como la vida misma, sobrevive renovado a todos los aconteceres.
Nuevo proyecto
Más allá de la música típica rioplatense, y laburante como es, Nisinman está metido ahora en otro proyecto: una nueva versión de su composición para violín solo, viola solo y orquesta de cuerdas estrenada hace un par de años en Siberia (Rusia), en versión para violín y violonchelo solo, por la Baltic Neopolis Orchestra con Emanuel Salvador como violín solista y director, así como Robert Dacko en violonchelo solo. La obra, de algo más de 13 minutos de duración, consiste en 13 variaciones sobre un antiguo cántico religioso polaco, Ave María, y lleva por título 'Zdrowaś bądź Maryjo. La nueva versión que escribe ahora el compositor argentino, para violín solo y viola solo con orquesta de cuerdas, será estrenada este año en Polonia por la misma orquesta.
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