Italia
Gala de ganadores del Concurso 'Fiorenza Cedolins'
Jorge Binaghi
'Gala de ganadores': con este título tuvo lugar un doble concierto de algunos -no todos, por diversas razones- de los premiados en distintas categorías en las dos primeras ediciones (2020 y 2021) del primer concurso de canto lírico virtual SOI (Scuola dell’Opera Italiana) Fiorenza Cedolins, que suscitó tanto interés y alguna que otra polémica en su momento.
Este concierto en la maravillosa villa con su teatrito, su colección de pianos, su parque (por desgracia la propietaria sólo permitió la visita del teatro, alguna estancia adyacente y una parte pequeña del parque) permitió disipar dudas sobre la posibilidad de juzgar voces a través de un vídeo (los mismos fueron proyectados sin sonido mientras los intérpretes cantaban en el segundo de los conciertos). Naturalmente cabe al público (selecto, pero reducido por las normas de la bendita pandemia, y entre los que se contaban algunos miembros del numeroso jurado) hacer luego su juicio y podrían hacerse muchas distinciones, pero lo importante es que ninguna de las voces resultó insuficiente.
En el primero de los conciertos intervinieron algunos de los galardonados en 2020 con la aparación de algunos de los de 2021 en la creación absoluta de la mayor parte del último acto de la nueva ópera de Ranieri, dirigida por su autor, Re Lear. Un título de Shakespeare ya llevado al teatro lírico con mayor o menor fortuna, y que fue probablemente la gran frustración de Verdi, que lo intentó en más de una ocasión sin lograr un resultado que lo satisficiera (lo que en cualquier caso es una pena).
La obra usa un vocabulario más propio de finales del siglo XIX o principios del XX, en particular perceptible en el gran dúo final de Lear y Cordelia. En una primera audición no parece haber nada de reprensible, aunque cueste identificar algún momento destacado o destacable. Shakespeare es siempre un gran libretista, pero el vocabulario al que me he referido nos lleva a un melodrama grandilocuente, que es sólo menos de la mitad de ese monumento teatral.
Extraña asimismo que Cordelia, una criatura sin estridencias, sea confiada a una soprano lirico spinto (excelente Heloise Koempgen), mientras puede aceptarse que los dos E (Edmundo y Edgardo) sean dos tenores, el segundo lírico (correcto Manuel Epis) y el primero más ligero (sobresaliente Juan de Dios Mateo con una cantidad de agudos dificilísimos que cantó sin esfuerzo), un Lear bajobarítono (algo excesivo para el barítono Akihiro Shiraishi), un magnífico Albany (el bajo Carlo Alberto Gioja), y en roles menores pero no fáciles Peter Bodolai (gentilhombre), Sandro Pacini (Kent y Capitán), y Fabio Franzese (Heraldo). Interesante el hecho de que las dos hermanas perversas fueran confiadas cada una a un par de voces: las sopranos Valentina dell’Aversana y Federica Voltolina en Regan, y las contraltos -en realidad mezzos- Caterina Dellaere y Saskia Meyer. Algunos de los mencionados provenían de las masterclasses impartidas en la misma semana en la villa por la señora Cedolins (como antes sus predecesoras, por ejemplo Luciana Serra y Mariella Devia).
Este primer concierto terminó con arias interpretadas por algunos de los galardonados y alumnos de las mencionadas clases. Yutong Shen cantó ‘Bel raggio lusinghier’, la barcarola de Los cuentos de Hoffmann fue confiada a la mezzo Meyer y la soprano Voltolina, Dell’Aversana se midió con la despedida del primer acto de La Wally, Koempgen con un muy interesante ‘Vissi d’arte’, Luciano Rendemin y Gisella Zhang Yi fueron intérpretes de las arias de Rodolfo y Mimì del primer acto de La bohème, y Manuel Epis clausuró con un sentido adiós a la vida de Cavaradossi. Lamentablemente no pudo exhibirse la mezzo Zhang Jing en ‘Voi che sapete’ porque no se hallaba en condiciones de cantar, pero estuvo presente todo el tiempo.
En el concierto vespertino, dedicado sólo a los ganadores de este año 2021, Bodolai fue un esforzado Turiddu en la despedida de su madre, Sumika Kanazawa interpretó la nueva e interesante composición Sakura de Yuya Maikita, y Fernando Cisneros, una especie de ‘factotum’ de lírica y canto de cámara exhibió poderosos medios en la invectiva a los cortesanos de Rigoletto.
Stefania Seculin, premio del musical, se exhibió en ‘Ich gehore nur mir’ de Elisabeth de S. Levay, mientras Federica Livi antes que un lied (categoría por la que fue premiada) daba su versión de la canción de Nannetta en el último acto de Falstaff. Muy aplaudida la ganadora en la categoría opereta, Lalit Worathepnitinian, que interpretó un más que coqueto ‘Mein Herr Marquis’. Vino luego Mateos exhibiendo de nuevo sus notables agudos en la gran escena de Ramiro de La Cenerentola, además de excelentes medios actorales, buenas ideas escénicas y conocimiento adecuadísimo de estilo y técnica.
La muy valorada Emanuela Sgarlata repitió también su versión de la gran escena de la Desdémona verdiana. La siguió la exquisita Hélène Walter (en mi personal opinión la cantante más completa) en una memorable versión de la Élegie de Massenet, superada sin embargo por la siguiente pieza, incluso danzada: Les chemins de l’amour de Poulenc. A continuación, Laura Esposito nos ofreció su versión del vals de Juliette con un vídeo muy interesante tomado de escenas del film de Wyler Vacaciones en Roma con Audrey Hepburn y Gregory Peck.
Los tres últimos participantes fueron la mezzo Dell’Aere con una conmovedora aria de las cartas de Werther (el francés es mejorable), la jovencísima Constança De Sousa y Melo -que ya había intervenido en la primera parte con la sección final de la locura de la Lucia donizettiana- se lució esta vez con una muñeca Olympia de gran desparpajo. De nuevo Rendemin cerró el concierto con una correcta interpretación del aria de los nueve ‘do’ de Tonio en La fille du régiment aunque su vocalidad parece más oportuna para Puccini.
Felicidades a los participantes, premiados o no, y a la organizadora del concurso.
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