Entrevistas

Piazzolla, Astor

Entrevista con Uriel Pascucci

Juan Carlos Tellechea
martes, 9 de noviembre de 2021
Uriel Pascucci © by Bence Boros Uriel Pascucci © by Bence Boros
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El joven pianista y compositor Uriel Pascucci rinde respetuoso homenaje a Astor Piazzolla en el centenario de su nacimiento con una hermosa transcripción para piano de Invierno Porteño (1970) grabada este año en Basilea / Suiza en un single.* Astor es una gran influencia, siempre lo admiré mucho, tiene mucha fuerza su música, afirma Pascucci.

El intérprete transita despacio y suavemente con su piano por las calles de Buenos Aires en esos días tristes, gélidos y lluviosos de invierno, gris sobre gris, hasta que cobra una fuerza impresionante con la misma energía y pasión que destilaba Piazzolla en su bandoneón.

Este movimiento Lento del ciclo de Las Cuatro Estaciones Porteñas (1965 – 1970) es terriblemente melancólico, con una melodía lastimera en fa sostenido menor; un sentimiento de soledad y frío que se ve interrumpido por fuertes impulsos rítimicos. El vídeo de la grabación de Pascucci fue proyectado hace un par de semanas atrás en el Festival Cervantino, de la ciudad de Azul, en la provincia de Buenos Aires.

Uriel Pascucci. © 2021 by Antira Herrmann.Uriel Pascucci. © 2021 by Antira Herrmann.

Formado en Argentina, Estados Unidos y Suiza, Pascucci ha cumplido giras por esos países, así como por Alemania, España, Italia, Austria e Inglaterra, donde debutó en el Royal Albert Hall, de Londres. El pianista argentino tuvo la gran deferencia de mantener una entrevista por escrito y vía correo electrónico con mundoclasico.com.

Juan Carlos Tellechea: ¿Qué reflexiones le inspira este parón de actividades culturales en general y musicales en particular por el coronavirus?

Uriel Pascucci: La pandemia ha sido algo terrible que nos ha tocado experimentar, a todos de una u otra forma nos ha afectado y nos sigue afectando. En cuanto a lo que comprende al sector artístico, siempre ha implicado un gran esfuerzo dar vida a las actividades culturales y mantenerlas sostenidas en el tiempo, lo que nunca imaginé es una disrupción mundial total y tan abrupta como la que hemos vivido.

Probablemente lo más difícil para los músicos fue perder el contacto con el público, es decir, el encanto de ese tradicional ritual. Eso sumado a la desesperación e imposibilidad de planificar a futuro. A pesar del sufrimiento y la confusión, estoy absolutamente convencido que vale la pena hacer música; es mi vocación, el privilegio de transmitir su contenido milagroso, la trascendencia de su mensaje y sus enigmas.

¿Qué balance (positivo y negativo) extrae de la situación?

Uriel Pascucci. © 2021 by Tom Maeder.Uriel Pascucci. © 2021 by Tom Maeder.

La complejidad de la situación me ha hecho percibir varias cosas. La aparición de una nueva dimensión de la soledad y la distancia... Contemplar de una forma muy cruda la tragedia del existir... Lo horrible que es perder la libertad...

Considero positivo entender que la persona es lo irremplazable, por más que usemos cada vez más tantos dispositivos y tecnología. Desde una perspectiva más personal, saber que debo confiar en mí y que en los momentos oscuros pude aferrarme a la música, que es lo que me apasiona profundamente y lo que le sigue dando sentido a mi vida. Cito a Jordan Peterson:

todos sabemos que es mejor vivir valientemente que de manera cobarde.
¿Qué proyectos tenía en marcha y cómo ha tenido que modificarlos, y cuáles puede emprender todavía?

Perdí bastante por la pandemia, hubo que cancelar todos los conciertos programados en Europa, junto a la imposibilidad de visitar a mi familia. Se generó mucha incertidumbre para planificar. De hecho, la grabación de mi homenaje a Piazzolla debió postergarse un poco y la grabación de mi nuevo CD Álbum también. Afortunadamente estos dos proyectos mencionados ya los he podido plasmar. Ya se va normalizando paulatinamente la actividad de conciertos y estoy reprogramando, si bien aún hay dificultades y es necesario tener paciencia y prudencia.

¿Cómo nació su amor por la música, y por el piano...hay músicos en su familia?

He tenido la enorme fortuna de nacer en una familia de melómanos. Especialmente mi madre y mi abuelo son grandes amantes de la música, con mucha cultura musical. Estoy hablando de personas a las que les gusta comparar interpretaciones de una misma obra por varios artistas, o el caso de mi abuelo que se conoce todo el repertorio del tango tradicional argentino..!

De niño siempre hubo mucha música para escuchar en casa, muy variada por cierto. Allí nació mi amor por la música: escuchando música clásica, tanto sinfónica como para piano; ya estaba ahí algún disco de Arthur Rubinstein, a quien tanto admiro. Siempre hubo ópera, Pavarotti infaltable y María Callas (mi madre escucha a Callas casi todos los días desde hace muchos años).

Uriel Pascucci. © by International "London" Grand Prize Competition.Uriel Pascucci. © by International "London" Grand Prize Competition.

Sumando a Sinatra y Jazz de los 30 ́y 40 ́. También Rock, destacándose la banda Queen y Charly García. Y por supuesto, muchos tangos! Desde entonces he estado atrapado por la música y con los años he ido descubriendo muchos más intérpretes y compositores. Por ejemplo, inolvidable fue en la adolescencia temprana adentrarme en el mundo sonoro de Béla Bartók y de músicos tan icónicos como Bill Evans, Miles Davis, Chick Corea, Friedrich Gulda y Martha Argerich.

Además, si bien nadie en mi familia se dedica a la música, mi madre estudió piano de niña por muchos años. Y unos primos de mi abuelo tenían una orquesta típica de tango. En mi familia me apoyaron y me permitieron desarrollarme con la música, que es maravillosa, divertida, un trampolín a la creación, así como también desafiante y exigente.

¿Cuándo y cómo conoció la música de Astor Piazzolla, vivió usted en Buenos Aires?

Nunca viví en Buenos Aires -la ciudad de la furia. Nací a más de mil kilómetros de allí y en una de las ciudades más lindas de Argentina, conocida como la tierra del sol, el buen vino y las bellas mujeres: Mendoza.

Astor Piazzolla es una personalidad musical a la que era inevitable no escuchar ni conocer viviendo en esa singular latitud del Sur. Lo escucho desde la adolescencia. Me gustaba y entusiasmaba tanto su música, que recuerdo un amigo de la escuela me prestó algunos discos de Piazzolla y unas amigas me regalaron un disco de él para uno de mis cumpleaños. De hecho, cuando tenía 18 años fui de viaje a Mar del Plata con unos amigos, la ciudad natal de Piazzolla.

Durante la estadía entré en una disquería (en la época en que no existía esta impersonalidad del streaming, cuando uno buscaba discos y los elegía como amigos), y encontré el disco La Camorra de Piazzolla. A mi juicio lo mejor que Piazzolla compuso, especialmente La Camorra I, II y III. Es una grabación genial y se enmarca entre sus trabajos más tardíos.

Además, como dato de color, no puedo dejar de mencionar que mi abuelo, allá por los años 70 ́, fue uno de los que invitó a Astor Piazzolla a tocar un concierto en Mendoza! Fue en la época que en Argentina existían salones bailables elegantes, donde en la misma noche tocaba una orquesta de tango y luego una de jazz. Para esta ocasión que describo en Mendoza, Piazzolla trajo una formación junto a la cantante Amelita Baltar.

¿Qué lo llevó a elegir Invierno Porteño para este homenaje a Piazzolla?

Simplemente busqué un tango que pudiera ser interpretado a piano solo sin sacrificar partes del discurso musical. En general la mayoría de las obras de Piazzolla fueron concebidas para cinco instrumentos o más. Mi desafío era elegir una e interpretarla sin desvirtuarla, manteniendo la melodía y la estructura formal. El resultado es mi transcripción para piano del tango Invierno Porteño, un respetuoso homenaje que le dedico a Astor Piazzolla por la celebración del centenario de su nacimiento.

¿Cuándo siente usted muy especialmente la enorme energía de Piazzolla?

Evitando apreciaciones subjetivas sobre algunos de sus tangos en particular, la música de Piazzolla está imbuida de una gran energía e impronta. Además, para mí, Astor Piazzolla representa la fortaleza, la confianza y la perseverancia que el músico debe tener.

Hay personalidades que dentro de mi micro-universo tienen gran peso. Me pasa con Piazzolla y es una sensación (salvando épocas y contextos) que de alguna forma también me produce estar en Argentina frente a una estatua de San Martín, o en la ciudad alemana de Bonn frente a la estatua de Beethoven. Concebir la fuerza y valentía de esos grandes hombres. Aprecio lo que la música de Piazzolla me ha brindado cada vez que la he escuchado. Él sobrevivió las tormentas que envolvieron su quehacer creativo; Piazzolla el malentendido; en Argentina me pareció siempre curiosa esa grieta de piazzollistas y anti-piazzollistas. Su legado es de alto valor, siendo el compositor que revolucionó la música de tango. Esa energía encerrada en la figura de Piazzolla es inspiradora, espolea la ilusión.

¿Qué repertorio cultiva usted especialmente, cuáles son los compositores que siente más cerca suyo y por qué?

Sigo explorando y aprendiendo una gran variedad de obras del repertorio pianístico de diversos compositores, abarcando los períodos musicales que van desde el Barroco hasta la Música Contemporánea. Busco obras que me hagan seguir creciendo pianísticamente y con las que sienta que tengo algo para decir. Probablemente debido a parámetros tales como personalidad y el lenguaje musical que despliegan, tengo un especial énfasis con repertorio del Romanticismo y los compositores del siglo XX.

Siempre me ha fascinado la música de Béla Bartók y de Igor Stravinsky. Básicamente por el enriquecedor e innovativo uso que hacen de elementos como el ritmo, las texturas, las formas musicales y las alturas.

Debo mencionar que mis intereses exceden lo meramente interpretativo, y me concentro también en la composición y un poco en la improvisación, que es la génesis de la música. En el último tiempo he dado algunos pequeños pasos en el terreno de las transcripciones para piano, lo cual espero poder seguir desarrollando.

¿Cuáles maestros recuerda usted con especial cariño y por qué...qué le han aportado concretamente...y qué influencias ha hecho suyas hasta el momento?

Empiezo por decir que lo que más me ha influenciado en esta vida es una buena crianza, mis padres y mi familia han hecho posible que yo pueda acceder a proyectarme como músico. Luego la educación configura y le infunde cierta claridad a una pasión que ya viene con uno, la cual por suerte yo supe descubrir y alimentar.

Le estoy infinitamente agradecido a todos mis maestros! Debo destacar al Maestro Jura Margulis, mentor que sigue siendo mi guía constante. Jura Margulis es un magnífico pianista con verdadera técnica depurada y probablemente uno de los mejores pedagogos existentes. Sus clases de piano son memorables. Si bien yo siempre estuve ligado a la técnica pianística rusa, con él he profundizado mucho más ese abordaje, el sonido, desarrollando también todo lo referido a la interpretación.

Tanto en Argentina, Europa y Estados Unidos, hay varios maestros y pianistas que me han guiado y de quienes he aprendido mucho, en algunos casos por períodos de tiempo prolongado o simplemente con valiosos aportes durante clases magistrales: Tobias Schabenberger, Barbara Buono, Roberto Urbay, Tomasz Herbut, Anton Kernjak, László Gyimesi, Dmitri Alexeev y Bernd Glemser, entre muchos otros.

Así mismo, han sido muy significativas para mi desarrollo musical las geniales clases de composición y orquestación en Argentina con el gran Maestro Dante Grela y en Suiza las clases con Aydin Esen.

¿Qué anécdota divertida y poco conocida de su vida puede usted relatar a los lectores?

Esto es algo cómico por el hecho de que tuvo repetición: cuando me mudé a Europa aterricé en la noche y mis valijas no llegaron... Luego cuando me mudé a Estados Unidos aterricé en la noche y mis valijas tampoco llegaron..! La inexplicable sensación de llegar a un lugar nuevo, no conocer a nadie y no tener literalmente nada.

Notas

Grabado en el Centro Cultural de la Iglesia de San Pablo, de Basilea / Suiza, el 26 de febrero de 2021. Piano Steinway & Sons modelo B, cedido por la organización Crescendo International. Grabación y filmación por Julian Gresenz y equipo en Point de Vue. Licencia otorgada por cortesía de Intersong Musikverlag junto a Warner Chappell Argentina y Alemania.

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