Alemania

Escenas de una noche de insomnio

Juan Carlos Tellechea
viernes, 17 de diciembre de 2021
Weihnachtsoratorium © 2021 by Sandra Then Weihnachtsoratorium © 2021 by Sandra Then
Düsseldorf, sábado, 11 de diciembre de 2021. Deutsche Oper am Rhein. Opernhaus Düsseldorf. Ópera de Düsseldorf. Johann Sebastian Bach, Oratorio de Navidad – Escenas de una noche de insomnio. Versión de teatro musical de Elisabeth Stöppler, Anna Melcher, Gerhard Michalski y Axel Kober con textos hablados de Hannah Dübgen. En alemán con subtítulos. Régie Elisabeth Stöppler. Escenografía Annika Haller. Vestuario Su Sigmund. Iluminación Volker Weinhart. Dramaturgia Anna Melcher, Carmen Kovacs. Orquesta Düsseldorfer Symphoniker. Director Axel Kober. 90% del aforo, con estrictos controles por las medidas de prevención e higiene contra la pandemia de coronavirus.
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Es ya muy tarde en la ciudad. Una mujer en avanzado estado de gravidez y un hombre corren desesperados por sus calles. El hombre llama a todas las puertas. En vano, nadie responde. La mujer se recuesta contra un muro y se sienta sobre el frío suelo. Grita presa del dolor. Las punzadas son cada vez más agudas, se le hacen casi insoportables. El hombre da finalmente con una casa en la que se oyen voces en su interior.

Dentro, una familia de clase media alemana se apresta a cenar. El hombre golpea a la puerta insistentemente hasta que los moradores se percatan de ello y le abren. El individuo les ruega que lo dejen entrar con su mujer. 

A toda prisa despejan la mesa del comedor y tienden a la parturienta sobre ella, aumentan las contracciones y finalmente da a luz un precioso bebé que llora con enorme vitalidad. La platea ríe, aunque aquí, como tampoco en el resto de la velada, no queda muy claro si la régie quiere ironizar y hasta qué punto.

«Weihnachtsoratorium», producción de Régie Elisabeth Stöppler. © 2021 by Sandra Then.«Weihnachtsoratorium», producción de Régie Elisabeth Stöppler. © 2021 by Sandra Then.

Cuando suenan los cinco golpes de timbal es Navidad. Así comienza en la Ópera de Düsseldorf esta versión de teatro musical titulada Weihnachtsoratorium – Szenen einer schlaflosen Nacht (Oratorio de Navidad – Escenas de una noche de insomnio) con música del genial Johann Sebastian Bach, bajo la extraordinaria dirección del maestro Axel Kober, y la régie de Elisabeth Stöppler, aclamada por el público.*

Júbilo

«Weihnachtsoratorium», producción de Régie Elisabeth Stöppler. © 2021 by Sandra Then.«Weihnachtsoratorium», producción de Régie Elisabeth Stöppler. © 2021 by Sandra Then.

En medio de la sorpresa general, los dueños de casa, sus hijos y sus inesperados huéspedes se regocijan por el nacimiento y cantan con júbilo Jauchzet, frohlocket! (“¡Alégrate, regocíjate!“) al ritmo de la música de Bach. Difícilmente una obra sobre el mensaje navideño cristiano pueda encontrarse hoy en día en ambos ámbitos, el religioso y el profano, como en este Oratorio de Navidad de 1734/1735 (estrenado en Leipzig y repartido entre varios servicios religiosos entre Navidad y Reyes).

«Weihnachtsoratorium», producción de Régie Elisabeth Stöppler. © 2021 by Sandra Then.«Weihnachtsoratorium», producción de Régie Elisabeth Stöppler. © 2021 by Sandra Then.

Es por ello que hay una lógica interna para llevar al escenario de una ópera la obra maestra de Johann Sebastian Bach, creador y pensador muy moderno en su época y ahora universal. Esto lo hacen   con éxito Stöppler y Kober junto con Anna Melcher y Gerhard Michalski, así como la escritora y dramaturga Hannah Dübgen, autora de los textos hablados.

«Weihnachtsoratorium», producción de Régie Elisabeth Stöppler. © 2021 by Sandra Then.«Weihnachtsoratorium», producción de Régie Elisabeth Stöppler. © 2021 by Sandra Then.

Está claro que no es fácil ni sencillo satisfacer a todos. El perfil de los asistentes a conciertos no es exactamente igual al de los amantes de la ópera. El límite que separa la refinada crítica de la cursilería y el mal gusto es muy delgado. Además aquí no queda piedra sobre piedra. El equipo hurga también en la música. Corta o amputa movimientos o sus partes, se restan instrumentos y se asignan partes vocales a nuevos grupos de voces.

El director musical se apresura en varias arias y movimientos corales, con el fatal resultado de que los cantantes, o bien reaccionan como si los estuvieran azuzando y van demasiado rápido, o bien no pueden seguir el ritmo debido a la tensión. El equilibrio casi nunca es el adecuado, no cesan los tambaleos, a veces todos están irremediablemente separados.

Disfrute

El cuerpo coral al completo (preparado por Michalski) se suma al término de la primera parte (tiene demasiado vibrato, pero Axel Kober sabe absorberlo). Cuando el director principal lo atiza en Ehre sei dir, Gott, gesungen ("Gloria a ti, Dios...", coro de entrada, cantata cinco), ya no es cantado, sino jadeado. Los corales, en cambio, los celebra como si los sacara del tabernáculo con guantes especiales. Ésta no es lo que se pueda decir una versión muy apegada a la información de la historia.

Pero hay buen humor y una atmósfera condescendiente en el foso. El solista Bassam Mussad tiene un toque de trompeta fabuloso. Se nota que los músicos de la Sinfónica de Düsseldorf disfrutan de esta música ejecutándola en la ópera y no en un concierto prenavideño. Al fin y al cabo no todos los días nace un Salvador de la Humanidad durante una cena.

En este oratorio está incluída el aria más larga de toda la obra de Bach, que originalmente procede -como la mayoría de sus partes- de una cantata profana: Schlafe, mein Liebster (Duerme, mi amor), para contralto/contratenor. Dura más de nueve minutos y antes de que el oyente se duerma, el compositor ordena al coro que haga sonar el despertador. Gloria a Dios en las alturas, exulta en un número nervioso y virtuoso de coloratura. Una imagen completa, según la partitura.

Qué pasaría

Probablemente a uno no le crecerían pelos detrás de las orejas si se planteara la cuestión de qué pasaría si el niño Jesús naciera hoy en una gran ciudad de nuestro tiempo. Quizás los innumerables sermones de Nochebuena traten de alguna manera este tema, por lo que un tufillo de adoración infantil recorre esta versión escenificada del Oratorio navideño de Bach que explora la cuestión.

La producción crea un mundo en movimiento, mas no logra ser un alegato terminante en favor de una versión escenificada de la obra; se pierde en minucias, hay bastante chatura en la exposición, si bien hubiera podido prosperar aprovechando sus contrastes. De todas formas, musicalmente es sobresaliente.

El mundo gira

«Weihnachtsoratorium», producción de Régie Elisabeth Stöppler. © 2021 by Sandra Then.«Weihnachtsoratorium», producción de Régie Elisabeth Stöppler. © 2021 by Sandra Then.

Cambio de escena (Annika Haller), gracias a un casi cinematográfico escenario giratorio...Con un poco de imaginación estamos en medio del ajetreo de una calle comercial, tal vez la cercana Königsallee, la elegante avenida de Düsseldorf. Hay mucha acción sobre las tablas. La gente común y corriente va de aquí para allá sin rumbo definido. Primero la vemos en cámara lenta; después en su estresante trajín consumista; con coloridos bolsos, apresurando las últimas compras navideñas. Alguno por allí hace jogging; otros circulan con su equipaje, salen o vienen de vacaciones.

Unos parecen tener una vida holgada; algunos más, no muchos, piden limosna o recogen de las aceras algo que tenga algún valor para venderlo más tarde y conseguir algunas monedas. La crítica social, si bien sutil y marginal, no pasa desapercibida en esta puesta para quien conozca la pobreza que puede verse en las urbes de la Alemania del siglo XXI y en medio de la pandemia.

Entretanto, la noticia del nacimiento ha corrido como reguero de pólvora por el barrio y llega a oídos de una mujer soltera (magnífica Susan Maclean), de una tabernera (sólida, Athanasia Zöhrer), un dandy con opulento abrigo de cuello de piel (Johannes Preißiger, muy buena presencia escénica), un obrero (idóneamente encarnado por el ágil tenor Andrés Sulbarán) y un ateo (Torben Jürgens, vocalmente algo estrecho, pero convincente). Sulbarán apuñala sin embargo las 30 segundas notas del aria Frohe Hirten con gran volubilidad.*

Nadie lo cree

Todos se burlan del "gran señor y fuerte rey" que se supone ha nacido en algún lugar de la ciudad. Pero alguien desconocido hasta entonces, El Otro, (magnífico y carismático el contratenor Terry Wey) se eleva en medio de la multitud y anuncia el nacimiento del Redentor. Al niño lo encontraréis envuelto en pañales y recostado en un pesebre, dice. La gente ríe; no le hace caso, lo mira con indiferencia, lo toman por uno de esos locos que deambulan por allí anunciando el fin del mundo.

Hasta que de pronto alguien se percata de la fuerza de su mensaje y se arrodilla ante él y el firmamento con los brazos abiertos en actitud de oración. Como exhibición, esto funciona bastante bien. El Otro es declarado un ángel, sin más, por la muchedumbre. Cuando Terry Wey recorre esos nueve minutos del aria Schlafe mein Liebster, llega al corazón de la música y del texto (completamente ambiguo, es decir, maternal y al mismo tiempo eróticamente sugestivo), utiliza su largo aliento y su maravilloso timbre para animar el arte: Es aquí cuando Bach habla con sublimidad pura.

Contribuye a ello, por supuesto, la apariencia visual y el carisma vocal de Wey. El nacimiento del comienzo es proclamado, sin contemplaciones, como un milagro navideño y se recrea un belén en el anquilosado salón comedor de la familia. Uno se pregunta si todo esto sigue siendo cierto o Elisabeth Stöppler está parodiando aquí la histeria pseudo-religiosa y supersticiosa de la gente. Por supuesto, nada de esto tiene que ver con el Evangelio de Lucas. Los actores de este Nuevo Testamento están irreconocibles aquí.

Canción de cuna hebrea

La puesta de la Deutsche Oper am Rhein se ciñe esencialmente a la partitura original de Bach y todo es muy coherente. Solo le ha añadido una canción de cuna hebrea (Numi Numi, Duerme mi niño)* que canta enternecedoramente la madre del recién nacido, María (Sarah Ferede). Además ha transferido un aria para clarinete (que solo encontró su camino en la orquesta después de la época de Bach), motivada hasta cierto punto por el contenido, porque hay un intérprete – el barítono Jake Muffet, quien además de tener buenos momentos, toca magníficamente el instrumento. Aquí y allá se acortan las arias por parte de la repetición, se suprimen algunos recitativos y dos corales, pero en general se puede escuchar la obra conocida.

El mercadeo de Jesús

No significa esto que la versión de Stöppler sea del todo convincente, porque después de un comienzo completamente emocionante, la dirección se pierde rápidamente en episodios de pequeña magnitud y apenas comprensibles. El centro de la gran ciudad consiste en un entramado antiestético de núcleos habitacionales del tipo caja de zapatos con alguna valla enrejada.

Es muy probable que la régie quiera parodiar las Escrituras, porque después del intermedio, se ponen de pronto de moda los muñecos bañados en oro representando al recién nacido. El niño Jesús se convierte en un ídolo de marketing, y es entonces cuando a más tardar aparecen los trastornos digestivos teológicos. Dicho sea de paso, el ateo arroja la figura al cubo de la basura, asqueado por esta comercialización.

Por supuesto que el teatro puede y debe ser crítico y punzantemente irónico. También puede burlarse de la religiosidad que regularmente se despierta solo en Navidad (lo que sería ciertamente más divertido y elegante). Pero en un examen de Bach, la dimensión teológica debería ciertamente jugar un papel - no porque el genial compositor sea sacrosanto, sino porque esto no le hace justicia a la pretensión del Oratorio de Navidad.

Ideas claras

«Weihnachtsoratorium», producción de Régie Elisabeth Stöppler. © 2021 by Sandra Then.«Weihnachtsoratorium», producción de Régie Elisabeth Stöppler. © 2021 by Sandra Then.

Además, la historia que cuenta Elisabeth Stöppler se vuelve cada vez más abstrusa. La madre de la familia del principio ( Anke Krabbe, muy tierna en el aria, del eco, “Flösst, mein Heiland“ en la parte IV), resulta ser una enferma de cáncer terminal, por lo que se quiebra la unión del grupo. Sin embargo, el hijo (imponente el tenor Cornel Frey), afortunadamente, todavía puede cantar, pese a la adversidad, aunque en el aria "Nun mögt ihr stolzen Feinde schrecken" se sale cada dos por tres del tempo señalado por Kober. El padre (Luke Stoker) tiene asimismo buenos momentos.

La soprano y el tenor se sitúan en un primer plano a veces de forma demasiado descarada y radiante, y también hay algunos tambaleos (más entre los solistas que en el coro). Pero de nuevo el director sabe neutralizar todo con rapidez y seguridad. Kober tiene ideas claras y el sonido forma muy precisa. No es un diseño para estar históricamente informado, sino comprometido con la tradición clásica romántica, sobria y ágil.

María y José (Florian Simson) parecen cada vez más desorientados, han perdido de vista a su hijo. El carpintero José es quien más dudas tiene. Las mujeres en el escenario son propensas a las crisis nerviosas. Es probable que en algún momento les haya resultado imposible seguir los giros de la puesta. En el programa de mano se puede leer el significado y contenido de las 24 escenas (pero mejor olvidarlas, porque tampoco ayudan mucho).

Excelentes solistas

«Weihnachtsoratorium», producción de Régie Elisabeth Stöppler. © 2021 by Sandra Then.«Weihnachtsoratorium», producción de Régie Elisabeth Stöppler. © 2021 by Sandra Then.

En la segunda parte, la escenografía -ahora sin paredes- tiene más sentido cuando la maravillosa oboísta solista Gisela Hellrung toca desde el ático de uno de los edificios y el instrumento se convierte conmovedoramente en parte de la acción. El cuarteto de cuerda sobre el escenario giratorio tiene muy poca presencia y Dragos Manza (concertino de la orquesta Düsseldorfer Symphoniker) queda demasiado en segundo plano con su violín.*

Textos hablados

Algunos otros textos intercalados de la escritora Hannah Dübgen se pierden también en esta abundancia de acontecimientos. Esas frases provienen de diversas fuentes, entre ellas, la primera epístola de Pablo a los Corintios, las clases de catecismo o los sermones de predicadores itinerantes. Es el gran teatro dialéctico que tiene licencia aquí para canibalizar. Solo faltarían aquí Friedrich Nietzsche, Jean-Paul Sartre y alguno que otro más que se haya ocupado del asunto.

Como una comedia musical

«Weihnachtsoratorium», producción de Régie Elisabeth Stöppler. © 2021 by Sandra Then.«Weihnachtsoratorium», producción de Régie Elisabeth Stöppler. © 2021 by Sandra Then.

El final es masivo y de comedia musical. The show must go on! El objetivo es solo uno: ¡Animar al público para que se entusiasme y aplauda mucho! El coro, los solistas y los extras* se sitúan sobre la rampa del escenario portando significativos carteles: “el amor es eterno“, “el amor lo puede todo“, “te quiero“, “yo también“, “todo lo que necesitas es café“, “feliz Navidad“...y...sobre todo...“I love Bach!“, con un gran corazón en el medio, aclamado a rabiar y con estentóreos gritos de ¡bravo, bravo, bravo, bravo! por los espectadores. 

De todas formas, el compositor habría salido airoso de la situación y tal vez hubiera dicho para sus adentros que con ayuda del altísimo se iría a otra parte a buscar más fortuna.

Notas

1. Intérpretes: Madre (Anke Krabbe), Padre (Luke Stoker), Hija (Ekaterina Aleksandrova), Hijo (Cornel Frey), Soltera (Susan Maclean), Tabernera (Athanasia Zöhrer), Trabajador (Andrés Sulbarán), Ateo (Torben Jürgens), Dandy (Johannes Preißinger), Empresaria (Morenike Fadayomi), Estudiante de música / Clarinetista (Jake Muffet), El Otro (Terry Wey), Una mujer (María) (Sarah Ferede), Un hombre (José) (Florian Simson).

2. Gente de la ciudad (I.): Coro de la Deutsche Oper am Rhein, preparado por Gerhard Michalski: Michaela Diehl, Chieko Higashi, Jiyeon Park, Martina Ramin, Imara Theodora Thomas (1era soprano); Birte Hopstein, Ruth Mauderer, Silvia Mauer (2da soprano); Angela Froemer, Annette Hörle, Cornelia-Maria Orendi, Sylwia Siwak (1era contralto); Edith Krupp, Franziska Orendi, Karolin Zeinert (2da contralto); Dong-Hoon Kim, Bohyeon Mun, Zheng Xu, Apostolos Zoidis (1er tenor); Cesar Dima, Ingmar Klusmann (2do tenor); Emanuel Fluck, Attila Fodre, Karl Thoma Schneider (1er bajo); Josua Guss, Jwa-Kyeom Kim, Mathias Tönges (2do bajo)

3. Arreglos de la canción de cuna hebrea “Numi Numi“ (Duerme mi niño) Jake Muffet.

4. Música sobre el escenario Gisela Hellrung (oboe/oboe d'amore), Dragos Manza (violín solo), Silke Volk (violín), Gabriel-Sorel Bala (viola), Nikolaus Trieb (violonchelo), Jason Tran (órgano / piano).

5. Gente de la ciudad (II.): Extras de la Deutsche Oper am Rhein (Raphael Mühlbauer, guitarra).

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