Artes visuales y exposiciones
Simone de Beauvoir y El segundo sexo
Juan Carlos Tellechea
¿Cómo se define el género? Hace más de 70 años Simone de Beauvoir se planteaba esta controvertida cuestión y publicaba una trascendental obra al respecto, tal como muestra en estos meses una nueva exposición sobre la pionera francesa del movimiento feminista en el Centro de Arte y Exposiciones de la República Federal de Alemania (Bundeskunsthalle), de Bonn.
La exhibición Simone de Beauvoir und Das andere Geschlecht (Simone de Beauvoir y El otro sexo), puntualmente organizada para que su inicio preceda al Día Internacional de la Mujer, está a cargo de la destacada historiadora del arte Dra. Katharina Chrubasik y se extiende desde el 4 de marzo al 16 de octubre próximo, con gran afluencia de visitantes.
Sobre todo las mujeres más jóvenes se interesan hoy por la obra de de Le deuxième sexe, (El segundo sexo. El otro sexo, en la traducción al alemán), probablemente su libro más famoso, en el que examinaba la situación de la Mujer en el mundo occidental.
Hostilidades hasta hoy
Su brillante análisis y el tratamiento de temas tabúes, como la iniciación sexual, el amor lésbico, la maternidad y el aborto desencadenaron una ola de críticas y de actos hostiles en aquellos lejanos tiempos, cuyos ecos llegan hasta el presente.
La obra fue escrita en una época de agitación y resurgimiento. Numerosos intelectuales y artistas habían hecho del París de la posguerra el centro intelectual y cultural de Europa. Debatían sobre el fin del sistema capitalista y acerca de un nuevo mundo antiburgués. Establecían nuevos estándares en filosofía y literatura, en arte y música, en periodismo y moda, y redefinían las relaciones interpersonales.
Las ideas del existencialismo, cuyos representantes más importantes fueron Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir, desempeñarían un papel central en ese entonces. En su obra filosófica L'Être et le néant (El ser y la nada), publicada en 1943, Sartre sostenía que “el hombre no es nada salvo lo que decida ser“, es decir: la existencia precede a la esencia. De Beauvoir exploraría los temas existencialistas de la libertad, el miedo y la alteridad en su primera novela, L'invitée (La invitada), escrita en 1943.
La meca
El barrio parisino de Saint-Germain-des-Prés era el centro de la vida intelectual y cultural de entonces. Tanto Les Temps Modernes, fundada por Sartre y de Beauvoir en octubre de 1945. Publicada por , fue una plataforma para autores modernos, innovadores y controvertidos de aquellos años y hasta su cierre en 2018.
Simone de Beauvoir escribió Le deuxième sexe no como una feminista, sino como un estudio sociológico y existencialista. El primer volumen, Les faits et les mythes, fue publicado por Éditions Gallimard en junio de 1949 y vendió 22.000 ejemplares en su primera semana. El segundo volumen, titulado L'experience vécu, le siguió en noviembre de 1949. Al igual que las preimpresiones en la revista Les Temps Modernes, la publicación del estudio desencadenó un apasionado debate.
Sobre todo, el tratamiento abierto de la sexualidad femenina por parte de de Beauvoir provocó numerosas críticas, en su mayoría masculinas. El escritor francés y posterior Premio Nobel de Literatura Albert Camus arrojó violentamente al suelo el libro en su habitación, en un ataque de ira, indignado porque, según él, ridiculizaba a los hombres franceses. El sexólogo Alfred Kinsey acusó a de Beauvoir de falta de datos científicamente relevantes. Por otro lado, Simone de Beauvoir recibió un gran estímulo por parte de las lectoras, como demuestran las numerosas cartas que se conservan en la Bibliothèque nationale de France.
Vergonzoso prestigio
La Unión Soviética, la España franquista y el Vaticano comparten el triste prestigio de estar entre los primeros países que prohibieron la lectura de tan importante obra en aquellos tiempos. A cambio, clérigos pedófilos de la tan moralista Iglesia Católica violaban niñas y niños, como nos enteramos no hace mucho a través de denuncias hasta ahora acalladas con la complicidad de obispos y papas.
La primera versión al español fue publicada en noviembre de 1954 por la editorial Psique, de Argentina (gobernaba entonces el carismático presidente Juan Domingo Perón, quien sería derrocado por un golpe militar diez meses después).
Desde su primera publicación en 1949, Le deuxième sexe de Simone de Beauvoir ha sido traducido a más de 40 idiomas. Estas traducciones demuestran la continua relevancia de la obra en una variedad de contextos globales. La publicación tuvo un éxito rotundo y desató un candente debate.
Tres oleadas
La recepción del libro en todo el mundo se produjo en tres oleadas. Las ediciones en lenguas extranjeras reflejan las condiciones políticas y socioculturales de sus respectivas épocas y las influencias de sus traductoras y traductores. Las traducciones que aparecieron hasta principios de los años sesenta (alemán 1951, inglés 1953, japonés 1953, español argentino 1954) procedían en su mayoría de círculos intelectuales masculinos y existencialistas.
Muchas ediciones fueron muy abreviadas y editadas, sin que se indicaran las intervenciones. Esto trivializó y distorsionó la expresividad del original. La primera versión en inglés para los (mojigatos) Estados Unidos llegó al público acortada y resumida.
El movimiento feminista occidental de finales del decenio de 1960 y de la década de 1970 marcó nuevos acentos en la práctica de la traducción y asumió la autoridad interpretativa sobre los enunciados centrales del texto. Desde la década de 1990, una nueva generación de estudiosos ha vuelto a mirar el libro y a su autora con otros ojos. Además de nuevas traducciones de la versión original completa (ruso 1997, hebreo 2001, sueco 2002), las ediciones existentes han sido revisadas críticamente (chino 2013) y se han hecho accesibles a nuevas lectoras y nuevos lectores.
Auge hoy en día
Solo años más tarde sería reconocido El segundo sexo como referente feminista y base de estudios sobre la mujer y el género. Aún hoy continúa difundiéndose a razón de varios miles de ejemplares semanales y es traducido constantemente a más idiomas. Con el inicio del nuevo movimiento feminista a finales de los años 60, los contenidos de Le deuxième sexe fueron recibidos en Europa Occidental, transmitidos a través de las obras de importantes pioneras del movimiento femenino estadounidense.
El debate sobre El segundo sexo se centró en la discusión de de Beauvoir sobre la autodeterminación sexual y física de las mujeres, que desempeñó un papel central en el nuevo movimiento feminista. En Francia y en la República Federal de Alemania se manifestaron, entre otras acciones, en campañas contra las prohibiciones de aborto existentes.
Simone de Beauvoir declaró públicamente su apoyo al feminismo a principios de los años 70 y participó en numerosas campañas del movimiento feminista francés. Este apoyo de la intelectual mundialmente reconocida dio publicidad a las reivindicaciones feministas y tuvo una importancia trascendental para el movimiento de las mujeres.
Experiencias
Lo que empezó como un ensayo pronto se convertiría en una obra fundamental. En su estudio, de Beauvoir relacionaba sus propias experiencias con las de otras mujeres, así como con las conclusiones de numerosos estudios. En la primera parte, analiza la historia de la humanidad, que expone como la historia del patriarcado, mientras que en la segunda parte examina la vida de una mujer desde el nacimiento hasta la vejez.
Su principio rector es el de que las condiciones biológicas no influyen y que es decisivo que una persona crezca como niña o como niño. Probablemente la cita más famosa de El segundo sexo sea: "No se nace mujer, se llega a serlo". Con su análisis, de Beauvoir puso por primera vez en boca de la opinión pública la categoría de "género", distinguiendo sistemáticamente entre el sexo biológico y los condicionamientos culturales o sociales.
"Este mundo es un mundo de hombres, mi juventud se alimentó de mitos inventados por los hombres, y yo no reaccioné en absoluto como si fuera un niño. Mi interés era tal que abandoné el plan de una confesión personal para tratar la condición de las mujeres en general", escribía de Beauvoir en su autobiografía “La force des choses“ (1963), “La fuerza de las cosas“.
Impronta cultural o social
Le deuxième sexe fue el primer estudio de ciencias sociales que se centró en la categoría de "género", distinguiendo sistemáticamente entre el sexo biológico y la impronta cultural o social del género. La obra no ha perdido nada de su relevancia hasta hoy, porque la emancipación de la mujer aún no se ha completado.
La exhibición ilustra la génesis de El segundo sexo en el París de la postguerra y cuestiona por qué “el otro sexo“ apenas ha perdido su poder explosivo hasta nuestros días. Las tesis de de Beauvoir fueron pioneras, afirma la historiadora del arte Eva Kraus, directora artística de la Bundeskunsthalle. Había que tener mucho valor para defenderlas sin quebrantos.
Sigue mereciendo un gran respeto por ello, lo que la convirtió en un modelo a seguir, y lo sigue siendo hasta hoy, también para mí. (Eva Kraus)
Recorrido
En la penumbra, las salas del Centro de Arte y Exposiciones de Alemania intentan recrear con fotos de gran tamaño, mesas y sillas de bistró, así como con textos informativos proyectados sobre las paredes, el ambiente de los legendarios locales del París inmediatamente después de 1945. Además de los referidos cafés, se destacan también los clubes de jazz como el legendario Tabou, situado en la Rue Dauphine al número 33, en el barrio de Saint-Germain-des- Prés, donde alternaban, entre otros, Jean Cocteau, Boris Vian, Juliette Gréco y venía de visita Miles Davis. ¡Qué tiempos aquellos!
Tabúes rotos
El segundo sexo fue para el movimiento feminista moderno la chispa inicial. El libro se tradujo primero a más de 40 idiomas y se convirtió en una especie de biblia del feminismo. Así fue como tocó la fibra sensible de las mujeres que querían liberarse de los roles estrechos y tradicionales: los hijos, la cocina y la iglesia (en alemán las tres “K“: Kinder, Küche, Kirche).
Simone de Beauvoir "nos abrió la puerta", escribía la escritora estadounidense Kate Millet en 1986. Ese mismo año, la feminista Gloria Steinem afirmaba que de Beauvoir era más responsable del actual movimiento internacional de mujeres que cualquier otra persona.
Comenzando por una muestra dedicada a Hannah Arendt, esta íntima exposición del Centro de Arte y Exposiciones de la República Federal de Alemania en Bonn forma parte de una serie de presentaciones sobre escritoras, filósofas, científicas y pioneras de las más diversas disciplinas, que sentaron decisivos acentos en la emancipación de la Mujer.
Compañera de toda la vida de Jean-Paul Sartre
Quien habla de Simone de Beauvoir no puede ignorar al filósofo Jean-Paul Sartre. Ambos fueron compañeros de toda la vida en una relación abierta que fue observada con asombro por el público. En una película de la célebre feminista alemana Alice Schwarzer, de Beauvoir y Sartre, ya encanecidos, daban su opinión en 1972. En las fotos, la bella Simone suele aparecer seria, con el pelo estrictamente peinado hacia atrás, un cigarrillo entre los dedos, y las uñas pintadas de rojo.
El papel de la mujer en tiempos de Corona
"Simone de Beauvoir está hoy más vigente que nunca", afirmó Schwarzer, amiga de de Beauvoir y fundadora de la revista feminista Emma, también presente en la conferencia de prensa internacional previa a la apertura oficial de la exposición. A la activista por los legítimos Derechos de la Mujer le horroriza, según dijo, el alcance de la propaganda a la que están expuestas hoy en día las niñas y las jóvenes en las redes sociales con relación a las políticas que deciden ilegítimamemente sobre su propio cuerpo.
"Para de Beauvoir, esto sería un material sin precedentes si estuviera hoy aquí", señaló Schwarzer. Pero no es solo la imagen de la mujer que a veces se presenta en las redes sociales lo que hace que el clásico feminista de de Beauvoir siga mereciendo ser leído 70 años después de su publicación. Numerosos debates sociales están haciendo renacer la obra en el siglo XXI.
La legislación
Por un lado, está el derecho al aborto, por el que ya se había manifestado de Beauvoir y que todavía hoy se debate ferozmente en Alemania en el marco del artículo 219, inciso "a", del código penal:
(1) Cualquier persona que ofrezca públicamente, en una reunión o mediante la difusión de contenidos (sección 11(inciso 3)) con fines lucrativos o de manera gravemente ofensiva
1. servicios propios o ajenos para la realización o promoción de un aborto u ofrezca
2. medios, objetos o procedimientos adecuados para la interrupción del embarazo, con referencia a esta idoneidad, será castigado con una pena privativa de libertad no superior a dos años o con una sanción económica. (...) (traducción libre).
Pero también están los datos y las cifras que dejan claro que las mujeres y las madres se han visto obligadas contra su voluntad a volver a los antiguos modelos de rol en tiempos de la pandemia de coronavirus. Las mujeres tienen que soportar el peso de la pandemia: ¿qué habría dicho Simone de Beauvoir al respecto?, se preguntaba retóricamente Alice Schwarzer en la rueda con los medios de comunicación social presentes en Bonn.
Las mujeres en el patriarcado
Y son los intentos de denigrar y rebajar a las mujeres que, contra todo pronóstico, ocupan altos cargos. Un documental sobre la ex canciller alemana Angela Merkel realizado por el canal de televisión franco-alemán Arte mostraba recientemente cómo tuvo que luchar ella a brazo partido para mantenerse en el ámbito político dominado por los hombres. A la ministra de Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, se le negó repetidamente la competencia y la experiencia. Ahora hizo un llamamiento a la comunidad mundial en la Asamblea General de la ONU en Nueva York y promovió una resolución contra Rusia que fue aprobada por una abrumadora (e histórica) mayoría de votos.
Simone de Beauvoir también tuvo que mantenerse siempre firme, dice Alice Schwarzer.
Había adquirido una actitud brusca, hay que saber que estuvo bajo fuego de metralla durante décadas.
La habían atacado y difamado mucho por ser mujer. Pero nadie como de Beauvoir analizó el hecho de ser mujer y de ser hombre en un mundo patriarcal de forma tan exhaustiva y coherente, acotó Schwarzer.
Siempre admiré a de Beauvoir por el hecho de que, en caso de duda, prefería ser demasiado radical, antes que lo contrario. (Alice Schwarzer)
Pero el radicalismo de Simone de Beauvoir se ha convertido en algo raro hoy en día, se lamenta. Schwarzer subrayó que el progreso no es ni automático ni sobreentendido, sino que siempre hay que batallar por su preservación y posterior desarrollo, advirtió finalmente.
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