España - Galicia

Miradas sobre la modernidad

Adios a la vanguardia

Xoán M. Carreira
lunes, 16 de mayo de 2022
LAB51 © 2021 by LAB51 LAB51 © 2021 by LAB51
A Coruña, domingo, 8 de mayo de 2022. Museo de Bellas Artes. Cold Trip. Lab.51: Johanna Vargas, soprano, y Magdalena Cerezo, piano. Georges Aperghis, Retrouvailles, para dos percusionisras-actores. Bernhard Lang, The Cold Trip 2, para voz. piano y laptop. Yoko Ono, Performance from Grapefruit. Gyorgy Ligeti, Mysteries of the Macabre für Koloratursopran und Klavier. XXI Ciclo Música para unha época 2022. Festival Resis 2022. Aforo completo.
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Cuando el público accede al salón de actos del Museo de Bellas Artes, Johanna Vargas está ya en el escenario aguardando y muestra claros signos de impaciencia. Mientras los técnicos de sonido revisan todo y realizan los últimos ajustes. Se retiran del escenario y la espera de Vargas se prolonga igual que su impaciencia. Por lo tanto no está esperando ni por el público ni por los técnicos. 

Magdalena Cerezo entra en escena y la cantante se levanta y la abraza efusivamente, una efusividad que poco a poco se convierte en palmadas rítmicas en las espaldas de las dos amigas. Ha comenzado Retrouvailles (2013) de Georges Aperghis (Atenas, 1945), otro de cuyos episodios -protagonizado por las percusiones de una botella, un vaso y la mesita de bar en la que transcurrió la espera inicial- aparecerá hacia el final de la primera parte interpolada en la selección de The Cold Trip 2 (2014/15) de Bernhard Lang (Linz, Austria, 1957). 

Hubo una segunda interpolación, la de dos piezas de Grapefruit (1964) de Yoko Ono (Tokio, 1933), pionera -junto con Terry Riley y John Cage- de las partituras con instrucciones verbales y sin notación musical. Dos años antes de Grapefruit, Cage, Ono y Riley habían protagonizado una sonada pelea 'de patio de colegio' en la que se discutía cuál de los tres era el autor de la primera partitura sin notación musical, pero en 1964 la ingenuidad de esta riña había quedado en evidencia por la crisis de los misiles, la Guerra de Vietnam, las luchas raciales, el asesinato de Kennedy y el inicio de las protestas estudiantiles contra la guerra. 

Pieza enlazada

Cage, Ono y Riley habían sido tres de los muchos grandes artistas e intelectuales que proclamaron que 'el rey estaba desnudo'. Y en este caso el rey se personificaba en el mesianismo del canon de las música formales, erigidas en un dogma defendido por una vanguardia de milicianos a sueldo de la CIA. Estábamos en el crepúsculo de las vanguardias, anunciado ya por Xenakis, Gerhard, y otros artistas lúcidos, y esto sucedía justamente cuando la dictadura franquista en España otorgaba a esas vanguardias carta de institucionalidad en el Concierto de la Paz (1964), el evento musical más importante de la conmemoración del 25 aniversario de la dictadura. 

Todo parece indicar que The Cold Trip de Bernhard Lang es un homenaje al Viaje de invierno de Schubert, pero al margen de esto, es también un recorrido turístico por la Guerra Fría, por los últimos sesenta años de la música occidental, con numerosas visitas a lugares y momentos emblemáticos de la Cold War. Lang presenta un muestrario de evocaciones sonoras sin discriminación alguna entre alta y baja cultura, centro y periferia, o academia e industria, contraposición de variables que precisamente hacia 1964 había dejado de tener sentido, cosa que nos recuerdan las omnipresentes referencias a las músicas punk.

Así nos lo recuerdan Vargas y Cerezo en su muy inteligente interpretación de The Cold Trip en la cual Vargas se convirtió en un alter ego de Lady Gaga, quien nos guía en este viaje frío y que en la segunda parte asomará como guiño gestual en la obra de Ligeti cuando Vargas se suba al piano. 

El dúo Lab.51 hace teatro musical muy bueno, como demostraron en The Cold Trip, un pasticcio tradicional pero no convencional. Tras el descanso, que permitió la retirada de la electrónica y el cambio de ropa de las intérpretes, se alcanzó la excelencia con Mysteries of the Macabre für Koloratursopran und Klavier (1974-77/ 1992) de Gyorgy Ligeti (Dicsőszentmárton, Rumania, 1923-Viena, 2006), doble excelencia en razón de las calidades de la obra y de la interpretación. Vargas, como no podía ser de otro modo, rinde un homenaje explícito a Barbara Hannigan

La naturaleza del teatro musical, al igual que la del cine, es autorreferencial. La versión de Lab.51 es una nueva referencia en la magnífica tradición interpretativa de Mysteries of the Macabre. No se me ocurre mayor elogio. 

El público disfrutó de lo lindo del espectáculo que se desarrolló en un local idóneo pues es confortable y acogedor, con perfecta visibilidad y una acústica correcta para espectáculos como este. A mayores el Museo de Bellas Artes de A Coruña ofrece agradables espacios de espera y servicios higiénicos, es de fácil accesibilidad, y está bien comunicado, parámetros que cuido esenciales a la hora de elegir los espacios donde se ofrezcan esporádicamente espectáculos musicales. 

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