Francia

“Povera gente”

Jorge Binaghi
miércoles, 10 de abril de 2024
Gürbaca, La fanciulla del West © 2024 by Jean Louis Fernandez Gürbaca, La fanciulla del West © 2024 by Jean Louis Fernandez
Lyon, martes, 2 de abril de 2024. Opéra. La fanciulla del West (New York, Metropolitan Opera, 10 de diciembre de 1910). Música de G. Puccini. Libreto de Guelfo Civinini y Carlo Zangarini sobre la obra de teatro The Girl of the Golden West de David Belasco. Puesta en escena: Tatjana Gürbaca. Escenografía: Marc Weeger. Vestuario: Dinah Ehm . Luces: Stefan Bolliger. Intérpretes: Chiara Isotton (Minnie), Riccardo Massi (Johnson/Ramerrez), Claudio Sgura (Jack Rance), y otros. Coro (preparado por Benedict Kearns) y Orquesta del Teatro. Dirección musical: Daniele Rustioni.
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En vez de insistir en el ‘canon’ pucciniano más popular (y con más riesgos de no quedar dignamente servido en una fecha como el centenario de la muerte del autor) hay teatros más inteligentes que se dedican a creaciones menos ‘prestigiosas’ o que sólo han entrado a medias en el repertorio habitual de títulos operísticos. Este, el primero de Puccini escrito especialmente para los Estados Unidos y en particular para el Met neoyorquino, aunque se trate del tema de la fiebre del Oro y bien lejos de la orgullosa ciudad del Este, tuvo éxito en su estreno pero no siempre fue bien recibido en Italia y otros sitios pese (o debido a) a sus muchas peculiaridades. No sólo debido a su interés por los temas folclóricos, que luego reelaboraría a su gusto, sino por sus innovaciones en la orquestación (que le valió la indignación de algunos franceses por haberse atrevido con ‘su’ Debussy -al que criticaron cuanto pudieron), por su insistencia (véase la complicada gestación del libreto, de lo que no podemos ocuparnos ahora) en la brevedad y la dramaticidad. Correspondientemente hay aquí una sola aria propiamente dicha (y corta, la célebre ‘Ch’ella mi creda’ del tenor en el último acto porque las consideradas tales son prácticamente ariosos, como la única del sheriff Rance ‘Minnie, dalla mia casa’ y las dos de la protagonista en el primer acto, ‘Laggiù nel Soledad’ y ‘Povera gente’).

He acudido a las palabras iniciales de esta última porque si bien se ocupa de personas sin importancia (buscadore de oro poco afortunados y aquejados de melancolías y dolores diversos) su personaje femenino es el más fuerte de todos (después de la accidentada carrera de Butterfly se encontraba poco inclinado a repetir el modelo) y el que toma las situaciones en mano y las resuelve, al punto de que el final ‘feliz’ (y esta sí es una gran novedad en Puccini) depende tan sólo de su intervención.

Para decirlo con palabras más importantes que las mías ‘Como Tosca, La fanciulla del West es una ópera de acción, pero construida en proporciones mucho más amplias, más rica en acontecimientos y el ritmo es más rápido’. (Julian Budden, Puccini, cap.9, pág. 346, trad. italiana de G. Biagi Ravenni, 12ª. reedición, 2021). Tal vez en eso resida su creciente éxito en los últimos tiempos.

‘La fanciulla del West’ de Puccini. Dirección musical: Daniele Rustioni. Puesta en escena: Tatjana Gürbaca. Lyon, Opéra, abril 2024. © 2024 by Jean Louis Fernandez / Opéra Lyon.‘La fanciulla del West’ de Puccini. Dirección musical: Daniele Rustioni. Puesta en escena: Tatjana Gürbaca. Lyon, Opéra, abril 2024. © 2024 by Jean Louis Fernandez / Opéra Lyon.

Pero aunque menos conocida no se puede hacer impunemente una versión ‘más’, cuando el autor tuvo para el estreno la batuta de Toscanini y las voces de Destinn, Caruso, y Amato. Y pese al tema, la vocalidad es italianísima aunque la protagonista ha atraído, como Turandot, a voces ‘wagnerianas’ tipo Nilsson y Jones (que de todos modos sabían qué hacer) o una americana como Steber (de canto italiano como la que más). Y por supuesto la última ‘grande’ que le dedicó atención en su carrera fue la Tebaldi.

Lyon, cuyo festival de primavera de este año versó sobre las barajas en la ópera, incluyó esta fanciulla (la partida de póker del segundo acto es el momento más tenso y excitante de toda la obra) junto a un título tan diferente como La dama de picas.

Primer detalle positivo: localidades agotadas y presencia importante de gente joven (sin recurrir a ‘estrellas’, sin falsos modernismos). La puesta en escena de Gürbaca, de quien me temía lo peor recordando cierto Macbeth vienés que tuvo que ser cambiado a la siguiente reposición del título por el rechazo que había generado, funciona desde el punto de vista teatral y de la caracterización de los personajes, aunque no todos hayan respondido en igual forma.

‘La fanciulla del West’ de Puccini. Dirección musical: Daniele Rustioni. Puesta en escena: Tatjana Gürbaca. Lyon, Opéra, abril 2024. © 2024 by Jean Louis Fernandez / Opéra Lyon.‘La fanciulla del West’ de Puccini. Dirección musical: Daniele Rustioni. Puesta en escena: Tatjana Gürbaca. Lyon, Opéra, abril 2024. © 2024 by Jean Louis Fernandez / Opéra Lyon.

Que los decorados (especialmente el del segundo acto) sean más o menos desafortunados y feos, y que los trajes de la protagonista (en el primer acto ni en los primeros momentos del color en el cine se habrían atrevido con ese dorado de pies a cabeza; en el segundo un pijama que pedía la presencia del Topo Gigio) causen más bien hilaridad (sólo el del tercero es aproximadamente normal) no son problemas ‘teatrales’ más que en el sentido de que molestan sin necesidad.

Más importante, la dirección de Rustioni (sobre el que otras veces he expresado reservas) fue enérgica y teatral, pero pocas veces ‘visceral’ en el mal sentido del término, por lo que nunca puso en peligro a los cantantes sin renunciar a la expansión de la orquesta que, insisto, aquí exhibe una complejidad creciente. Tuvo nervio y ritmo, pero permitió las expansiones más líricas como en el canto de los mineros (excelente el coro y los solistas del mismo que tomaron parte en algunos papeles menores). La orquesta estuvo pletórica.

Pero ningún título de Puccini puede considerarse completamente cumplido sin una labor positiva de los cantantes. Aquí, además, los roles pequeños abundan, pero no son fáciles.

‘La fanciulla del West’ de Puccini. Dirección musical: Daniele Rustioni. Puesta en escena: Tatjana Gürbaca. Lyon, Opéra, abril 2024. © 2024 by Jean Louis Fernandez / Opéra Lyon.‘La fanciulla del West’ de Puccini. Dirección musical: Daniele Rustioni. Puesta en escena: Tatjana Gürbaca. Lyon, Opéra, abril 2024. © 2024 by Jean Louis Fernandez / Opéra Lyon.

Como no es cuestión de mencionarlos a todos en un catálogo destacaré al otro personaje femenino, la india Wowkle (me pregunto si en el Met se volverán a atrever con esta ópera o lo harán pidiendo disculpas entre hipócritas e idiotas como vienen haciendo casi sistemáticamente) de la simpática y presente Thandiswa Mpongwana. Entre los masculinos, el Nick perfectamente caracterizado en todos los aspectos por Robert Lewis, el Sonora de Allen Boxer y la -al parecer bellísima, pero la parte es corta- voz de Pawel Trojak en Jack Wallace. Pero todos los otros cumplieron con creces sus respectivos cometidos.

Sgura parece tener una especial afinidad con Rance: no exageró sus aristas negativas, sino que propuso un personaje más matizado y bien cantado con mucha presencia escénica.

Esta última quizá faltó un poco a Massi, que es una voz importante a la que hay que prestar atención. Buena extensión (un agudo a veces algo abierto que tendría que terminar de pulir), buen color, buena planta. El fraseo no siempre fue variado y en este aspecto resultó el menos interesante del trío protagonista, pero con cualidades que ya quisieran para sí algunos nombres que hoy pasan por la ‘crema’ de su cuerda.

Y estaba la Minnie de Isotton. Una creación notable empezando por los medios vocales, generosos, de cantante destinada al repertorio 'spinto’ pero que no fuerza jamás (y la parte por momentos podría incluso pedirlo), presenta un color homogéneo en todos los registros, una considerable extensión, una articulación clarísima y una forma de decir que valoró cada palabra y cada gesto y se permitió un enfoque algo distinto del más común. Fue realmente una ‘fanciulla’ por la simpatía, la falta de empaque -que no de seriedad)-, la naturalidad en las reacciones (pocas se han quejado tan bien de la tortura de los zapatos en el segundo acto) y su consecuente negativa a exagerar en los momentos más dramáticos. Hace su carrera lejos de los reflectores de la publicidad -engañosa o no- y ojalá la pueda gestionar por mucho tiempo de la misma tranquila manera. 

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