Argentina

Una España de postal

Gustavo Gabriel Otero
viernes, 19 de julio de 2024
Bieito, Carmen © 2024 by Prensa Teatro Colon / Lucía Rivero Bieito, Carmen © 2024 by Prensa Teatro Colon / Lucía Rivero
Buenos Aires, viernes, 12 de julio de 2024. Teatro Colón. Georges Bizet: Carmen. Ópera en cuatro actos, libreto de Henri Meilhac y Ludovic Halévy, inspirado en la novela de Prosper Mérimée. Calixto Bieito, dirección escénica. Yves Lenoir, repositor de la puesta en escena. Alfons Flores, escenografía. Mercè Paloma, vestuario. Alberto Rodríguez Vega, iluminación. Coproducción original del Gran Teatre del Liceu con la Fondazione Teatro Regio di Torino, la Fondazione Teatro Massino di Palermo y la Fondazione Teatro la Fenice de Venezia. Francesca Di Sauro (Carmen), Leonardo Caimi (Don José), Jaquelina Livieri (Micaela), Simón Orfila (Escamillo), Laura Polverini (Frasquita), Daniela Prado (Mercedes), Sebastian Klastornick (Dancairo), Pablo Truchljak (Remendado), Felipe Carelli (Morales), Cristian De Marco (Zúñiga), e Iván García (Lillas Pastia). Orquesta, Coro Estable y Coro de niños del Teatro Colón. Director del Coro: Miguel Martínez. Directora del Coro de Niños: Helena Cánepa. Dirección musical: Kakhi Solomnishvili.
0,0025196

Como nueva puesta en escena el Teatro Colón de Buenos Aires presentó la ya clásica visión de Calixto Bieito de la ópera Carmen de Georges Bizet originalmente estrenada en el Festival Castell de Peralada en agosto de 1999 y vista y registrada en diversos formatos en múltiples ciudades del mundo como Barcelona, Madrid, Viena, París, Turín, Budapest, Venecia y Palermo, entre otras, a lo largo de este cuarto de siglo; también copiada o utilizada como inspiración en varias versiones escénicas.

Solo para una minoría del público del Colón la puesta continúa siendo disruptiva, ofensiva o intolerable, y ello se notó por el breve y aislado abucheo que sufrió el repositor, Yves Lenoir, atento a que no se dignó a pasar por Buenos Aires Calixto Bieito, al saludar en esta primera representación bonaerense. Sin entrar a considerar sobre la falta de respeto que significa un abucheo, la provinciana visión de los ofendidos o la preparación previa en posteos en las redes y comentarios para exaltar a los más conservadores, es irrefutable tener en cuenta que con 25 años a cuestas el paso del tiempo desgastó probablemente las clásicas provocaciones de Bieito en su concepción y hoy la puesta luce razonable, con un interesante movimiento escénico de cantantes y coro.

La ubicación temporal en torno a los años del final del Franquismo permite explorar una España de postal -no la clásica ideada por Bizet y sus libretistas- sino otra que es igual de antigua para este siglo XXI: cierta apertura al turismo, corridas de toros y toreros como ídolos populares, mujeres extranjeras que van a la playa, militares autoritarios y abusadores de su poder con los simples reclutas, proxenetas varios, contrabandistas y mujeres que explotan su sensualidad tanto para nativos como para turistas, todo en un contexto decadente, autoritario y machista.

‘Carmen’ de Bizet. Dirección musical: Kakhi Solomnishvili. Calixto Bieito, dirección escénica. Buenos Aires, Teatro Colón, julio de 2024. © 2024 by Prensa Teatro Colon / Arnaldo Colombaroli.‘Carmen’ de Bizet. Dirección musical: Kakhi Solomnishvili. Calixto Bieito, dirección escénica. Buenos Aires, Teatro Colón, julio de 2024. © 2024 by Prensa Teatro Colon / Arnaldo Colombaroli.

El planteo dramático es austero, con algunos elementos caprichosos como el uso abusivo y poco respetuoso de la bandera española, otros de no fácil comprensión -el bailarín desnudo del inicio del tercer acto con su danza que puede ser tomada como un rito de los toreros o una demagógica concesión a los que quieren ver cuerpos masculinos- o completamente innecesarios para la acción como la sugerencia de la hija de Mercedes, una preadolescente iniciada por su madre en el contrabando y, probablemente, en la prostitución, y hasta de mal gusto como en la escena entre Micaela y Morales en el primer acto con el uso por parte del militar de su fusta como símbolo fálico provocador.

Con todo se sigue contando la misma historia de Carmen que no es, naturalmente, la ideada por Mérimée sino la Carmen de los libretistas y no siendo objeto del presente señalar las diferencias entre novela y ópera, que son muchas; con una visión más actual por la que el crimen pasional deja de estar escondiendo lo que es y fue en realidad: violencia de género y femicidio.

‘Carmen’ de Bizet. Dirección musical: Kakhi Solomnishvili. Calixto Bieito, dirección escénica. Buenos Aires, Teatro Colón, julio de 2024. © 2024 by Prensa Teatro Colon / Arnaldo Colombaroli.‘Carmen’ de Bizet. Dirección musical: Kakhi Solomnishvili. Calixto Bieito, dirección escénica. Buenos Aires, Teatro Colón, julio de 2024. © 2024 by Prensa Teatro Colon / Arnaldo Colombaroli.

Continúa sorprendiendo en el cuarto acto la marcación del coro que avanza hasta el proscenio y contempla un desfile invisible contenidos por una cuerda justo al borde del proscenio. Gran golpe de teatro y a la vez permite salir del desfile folclórico de toreros, figurantes y ayudantes varios.

La escenografía de Alfons Flores es simple: en el primer acto un mástil con la bandera española junto a una cabina telefónica, en el segundo un automóvil, en el tercero se ve el Toro que usa como símbolo la marca Osborne junto a varios automóviles (siempre Mercedes Benz, la marca que utiliza Bieito en sus puestas) que se detienen en ese descampado; mientras que en el cuarto se ve simplemente el ciclorama y se marca un ruedo taurino en el suelo.

Muy apropiada al concepto de la puesta la iluminación de Alberto Rodríguez Vega y en perfecto estilo y época el vestuario de Mercè Paloma.

En cuanto a la versión musical se optó por la que contiene diálogos, pero extremadamente amputados, con algunos cortes en la música y hasta resabios de recitativos. O sea, la versión musical que convenía a Bieito para su puesta en escena sin respetar en nada al compositor.

‘Carmen’ de Bizet. Dirección musical: Kakhi Solomnishvili. Calixto Bieito, dirección escénica. Buenos Aires, Teatro Colón, julio de 2024. © 2024 by Prensa Teatro Colon / Arnaldo Colombaroli.‘Carmen’ de Bizet. Dirección musical: Kakhi Solomnishvili. Calixto Bieito, dirección escénica. Buenos Aires, Teatro Colón, julio de 2024. © 2024 by Prensa Teatro Colon / Arnaldo Colombaroli.

Probablemente la mezzosoprano italiana Francesca Di Sauro con sus 29 años sea la intérprete más joven del rol de Carmen en el historial del Teatro Colón. Y si bien es evidente que le queda un largo camino de crecimiento, su gitana, que cantó por primera vez en año pasado en un Festival en Austria, ya es una hermosa realidad. Creíble en lo escénico, fresca en su belleza y juventud, acometió la parte sin forzar en ningún momento, con un registro homogéneo, de bellísimo color, una depurada línea de canto, buen francés cantado y razonable hablado, y buen volumen. En el dramático dúo final se la notó un poco fatigada; fruto, quizás, de una versión que en lugar de sus tres intervalos con sus descansos para los artistas y el público se ofrece en dos grandes bloques, o de los nervios del estreno.

Leonardo Caimi no decepciona como Don José. Su voz es potente y de buen color; conoce el personaje, que ha cantado en muchísimas ocasiones, y a la perfección esta puesta. Su francés es aceptable y logra hacer algunas sutilezas, medias voces y agudos en perfecto estilo francés como en la esperada 'Canción de la Flor'. No terminó de convencer en el dúo del tercer acto.

Simón Orfila a la par de excelente presencia escénica para el torero Escamillo exhibió buen caudal y adecuada proyección.

Jaquelina Livieri compuso una gran Micaela con su habitual profesionalidad, compromiso y entrega. Mientras que Daniela Prado y Laura Polverini como Mercedes y Frasquita demostraron que están preparadas para roles de mayor enjundia.

En el rol mudo -aunque se extrapolan en varios sitios absurdos gritos- de Lillas Pastia, Iván García siguió a pie juntillas las marcaciones actorales de esta puesta en la cual adquiere protagonismo a la largo de todos los actos, como si fuera un viejo gitano que mueve los hilos de la representación.

Los Coros de adultos se escucharon preparados con esmerada corrección por Miguel Martínez a la vez que el de niños, que prepara Helena Cánepa, puso su cuota de frescura. Correcto sin más y con algún endeble francés el resto del elenco.

La Orquesta Estable del Colón dirigida por Kakhi Solomnishvili realizó una muy buena faena sin estridencias y sin pifias. Quizás faltó algo de vuelo, pero fue una versión prolija y ajustada.

En suma: una interesante versión de Carmen.

Comentarios
Para escribir un comentario debes identificarte o registrarte.