Grito flamenco

Generaciones © 2024 by Ballet Nacional de España

Madrid, domingo, 28 de julio de 2024. Teatro de la Zarzuela. Generaciones: 1. Ritmos. Coreografía: Alberto Lorca. 2. Pastorela. Dirección y coreografía: Antonio Ruz. 3. Grito. Coreografía: Antonio Canales. Ballet Nacional de España. Director: Rubén Olmo. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Director: Manuel Coves. José Luis Franco, pianista. Gabriel de la Tomasa y Juan José Amador “El Perre”, cantaores. Diego Losada, Víctor Márquez, Enrique y Jonathan Bermúdez, guitarra flamenca.

Tres coreografías con una única palabra como título de cada una de ellas han configurado este bravío espectáculo del Ballet Nacional de España para concluir su temporada en el Teatro de la Zarzuela, una de sus dos sedes oficiales, la otra es el Teatro Real. Generaciones pretende ser en palabras del director Rubén Olmo “un viaje apasionante por nuestra danza a través de tres generaciones de creadores”. Una clara declaración de intenciones que conjuga tradición con modernidad y que tiene al arte flamenco como preponderante y arrollador estilo musical y bailable, y que ha demostrado una vez más la identificación plena de nuestra compañía de danza española con la idiosincrasia flamenca por medio de los códigos actuales, que readaptan y rediseñan la ortodoxia del baile flamenco.

"Ritmos", coreografía de Alberto Lorca. © 2024 by Merche Burgos.

La referencial Ritmos,^* pues subió a este escenario por vez primera el 13 de julio de 1984, hace ya 40 años, en la época de María de Ávila, se quiere concebir aquí como un preludio dancístico sinfónico con la poderosa y cinematográfica música de José Nieto –pero a la vez muy andaluza en la mejor tradición- que es un torbellino de movimiento desde el primer instante, con grupos de bailarines entrelazándose por doquier en un ejercicio folclórico de simetría perfecta, haciendo honor a su nombre, pues la rítmica no decae en las continuas idas y venidas del cuerpo de baile que no deja nunca desierta la escena, colocados en filas, en parejas y en conjunto, y con un preponderante taconeo. La suite sinfónica de Nieto, interpretada con ligereza y vigor por un experto en música de ballet como es Manuel Coves al frente de la Orquesta de la Comunidad de Madrid, posee una profusa y colorida percusión, lo que aporta aún más ritmo a la exuberante, pulida y grandiosa exhibición coreográfica concebida por Alberto Lorca, y en cuyos obsesivos toques percusivos parecen atisbarse en cierto momento los acordes con que da inicio la obertura de la mítica banda sonora de Lawrence de Arabia de Maurice Jarre.

La contemporánea –o revisitación de los clásicos- Pastorela de Antonio Ruz^* estrenada en los Teatros del Canal en 2022 –que se ha alternado en todas las funciones ofrecidas con la igualmente contemporánea Jacaranda de Rubén Olmo, no presenciada por el que esto escribe- es el soliloquio coreográfico a modo de intermedio de este tríptico, pues el tour de force en dos fases que realiza Inmaculada Salomón, primera bailarina del Ballet Nacional aquí ataviada por Alejandro Andújar en un traje de tela azul verdoso de cierta conexión dieciochesca, requiere de una concentración máxima en sus continuos paroxismos de lenguaje corporal abstracto.  

Sus contracciones espasmódicas la hacen moverse como una muñeca o un títere a merced de unos hilos invisibles, con amagos de movimientos que parecen sugerir pasos boleros, pero que se integran o confunden con el deambular errático al compás de –extraña conexión musical- dos piezas de uno de los mejores representantes del Setecientos español, Blasco de Nebra, donde la pulsación delicada del pianista José Luis Franco contrasta con el mecanicismo de una soberbia Salomón, a quien el público premia con una clamorosa ovación.

"Grito". Coreografía: Antonio Canales. © 2024 by Merche Burgos.

Y por fin como amplio colofón se erigen las tres cuartas partes de todo el espectáculo que en su totalidad apenas llega a hora y 20 minutos de duración, la original concepción del flamenco y sus variantes firmada por el popular bailarín y coreógrafo Antonio Canales, que con Grito^* suscribe uno de sus más logrados montajes de danza flamenca, un friso. 

Una liturgia escénica que coloca en fila horizontal a todo el grupo de músicos, presidiendo la escena: las curtidas voces de los cantaores masculinos Gabriel de la Tomasa y Juan José Amador “El Perre” –particularmente del primero- y el toque del cuarteto de guitarras formado por Diego Losada, Víctor Márquez, Enrique y Jonathan Bermúdez, que sirven con su ángel a la bravura del amplio elenco de bailarines arriba reseñado.  

"Grito". Coreografía: Antonio Canales. © 2024 by Merche Burgos.

Recorremos de la mano del artista sevillano la historia misma del flamenco con toque de modernidad y puesta al día a través de las cinco partes que la integran (Martinete, Seguiriyas, Soleá, Tientos y Tangos), destacando muy especialmente la participación de Juan José Jaén “El Junco”, cuyo viril y nervioso taconeo conmociona hasta el tuétano, tal es la bravura que expresa este espectáculo: el grito del alma flamenca al mundo entero canalizada por el admirable despliegue coreográfico del Ballet Nacional –colosal en las salidas grupales con trajes de volantes diseñados por el genial Pedro Moreno.  

Y en esta función conclusiva su director Rubén Olmo quiso despedir muy emotivamente delante de los espectadores a la bailarina Sara Nieto que abandonaba la compañía por motivos personales. Esperamos que en un futuro muy próximo, como sus compañeros y un público entregado, la agradecida integrante del BNE pueda seguir disfrutando de memorables momentos como los que se vivieron en el Teatro de la Zarzuela durante estas tardes estivales de danza y tronío. Porque hubo mucho calor fuera y sobre todo dentro del escenario. Y permítanme que les confiese: qué orgullo de Ballet para España.