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Reportajes

Juntos ahora. El grupo musical irano-israelí Sistanagila en el Shalom-Musik Koeln

Juan Carlos Tellechea
jueves, 22 de agosto de 2024
Sistanagila © 2024 by Kay Uwe Fische Sistanagila © 2024 by Kay Uwe Fische
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Lo que actualmente es casi imposible en la escena política internacional, resulta algo natural en la ciudad de Colonia, a orillas del Rin: un diálogo irano-israelí único, en el campo de la música tradicional de ambos pueblos.

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El grupo berlinés Sistanagila, creado en 2012 y formado por tres músicos israelíes y dos iraníes, se presentó el sábado 17 de agosto y con gran éxito en el Festival Shalom-Musik Koeln que se extiende hasta este domingo 25 de agosto. Es esta la primera edición del Festival tras el ataque de Hamás a Israel el sabbat 7 de octubre de 2023 y la posterior guerra en la Franja de Gaza. Los organizadores de Shalom-Musik Koeln planean para 2026 una nueva edición de este evento.

El concierto, que contó asimismo con la participación de la clarinetista Shirley Brill como invitada especial, tuvo lugar en el Jardín público de Colonia y fue transmitido por la emisora de radio WDR 3. En sus composiciones, los músicos de Sistanagila unen las tradiciones musicales persa y judía, centrándose en el entendimiento, la diversidad y la armonía.

El quinteto

Los cinco integrantes del conjunto (Yuval Halpern, composición/voz; Jawad Salkhordeh, percusión persa; Hemad Mansouri, guitarra; Avi Albers Ben Chamo, contrabajo; Omri Abramov, saxofón), reinterpretan a su manera la música klezmer, sefardí y persa en melodías tradicionales y religiosas, con influencias que van desde el flamenco al jazz progresivo, en la diversidad de sonidos globales.

Sistanagila se formó cuando el entonces presidente Mahmud Ahmadineyad empezó a llamar la atención en Irán con diatribas antisemitas. El gestor cultural iraní Babak Shafian, quien vive en Alemania, quiso hacer algo para contrarrestarlo. No compartía ni participaba en esos ataques, como tampoco los comparten muchos iraníes, y decidió sentar un símbolo multicultural de tolerancia. Shafian, berlinés de raíces iraníes y no músico, sino informático de profesión, conoció en 2010 al músico, director de orquesta y compositor de origen israelí Yuval Halpern.

De ahí surgió la idea de reunir a una banda de músicos iraníes e israelíes. Sistanagila dio su primer concierto en 2012. El nombre de la banda deriva del nombre de la provincia iraní de Sistán y de la canción popular hebrea Hava Nagila, cuyo título significa algo así como “juntaos”.

El 7 de octubre

Estos artistas iraníes e israelíes llevan doce años haciendo música juntos, pero los tiempos no han mejorado: el atentado terrorista de Hamás contra Israel del sábado 7 de octubre de 2023 ha revelado nuevas dimensiones del odio hacia los judíos. En estos difíciles tiempos, sin embargo, es más importante que nunca para la banda irano-israelí hacer una declaración contra el odio con su música. El conflicto del Cercano Oriente está presente, pero no marca la pauta del conjunto.

La consigna es escuchar, responder, acercarse, improvisar, tocar juntos. A pesar de toda la agitación política, los jóvenes se aferran a su proyecto. Han producido varios CDs, están de gira por toda Alemania y hace cuatro años se hizo realidad su mayor sueño: actuar en la Filarmónica de Berlín. Llevado por tradiciones musicales judías e iraníes centenarias, Babak Shafian envía a sus músicos a un viaje que, en última instancia los une más estrechamente. Y agrega:

Lo interesante de la historia judía es que, a pesar de todos los sufrimientos que han tenido que soportar, los judíos han conseguido hacer una y otra vez una contribución realmente notable a la historia de la civilización y también han encontrado un lugar destacado en ella.

Else Lasker-Schüler fue su vecina histórica

En 2019, Babak Shafian fue director de producción de un ciclo de música judía en Potsdam. Se centró en la música de los compositores judíos que huyeron durante el nazismo. Quería dar a conocer a esos músicos en Alemania. Procuraba este trabajo por una razón muy concreta.

Else Lasker-Schüler había sido una histórica vecina suya, había vivido a finales del siglo XIX y comienzos del XX casi enfrente de su piso. Y también le pareció interesante porque la serie de conciertos estaba dedicada a ella. Cuando se enteró la sorpresa fue total.

Hace tiempo que se siente como en casa en su barrio de Schöneberg, la “Suiza judía”, como se conocía antiguamente a ese distrito de Berlín. Aquí vivieron Albert Einstein, Marcel Reich-Ranicki y Kurt Weill: una élite intelectual judía, que la barbarie nacionalsocialista quiso exterminar. Por eso, a este hombre tranquilo, simpático y abierto le gusta mostrar ese barrio a sus visitantes y hablarles de esa terrible historia, para que nunca vuelva a repetirse.

Historia

Un gran repaso de la historia es siempre aleccionador. La relación entre Irán e Israel fue siempre amistosa hasta que llegó al poder en Teherán la Revolución Islámica en 1979. Desde entonces, Irán ya no reconoce a Israel como Estado legítimo y apoya a milicias islamistas como Hezbolá, Hamás y la Yihad Islámica en su lucha por destruir a Israel y al pueblo judío.

El inicio de las relaciones entre ambos pueblos, que no comparten frontera, se remonta a tiempos bíblicos. Los libros de Daniel, Esdras-Nehemías, el primer libro de las Crónicas, el segundo libro de las Crónicas y el libro de Ester se refieren directamente a la vida de los judíos en Persia.

El libro de Esdras se refiere a la decisión del rey persa de permitir a los judíos regresar a Jerusalén y reconstruir el templo destruido. En el libro de Esdras (6:14), la construcción del Templo se vincula directamente a los decretos de Ciro II el Grande, Darío I y Artajerjes I. La reconstrucción del templo está fechada a finales del siglo VI a.C., época en la que existía una gran comunidad judía en Persia.

Judíos e israelitas han vivido en el territorio del actual Irán durante más de 2700 años. La primera comunidad judía en Persia se remonta a la derrota de los israelitas a manos de los asirios, que conquistaron el reino del norte en el 722 a.C. y deportaron a su clase alta al cautiverio, incluso a Media. En 586 a.C., fueron los babilonios quienes desterraron a gran parte de la población del reino de Judá al exilio en Babilonia.

Siglo XX

Durante el reinado del último sha, Mohammad Reza Pahlavi, las relaciones entre Irán e Israel eran buenas. Irán fue uno de los primeros Estados en reconocer el derecho de Israel a existir y su independencia en 1948. Israel consideraba a Irán un aliado de los Estados árabes en el conflicto de Oriente Próximo. Además de Israel, Irán también era aliado de Estados Unidos, lo que mejoraba la situación desde el punto de vista de Israel. Las relaciones diplomáticas y, sobre todo, económicas se ampliaron constantemente a lo largo de los años. Israel mantuvo una delegación permanente en Teherán, que desempeñaba las funciones de una embajada.

Resolución de la ONU

Tras la Guerra de los Seis Días, Irán suministró petróleo a Israel. En 1968, Israel construyó el oleoducto Eilat-Ashkelon, a través del cual el petróleo iraní llegó a Europa. Numerosas empresas de construcción e ingenieros israelíes trabajaron en Irán. También hubo cooperación entre Irán e Israel en materia de equipamiento militar. Hacia finales de la década de 1970, los militares iraníes e israelíes desarrollaron un misil agua-agua con una cabeza nuclear y un alcance de unos 200 km bajo la palabra clave Flower. Este “Proyecto Flor” fue decidido por el ministro de Defensa israelí y el viceministro de Guerra iraní en una reunión celebrada en Tel Aviv en 1977, pero nunca llegó a ponerse en práctica.

Pese a los estrechos lazos económicos entre Irán e Israel durante este periodo, en 1975 el representante de Irán ante las Naciones Unidas votó a favor de la adopción de la Resolución 3379 de la Asamblea General de la ONU, que equiparaba a Israel con Sudáfrica y Rodesia. En su frase final, la resolución calificaba el sionismo de forma de racismo y discriminación racial.

Tras el colapso de la Unión Soviética y el Bloque del Este, la controvertida Resolución 3379 fue retirada por la Asamblea General de la ONU el 16 de diciembre de 1991 por 111 votos a favor, 25 en contra y 13 abstenciones (Resolución 46/86). Ni un Estado árabe ni Irán votaron a favor de la retirada. Alrededor de 250.000 judíos de ascendencia iraní viven en Israel y mantienen las tradiciones y cultura persas en ese país.

Desde abril de 2024 la situación es explosiva, porque ambos países han traspasado líneas rojas. Israel con el bombardeo de la embajada iraní en Damasco, Irán a su vez con el ataque aéreo directo contra Israel. La historia sigue evolucionando y nadie se atreve a predecir el futuro. Los dos Estados están a un tris de emprender una nueva escalada que haga estallar otra vez el polvorín del Cercano Oriente. Pero hasta ahora no se han atrevido a echar más gasolina para descontrolar el incendio.

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