Medio siglo de danza con una amplia diversidad de estilos, temática, historias y gestualidad fueron reunidos en esta maravillosa tarde por Volpi con una obra propia y sendas piezas de Pina Bausch, Hans van Manen y Justin Peck.
Verdi cuenta en Nabucco una historia que habla de esperanza, cohesión y humanidad, a pesar de toda la estridente dramaturgia de contrastes.Y la obra lo demuestra una vez más: las contradicciones son grandes, pero hay que soportarlas, hablar de ellas, eliminar los tabúes.
Demis Volpi logra desde el primer instante en Surrogate cities la furiosa radiografía de una urbe que, como la de su Buenos Aires natal (y no solo ella), busca infructuosamente terapiar su alma y encontrarse consigo misma.
Las dos primeras representaciones de esta producción de Eugen Onegin de la Deutsche Oper am Rhein se han grabado para su retransmisión en línea, que estará disponible gratuitamente en www.operavision.eu durante seis meses a partir del 23 de marzo de 2024.
La lucha interior consigo mismo sigue siendo, naturalmente, un asunto más bien íntimo, aunque la gran cuestión sea quién es realmente ese "yo".El compositor se las arregla con un conjunto de cámara de 15 músicos en el foso de la orquesta.
¿Una dimensión postapocalíptica?Ni siquiera eso: El inminente fin de la humanidad se anuncia sin ceremonias ni revelaciones apocalípticas.No establece un reinado del espíritu, sino una tiranía indefinida.
Hay que estar dispuesto a ver lo que está delante de uno y ver la chance que uno tiene.A veces hay gente está tan ocupada consigo mismo o con una negatividad que no es capaz de ver lo que tiene delante.
Inspirada hasta en el más mínimo detalle, la compañía del Ballett am Rhein (Düsseldorf / Duisburgo) ha producido una joya que en estos tiempos anuncia la inminente llegada de la fiesta del amor.El resultado es una obra cautivadora, liberadora, muy fluída en el relato y con una exquisita atmósfera íntima, familiar.