La música de Coleman traduce la alegría del nacimiento y la fuerza de la tradición con un lenguaje asequible: no en vano esta mujer promueve a los compositores “del lado no europeo de la música contemporánea”.
Solo en los Estados Unidos de América y en el Reino Unido, países de una tradición racista y discriminatoria aún no enteramente superada tienen lugar estas directivas dictatoriales destinadas a censurar artistas sólo por el maquillaje de su cara.
De suerte que, con todos los pequeños y peros señalados en intérpretes o director de escena, y gracias sobre todo a los enormes aciertos, el público vibra con la música y con la acción.Y uno sale con la sensación de que esa es la vía para la recuperación de uno de los músicos más valiosos del XIX, don Carlos Gounod
Cuando escribí mi reseña sobre 'Aida' en Verona, lejos estaba de saber que había asistido a una función ‘histórica’ por el jaleo que se montó a posteriori.
Cuando Rosinskij y la Camerata OSG interpretan a Scelsi o a Xenakis están interpretando música actual, viva, no ejecuciones mecánicas de cómo se tocaba esa música hace medio siglo.Exactamente igual que cuando la OSG interpreta en su temporada de abono sinfonías de Beethoven u oratorios de Mendelssohn, las cuales también son músicas actuales y vivas, tal como las conciben los intérpretes y las percibe el público.
¿En serio, alguien que se dedica a imaginar, no ha imaginado nunca alcanzar la fama?Yo creo que eso es falsa modestia, o simplemente afianzarse a una especie de sueño frustrado, el cual no quieren alimentar.
La Ópera Nacional de París anuncia 22 títulos líricos y 12 espectáculos de ballet para su próxima Temporada 2021-2022, a desarrollarse en sus dos sedes del Palacio Garnier y de la Ópera de La Bastilla.
Se ha discutido mucho acerca del motivo por el que Zimmermann inserta, al comienzo del 'Requiem', la cita de las 'Investigaciones lógicas' de Wittgenstein, probablemente, la mayor en extensión, si exceptuamos las citas litúrgicas, de la Misa de Difuntos y de la Misa Ordinaria.
Jamila Purofilin no es el terremoto de Celia Cruz ni la sabiduría de Omara Portuondo sino que transforma esas dos visiones de la canción habanera en esencia caribeña destilada.