La coreografía de Robert North mantiene la atención del público en todo momento.La escena final, la ejecución por el pelotón de fusilamiento, y la caída de Mata Hari, es de una sensibilidad que solo North es capaz de entregar impecablemente a la platea.
Más de la mitad de la pieza está dominada por la música de Aaron Copland que combina elementos folclóricos y neoclásicos con el jazz y cautiva a la platea.El estilo de vida de Estados Unidos se extingue.
Para North el Diablo (genialmente encarnado por el bailarín es una figura que está permanentemente al acecho, que lo observa todo, que nunca se cansa, que resiste todas las situaciones y que se entromete en nuestras vidas fingiendo ser nuestro mejor amigo y consejero, nuestra mejor compañía en los momentos de soledad, confusión, dolor y desesperación.
Que la vida puede ser dura, muy dura, sobre todo para los más débiles, desvalidos y enfermos, es algo que sabe, por experiencia, en carne propia, el consagrado coreógrafo estadounidense Robert North.