El hermoso 'Concierto para violín' de Korngold requiere sus tiempos: de estudio y reflexión previa, de ensayos meticulosos, y de negociación con el/la solista.Rosanne Philippens interpretó primorosamente su parte y la RFG ejecutó la suya sin dialogar con la solista y atendiendo a poco más que una lectura correcta y superficial de la partitura.
Careddu es capaz de todas las potencias y todos los matices sin perder jamás la redondez propia de la flauta;Fernández Nieto es un pianista de toque preciso y elegante que sabe el papel que ha de jugar en cada momento en la siempre complicada tarea de mezclar su instrumento con una orquesta.
Marshall no dio tregua con una interpretación vertiginosa, se escuchó absolutamente todo, porque todo estaba en su sitio;un sitio que no consiste en ver pasar las barras de los compases, sino en sortearlas unas veces por arriba, otras por abajo.
Hubo que llegar al final de la función para comprender su significado íntegro: sólo había sesenta manos del público para aplaudir, pero con toda justicia también había un ciempiés (cincuenta músicos) para patalear, unas y otros expresando el deseo de que Marzena Diakun vuelva pronto.
La RFG celebrará, siempre que la situación sanitaria lo permita, 24 conciertos, que se retransmitirán en directo por streaming para los abonados de la temporada pasada.Las medidas de prevención frente a la COVID-19 limitan el número de localidades, por lo que esta temporada no habrá abonos.
Segunda jornada del festival Música e Revolução, y segunda inmersión monográfica en la obra de György Ligeti (Dicsőszentmárton, 1923 - Viena, 2006), con una nueva entrega en Oporto de lo que, sin duda, quedará en los anales de Casa da Música como uno de los momentos más importantes de su historia, a la altura de lo que, como afirmaba Baldur Brönnimann el sábado 27 de abril, ha sido uno de los retos mayores de cuantos haya planteado (y no han sido pocos, ni de escasa envergadura) el auditorio portuense
Escuchar 'Le Grand Macabre' se convierte en todo un acto político, pues desgraciadamente corruptelas y personajes de la ralea de los dibujados en esta ópera nos asaltan por doquier.Así pues, qué necesario, Ligeti;
Cuando es Irvine Arditti quien se hace cargo de la parte solista, el plus de modernidad está asegurado, eliminando los rasgos más sensualmente vieneses: esos que la OSPCM sí presentaba de forma más acusada en el tejido orquestal;
Cuando en un concierto los papeles se reparten entre pianista y director puede ocurrir que haya divergencia de criterios entre uno y otro con un resultado desastroso;del mismo modo que si los criterios convergen el placer es doble.