La batuta de Juanjo Mena planifica el abigarrado orgánico de 'Juana de Arco en la hoguera' con atención al más mínimo detalle, tanto de los elementos serios como los más prosaicos.Su entendimiento de estas obras ha permitido experimentar, hasta el éxtasis y la sublimación final de una tragedia que concluye plácida y armónicamente en un suspiro, esa sensación de auténtica poesía sonora de unos cánticos corales que envuelven a la mundanidad más vulgar y a la más devota espiritualidad del texto de Paul Claudel.
La actuación de Dutrieux en los tres papeles es fenomenal, y los ochenta minutos que dura la obra no le dejan ni un segundo de tranquilidad.El actor no se reserva y en su interpretación radica lo mejor y la fuerza del espectáculo, que a mí personalmente me pareció bien pero me dejó casi por completo fuera de las supuestas o reales intenciones de la producción.