Tuvimos un vestuario suntuoso, unos decorados fastuosos, luces magníficas y una coreografía convencional pero elegante y nada molesta.Los intérpretes actuaron bien o bastante bien y sobre todo pudieron cantar en paz.
Uno de los nombres señeros del teatro europeo de las últimas décadas, le gustaban las escenografías espectaculares, pero algunos de sus mejores trabajos han sido para pequeños textos de Goldoni.
Vicky Peña es una Antigua de esas que hacen historia, tal es su espontaneidad y descaro en escena, quien encuentra su perfecto alter ego en el áspero y rudo Chinchorro de Pep Molina, un dúo que encumbra el buen teatro hablado, el del disparate y surrealismo que define a estos dos personajes.
El veterano Mario Gas, uno de los directores escénicos más versados en zarzuela, opta por unos Gavilanes que se definirían como deslocalizados si no fuera por la gran bandera de Francia desplegada al comienzo del segundo acto.
Esta era una ‘reposición’ no anunciada, seguramente debida a la situación creada por el virus y a la necesidad de hacer un homenaje a Strehler con una de sus producciones más celebradas.Es la tercera vez, en unos treinta años, que Keenlyside encarna en La Scala al Conde.
María José Siri tiene una bella voz, de lírica plena, con ribetes de spinto, mórbida, con cuerpo que la soprano maneja con habilidad y técnica.Empezó sonando un tanto ligera y se espesó a medida que se desarrollaba la representación, sobre todo en los dúos en los que mostró gran dramatismo en su declamato cantato.
Mario Gas, que mantiene con 'La tabernera' bien anudados lazos sentimentales, no ha optado tanto por el negro, entendido en sentido metafórico y formal, como por una amplia gama de grises y azules que respetan con escrúpulo el original, otorgándole una consistencia tan sólida como vaporosa, tan sensible como intangible, tan realista como evocadora, tan teatral como cinematográfica.
Mario Gas se siente muy unido a este romance marinero, y lo demuestra respetándolo desde cualquier punto de vista.Su recreación se ciñe al contexto, no hay lecturas salidas de tono y se detiene en la psicología de unos personajes que quedan siempre bien delineados y diferenciados entre sí.
Con base en la tonalidad como sustento armónico principal de la ópera, la adecuación de la música de Ortega al texto es total, consiguiendo un sentido narrativo y discursivo que no pierde nunca la continuidad dramática, y es ahí donde se evidencia la profunda deuda con Puccini en la suntuosa orquestación de corte verista, optando por recursos atonales para la ambientación de situaciones concretas de cierta tensión latente, cuyas sonoridades camerísticas evocan irremisiblemente a Schoenberg o Berg.
Strehler había colmado el Piccolo Teatro de amplio material sobre su vida y obra.De hecho hay un archivo copioso del Piccolo que se puede visitar en Internet, pero el material fílmico del trabajo de este gran hombre de teatro fue comprado por la RAI que lo mantiene…, “archivado”