'Grietas irreversibles' será el concepto que vertebra la programación artística de la temporada, una invitación a descubrir la fortaleza de los protagonistas de los títulos que surge paradójicamente de sus fisuras vitales.
El 18 de enero se dió a conocer el fallo de los International Classical Music Awards (ICMA) en su edición de 2022.Entre los premiados figuran: Adam Fischer, Martin Fröst, Gennaro Cardaropoli, Julian Kainrath, Sebastian Androne, Francisco Coll y un total de 17 grabaciones de vídeo y audio.
Se trata de la nueva aventura del contratenor de origen polaco en la que explora arias sagradas y motetes del siglo XVIII.Sigue la línea de Anima Sacra, publicado en 2018.
La figura, el charme y la elegancia son espléndidas, la voz es bonita, más bien pequeña, con un ligero vibrato metálico en el agudo que parece algo limitado.Si lo más impactante de una velada de canto de cámara es una excelente y nueva canción egipcia y la zarzuela española no me parece razón suficiente para el entusiasmo demostrado por el público con ramo de flores incluido.
El 19 de agosto ha comenzado la Schubertíada de Vilabertran, un festival que para mí sólo tiene un problema, se celebra exactamente al otro lado de España y nunca consigo asistir, este verano en buena medida por mi pesimismo después de haber tenido que cancelar varios viajes por culpa del 'bicho maldito', como diría una buena cupletista.
La Schubertíada de Vilabertran (Girona, España) clausura su 27ª edición con un gran éxito global.En total, se han programado diecinueve conciertos del 17 al 31 de agosto con grandes figuras internacionales como la soprano norteamericana Joyce DiDonato, que debutaba en la iglesia de Santa Maria de Vilabertran;
La edición 2019 de la la Schubertiada de Vilabertrán (Cataluña, España) mantiene su firme apuesta por el lied, la forma musical más puramente romántica, aunque presentará también otros recitales y conferencias.
Protagonista absoluto de la grabación es Juan Diego Flórez.El tenor peruano hace años que está virando de repertorio y, aunque sin dejar atrás el belcanto italiano que le ha convertido en una figura histórica con Rossini, está adentrándose en otros terrenos más arriesgados.
Pero no ha sido la presencia del divo peruano la que por sí sola magnetizó a un público que hasta ahora se había aburrido bastante con una obra tal vez respetada, pero no amada ni preferida (como ocurre en todas partes, por otro lado).