Presenta una programación marcada por la pluralidad que incluye 156 conciertos con grandes nombres del panorama internacional y jóvenes promesas locales.
Patricia Kopatchinskaja fue muy exigente consigo misma en la lectura de las complejidades rítmicas de Say y deslumbrante en los momentos de lirismo, viviendo la música como es su costumbre y bailando a veces a su manera.
Tanto Lisiecki como Asbury hicieron una versión preciosa del 'Concierto' de Grieg, donde predominaba lo lírico sobre lo sentimental y el romanticismo se racionó cuidadosamente.Por su parte la Orquesta Juvenil de Rumanía fue mucho más que una orquesta joven
Después de las seis piezas de Debussy, Say interpretó cuatro obras propias, casi sin separarlas entre sí, de modo que aunque eran muy distintas se acabaron convirtiendo en un bloque unitario que mostró sus diferentes recursos compositivos, incluyendo sus aproximaciones al jazz
El programa estaba bien diseñado, un concierto para violonchelo a cargo de Gautier Capuçon;una obra lucida de Enescu, y otra brillante y popular como la 'suite de El caballero de la rosa'.Pero también son obras bien conocidas por el público, quien a menudo tiene en la cabeza versiones de referencia por lo que las comparaciones son inevitables
Tras los dos artículos dedicados a los conciertos que ofrece el Festival Enescu en la Sala de Conciertos del Palacio y en el Ateneo Rumano, pasamos a presentar otro ciclo de conciertos, la 'Serie de orquestas rumanas', diez conciertos que tienen lugar preferentemente los fines de semana.
En el Ateneo Rumano, la sala de conciertos más bella de Bucarest, se celebran dos series: los 'Conciertos del Athenaeum' que se celebran casi todos los días a las 17.00;y los 'Conciertos a medianoche', que afortunadamente suelen comenzar un poco más temprano.
Thierry Fischer se estrenaba como director titular y el tremendo concierto para violonchelo de Fazil Say, 'Never give up', no desentonó entre dos obras de puro repertorio.Fue, lo más impresionante de la noche, porque el pianista y compositor turco logra con esta obra llegar al corazón del público desde recursos que están dispuestos con inteligencia
Say continúa siendo Say, y a pesar de sus manías tocando, es muy bueno, como intérprete y como compositor.Con Mozart consigue un sonido de una claridad cálida tan especial y bello.Y en la cadencia del primer movimiento dio rienda suelta a su creatividad, yendo un paso más allá, llevando al límite las interpretaciones a las que estamos acostumbrados, optando por explotar el uso de apoyaturas juguetonas y desenfadadas.