Petrushka es una obra fundamental, de ruptura y de opción radical sobre el futuro.Edward Gardner subraya hasta qué punto el trazo es limpio, centrado en el timbre, casi dando la espalda a la melodía en beneficio del ritmo.
Los grandes nombres de la dirección, la escenografía, el canto y el baile conforman un panorama en el que se combina la tradición con las nuevas propuestas.
Grimaud lleva décadas firmemente establecida en el mundo de los conciertos y sus actuaciones, que son siempre una garantía de calidad, se caracterizan por la contención y la modestia.
La música de Grimaud es técnicamente sólida y expresiva, sensual y reflexiva, pero nunca abandona la zona de confort emocional.Trabaja incansablemente con los pedales.Como si no le bastara con la reverberación de esta gran sala auditorio.
Empezó imitando a Glenn Gould y acabó dando la vuelta al mundo en Instagram.Después de aquel reel viral con medio millón de visualizaciones, ya ha imitado a 29 pianistas diferentes.
Manfred Honeck le ha hecho mucho bien a la Pittsburgh Symphony Orchestra, su época que arrancó con su clamoroso debut en 2006 y su primer nombramiento en 2007 (como director principal desde la temporada 2008/2009), hará historia.
Hélène Grimaud supera los precipicios con un virtuosismo casi incidental.La elegante dama francesa se apoya en una sobriedad bien calculada;da la parte solista casi con reserva y, sin embargo, es el motor de la acción en cada nota.
Los solistas incluyen a Joshua Bell, Gautier Capuçon, Hélène Grimaud, Janine Jansen, Katia y Marielle Labèque, Truls Mørk, András Schiff, Daniil Trifonov, Yuja Wang y Pretty Yende.