Con sus luces y sus sombras, esta representación de La bayadera no careció de interés, sobre todo para calibrar las virtudes y las debilidades del Ballet del Estado de Baviera.
Desde un punto de vista comercial, estamos ante un producto predestinado al éxito.Es capaz de satisfacer a un público muy amplio que quiere ver algo así como ballet clásico, que acepta como tal a un producto que lo es sólo superficialmente, y que no está dispuesto a romperse la cabeza con esteticismos ni contenidos simbólicos.
La misión imposible de sacar a flote al Festival de Baden-Baden parecía quedarle más que grande.Pero Mölich-Zebhauser tenía cuatro dones: tesón, inteligencia, el favor de la fortuna y la amistad de Valery Gergiev.
La principal aportación de Zakharov y sus colaboradores fue la consideración del ballet como un género teatral en el que los bailarines debían actuar convincentemente además de bailar, y la utilización de argumentos literarios significativos, frente a las historias 'de hadas' de los ballets decimonónicos.
Mariinski II: Sala nueva.Ana Karenina, ballet en dos actos sobre la novela de Lev Tolstoy.Música de Rodin Shchedrin.Coreografía de Alexei Ratmansky.Mikael Melbye, decorados y vestuario.Wendall Harrington, proyecciones de vídeo.
La apertura de una nueva temporada de ballet es siempre un acontecimiento hasta cierto punto festivo.Esta vez a ese carácter se añadió el enorme interés despertado por el comienzo de una nueva 'era' en el Ballet de Baviera.
Prinzregententheater.Giselle o las Wilis, ballet fantástico en dos actos.Libreto: Théophile Gautier, Jules-Henri Vernoy marqués de Saint-Georges y Jean Coralli, según un texto de Heinrich Heine.Música: Adophe Adam.
Hace unos años asistí en la Ópera de Baviera a una magnífica representación de Oneguin, el famoso ballet de John Cranko.A mi lado, al acabar la representación, una familia entera aplaudía entusiasmada.