Los participantes aprendimos que jamás podremos comprender a Vivanco y sus contemporáneos proyectando sobre sus comportamientos y actitudes nuestra propia idiosincrasia.
La Luisa Fernanda que encargó en su día el coliseo de la calle Jovellanos al exdirector artístico del Palau de les Arts de Valencia, Davide Livermore, es uno más de los absurdos y estrepitosos fracasos que aumentan la nómina de la era Daniel Bianco.
Cuando en Bilbao se pronuncia el nombre Arriaga, viene a la cabeza el Teatro, que el arquitecto Joaquín de Rucoba finalizó en la última década del s.XIX, que se ha encargado de amenizar nuestras lluviosas tardes y alguna que otra musical e incluso teatral mañana.