En la partitura de Phryné, la sabiduría compositiva de Saint-Saëns se disfraza de aparente ligereza.Todo queda envuelto en una elegante ironía, y si la obligada influencia offenbachiana es patente en ciertos pasajes, nada queda de la acidez de las primeras operetas de Hervé y Offenbach.
La batuta de Juanjo Mena planifica el abigarrado orgánico de 'Juana de Arco en la hoguera' con atención al más mínimo detalle, tanto de los elementos serios como los más prosaicos.Su entendimiento de estas obras ha permitido experimentar, hasta el éxtasis y la sublimación final de una tragedia que concluye plácida y armónicamente en un suspiro, esa sensación de auténtica poesía sonora de unos cánticos corales que envuelven a la mundanidad más vulgar y a la más devota espiritualidad del texto de Paul Claudel.
Poder escuchar la música de Johnson es siempre una suerte y un disfrute.Porque su música es a la vez inmediata, fresca y sorprendente, es una mezcla de rigor matemático y de sentido del humor, combinados con la herencia de Cage y un lejano aroma a Satie.
“Quiero irme sin hacer ruido.No quiero anuncios públicos, ni velatorios, ni nada.Vine al mundo y no se enteró nadie, así que deseo lo mismo cuando me vaya.”
Escribir en el agua (título que se deriva de una carta escrita por John Cage el 8 de marzo de 1990) se estructura en un prólogo, titulado por Gerardo Jorge 'Para escuchar un siglo e imaginar otros';una Nota a la traducción;
Un Satie por aquí, un Chopin por allá, un Bach por este lado, un Schubert por el otro, un Liszt más allá, y un Couperin acullá.Pero todo breve, parafrástico y agradable al oído, laxante, nada somnífero.
Difícil imaginar una reivindicación de la identidad y singularidad húngaras más elevada que la proporcionada por la Budapest Festival Orchestra tocando estas soberbias Danzas de Kodaly;de modo que, adherida a esta música de estirpe romaní de una forma indisociable, Quincena Musical se clausuraba con una visión liberadora.
Stravinski creía en la encarnación del diablo, en el infierno (en el sentido literal y dantesco), en el purgatorio y en el paraíso;se persignaba incesantemente y santiguaba a los que le rodeaban.
Liquen presenta la integral para piano de Emilio Calandín compuesta entre los años 1983 y 2020: un conjunto de partituras que dan buena fe de su evolución estética, así como de muchas de las corrientes pianísticas que han surgido a lo largo de los últimos siglos, buena parte de las cuales encuentran un eco en las partituras de Calandín.
El Teatro del Liceu de Barcelona intenta mantener las funciones de 'La Traviata' a partir del 5 de diciembre con el aforo del 50%, y con una retrasmisión en streaming del ensayo del martes 24 de noviembre.